Amnesia. Capt.XIX.

Pues claro que estooy en esto aunque no me guste,capullo! _le habia dicho a VII-mientras esten mis hermanos estoy yo! Eso si, Como mis hermanos caigan os quedais solos...en Cuanto a mi, no pienses que voy a dejarme matar...aunque a veces parezca que no, si hay algo que quiero es vivir y el descanso que me merezco desde hace siglos ...

Hacía tiempo que parecía distanciado del grupo. Ya no tenía un papel tan activo como antes. Pero los sueños lo tenían alterado. No había recordado nada nuevo que no lo hubieran hecho sus hermanos. Solo había un par de....sensaciones.....corazonadas ¿debía alertar o preocupar al grupo por una corazonada?.
Desde que había perdido la memoria todo eran corazonadas. Parece que conozco a éste o no me fio de aquel. Algunas habían resultado ciertas, otra en cambio no. Eso era lo peor.
Bringwor y VII conversaban en el patio. La corazonada para con VII era la de tratarlo como si de un hermano se tratase. La de Stanford, como si un admirador los siguiera hasta el averno.
Bajó hasta el patio. Su hermano Bringwor le preocupaba, aunque podía intuir que deseaba abandonarlo todo. En ése momento su hermano se marchaba. Ambos hermanos se pararon y miraron a los ojos. Steiner iba a decir que siempre podría contar con él, que siempre estarían juntos en lo que fuese. Pero los ojos de Bringwor le indicaban que él ya lo sabía.
Steiner sonrió y se hizo a un lado. El rostro de Bringwor se relajó y continuó su camino.
Ya en el patio habló con VII.
"Creo que deberíamos partir. Ya. Valmahar ha dado orden de que se prepare todo y en secreto"
"¿qué es lo que te preocupa, Steiner?" Preguntó VII
"Es la plaga. Tengo una extraña sensación, como si no tuvieramos que tomarla tan a la ligera. No sé, lo tengo en la punta de la lengua, pero no sale....estoy intranquilo. Y el estar en un sitio sin hacer nada me altera aún más. Creo que deberíamos partir ya."
"En éso estamos de acuerdo los dos" dijo VII.

Bringwor lo había dejado intranquilo. Era un volcán a punto de estallar. Stanford no lo dejó precisamente tranquilo. Eran muchos problemas y todos difíciles. De un lado el tigre enjaulado en una coraza de hierro, por otro la plaga. en medio el asalto y secuestro del señor de dragones, todo aderezado con los asesinatos por nuestra parte del resto del la cúpula de la orden.
- Ve con Bringwor, él te necesita más que yo.
-¿Qué vas a hacer tu?
- Voy a buscar a Rodoric. Quiero organizar la marcha.-
-Por cierto, intenta convencer a Bringwor para utilizar la llave aquí. Para regresar en caso de necesitarlo.


Preguntó hasta encontrar al capitán de la guardia. Estaba en el puesto de guardia repasando los informes de la noche. Todo negativo, los vigías no habían detectado nada.
- Loada sea la luz. Veo que la noche os ha sentado bien.
- Hacía tiempo que no descansaba tranquilo. Quiero organizar la partida. Nos vamos.
- Pues entonces acompáñame, tengo una sorpresa para ti.

Caminaron hasta las cuadras, mientras el sol termina de salir del horizonte.

- Vuestras monturas están muy cansadas, necesitáis caballos frescos.
La cuadra era amplia, no se adentraron mucho. Una puerta los separaba de una recua de caballos.
- míralos bien, no te suenan.
VII observó con detenimiento cada ejemplar. Eran caballos de guerra, con el pecho poderoso, de buena alzada. Los había de varios colores, de pronto una yegua rojiza oscura, con las crines negras se hizo un hueco en la panorámica de VII. La yegua piafó y dio una patada al suelo con estilo.
- Son la prole de Medianoche...
-¿Medianoche?- La yegua dio un par de pasos mas delante del cruzado.
- Esa Yegua es la viva imagen de vuestro caballo de guerra. Son la quinta generación.
-¿Cómo se llama?
- Fatana, significa Destino en rohirrin. Es tuya, se que tienes buen ojo para los caballos, si quieres escoge tu los demás corceles para el resto.
- < Destino> - Le dio un escalofrío cuando la palabra cruzó su mente.
- Quiero ese, ese, ese otro.. Por cierto que me puedes contar de la plaga. No me quedó muy claro anoche, hubo demasiada información

Era natural, instintivo. VII lo hacía como respierar, sabía qué caballo escoger, incluso algún recuerdo de juventud le llegaba a la cabeza cuando escogía uno u otro por motivos determinados.
Mientras o hacía escuchaba a Rodoric.
"No hay mucho que contar de la plaga. La gente enferma, le salen pústulas en la boca y cae presa de la fiebre. Durante su estado de sueño se retuercen y gritan de dolor. Algunos no sobreviven."
"¿No se sabe cómo se contagia?" preguntó VII.
"No. Pero he podido comprobar que no es cosa de los enfermos, pues en una misma casa puede que solo lo cojan dos y el resto sigue sano pese a compartir la misma habitación"
VII había terminado de escoger las monturas, y un soldado irrumpió en las caballerizas, otro soldado había llegado hasta el puesto para informar de una novedad relacionada con la plaga.
Maestro y alumno se encaminaron al retén de donde venían. Una montura llena de polvo y cansada, como si la hubieran hecho galopar durante mucho tiempo.
"¿Qué ocurre?" preguntó Rodoric.
"La gente....los enfermos....." al soldado le faltaba el aliento. "algunos se levantan y atacan a la gente"
VII miró al rededor y vio lo que buscaba. Cogio la jarra con agua y un vaso. Se la ofrecio al soldado quien la cogió con ansia y bebió como si la vida le fuera en ello.
"Toma aliento y cuéntame tranquilamente lo que sepas" le dijo en voz neutra.
"Los enfermos han empezado a levantarse. Pero están como poseidos. Comen cualquier cosa, mientra esté viva. No les importa que la carne esté cruda. En la vieja posada del puente, dos se levantaron y acabaron con las gallinas del posadero Lock. Otro me contó que en la aldea de Curin una niña llegó a morder a su propia madre. Pero en la posada, cuando el viejo Lock se ha enfadado por lo hecho, ha sacado su vieja espada, y le ha dado una estocada a uno en las tripas que habría mandado a cualquiera al averno. Pero éste ni se ha inmutado"
"Entonces atacó al posadero" VII afirmaba más que preguntar.
"No. No ha hecho nada. Pero no sangraba, no como una persona normal. No como yo haya visto en heridas parecidas, y creame, he visto muchas. Se ha quedado como el otro. De pie. Mirando al vacio. La gente de la posada creen que están endemoniados y querían quemarlos. No he conseguido detenerles..." dijo esto último mirando a Rodoric.
"No pasa nada. ¿Qué más sabes?" preguntó éste, pero el soldado negó con la cabeza diciendo que no sabía nada más, pero la gente estaba empezando a entrar en pánico.
Rodoric miró a VII. Éste le dijo que continuara con los preparativos y los acelerase, para después marcharse en busca del resto de los cruzados.

<La plaga... Dese luego parece una enfermedad salida del infierno.
Si no queda lejos le pediré a Rodrick un par de hombres para investigar el asunto, mientras, el resto puede prepararse para la marcha.>
VII necesitaba respuestas directas, sin que cada pregunta fuese contestada con una nueva incógnita.
- Soldado, ¿cuanta distancia hay hasta la vieja posada?

"Media jornada de camino" contestó el soldado "Pero allí ya han acabado con ésos pobres desgraciados. Ya están quemados. Lo peor fue en la aldea de Curin, allí parece hay más de un enfermo. La aldea está a una jornada de camino"
"Perdereis un día de camino" comentó Rodorick.
"No importa. Tenemos que saber y de forma directa. ¿me acompañarás?" VII preguntaba al soldado, quien afirmó con la cabeza y después miró a su capitán como pidien permiso, aunque ya fuera tarde. Pero el capitán Rodorick parecía estar de acuerdo.

Durante la jornada de viaje no se encontraron con nadie. El jinete que le acompañaba dama muestras de cansanción de vez en cuando. Con ellos iba otro soldado al que el viejo alumno había hecho voluntario. VII llevaba su armadura, reluciente, flamante. Destacaba sobre los otros dos, que pese a llevar buen acero decantaba la inferioridad así como el hecho que iban los dos exactamente iguales.
Por fin llegaron a la aldea de Curin, habían viajado rápidos lo que había hecho que solo tardaran algo más de media jornada. VII ya había planeado volver a galope tendido si era necesario, lo que le llevaría menos de media jornada, de ésa forma tardarían una jornada en los viajes de ida y vuelta. Aunque envuelto en ésos pensamientos, a VII no le pasó por alto lo desierta que parecía la aldea desde lejos. No había movimiento ni el ruido que podría haber en una aldea normal y corriente.
Mientras se acercaban veían a gente vagar sin rumbo de un lado a otro. No eran muy numerosos y parecían aldeanos inofensivos.
"Debemos llevar cuidado" comentó el soldado añadido
"¿cómo te llamas?" preguntó seriamente VII
"P..Po...Pool, señor" al joven soldado casi no le salía la voz del susto.
"Bien. Pool. Tu llevas una buena armadura. Ellos no. Tu llevas una buena espada y un buen escudo. Ellos no. Son ellos los que han de temerte y no al revés. Si mostrais duda o temor será peor para todos. Manteneos firmes."
Nada más llegar al inicio de la aldea se podía ver un hombre mirando al vacío. Sus ojos no parecían los de un vivo. Su boca tenía pústulas verdes y le caía la baba. Tenía la boca abierta y emitia unos extraños ruidos.
Cerca, caminaba sin rumbo una mujer con los mismos síntomas, de la parte trasera de su vestido le tiraba una niña que la llamaba mamá. La niña no parecía tener síntoma alguno, pero se denotaba en su cara estar muy asustada.

En la fortaleza, Steiner mostraba su enfado al saber que VII se había marchado sin ellos, y que esa excursión retrasaría su salida. Bringwor mostraba su absoluta pasividad, le daba lo mismo salir sin él, salir tarde o incluso no salir nunca. Dimmu se mostraba conforme en esperar a VII. Einer y Stanford no decían nada. Pero todos comprendía la premura de VII y su salida repentina. Ahora solo tocaba esperar su regreso.
"También podríamos ir en su busca. Así saldríamos todos juntos desde donde sea que esté" fue lo que apuntó Einer.

Pool quiero que hagas una cosa rodea a esos dos e intenta rescatar a la niña mientras yo los distraigo.
el muchacho obedeció con cierto temor. Mientras VII desenvainó a Resplandor y se apeó de Fatana. caminó hacia ellos con la mano izquierda abierta y apuntándoles.
-< Ahora veremos que sois...>
VII se concentró para expulsar a los muertos vivientes. Nunca antes había hecho esto. Conocía la técnica, ese viejo se la enseño. Ahora vería si funcionaba o no.
- Desvaneceos en la sombra de la que habéis venido, regresad al averno para no volver jamás.
La súbita luz golpeó a todos los presentes en un radio muy amplio. Ahora veía la verdad.

Pool desmontó y rápido como un conejo rodeo a los que decía. Se quedó mirando lo que había tras una de las casas un momento y se acercó a la niña por detrás

VII seguía concentrándose en su hechizo. Tras unos instantes notó como una energía interior manaba de él; desde su interior. En ése momento fue como lanzar una gran fuente de energía que se expansionaba como una pelota que se hacía inmensa en un suspiro.

VII abrió los ojos. No notaba nada. Primero pensó que algo había ido mal. Pero no era así. Sabía que lo que tenía que ocurrir es que ésa energía que había salido disparada de él, en todas las direcciones, debía volver hacía él, en cuanto tocase a un no muerto. Pero éso no había ocurrido. La única explicación era......

"...no están muertos. Siguen vivos. Aún son personas" Las palabras brotaban de su boca como si él mismo no las creyese. Qué estaba pasando.
"Señor...." dijo temblando el soldado.
VII se percató que la niña se resistía. Su llanto atraía a más enfermos que empezaban a rodear a la niña y a Pool. Pese a su primer acceso de miedo, Pool se mantenía firme con la niña, desenvainó su espada con la derecha y agarró por la cintura a la niña con la izquierda.

"Deben ser demonios" dijo en voz baja VII. Pero habían muchos tipos de demonios, y cada uno necesitaba su hechizo. Debía arriesgarse, probaría con demonios tipo IV. No eran los demonios más poderosos, pero sin duda un demonio de tipo IV era un demonio de gran poder.
"Probaré una cosa más. Si no surte efecto, corre a tu montura" le dijo a Pool. Éste asintió con la cabeza, y Kief, el soldado que los había guiado, desenvainó su espada también. VII esperaba no tener que hacer uso de las armas. Se concentró otra vez, y comenzó a recitar su plegaría. Tras unos instantes cuya tensión aumentaba de forma desbocada VII lanzó su hechizo.

Dimmu y sus hermanos aguardaban el regreso de VII.
Stanford estaba en la puerta principal, por donde debía regresar, para informar directamente de cualquier novedad.
Lo cierto es que no era necesario que el cruzado estuviera allí, pero Stanford sabía que se volvería loco si tenía que esperar a que el tiempo pasara encerrado en su habitación. Prefería estar activo, haciendo cosas.
Había ayudado a cargar todo lo necesario para el viaje, aunque sabía que era inútil. Si VII regresaba de noche, esperarían al alba para descansar y partir. Y en caso de hacerlo más tarde, tendrían que esperar a que VII descansara.
Lo cierto era, que sin memoria, estas actuaciones impulsivas de VII no le eran desconocidas. Y ésa sensación de algo ya familiar, le agradaba.

VII lanzó su hechizo. Pero el resultado fue el mismo. La nulidad del efecto fue absoluta, así que no se trataba de demonios. No eran demonios de mayor poder a los que no había podido someter. Simplemente aquella gente no eran demonios.
La cabeza le daba vueltas. No eran no muertos, no eran demonios, ¿qué podían ser?. Se encontraba mal, quería vomitar; y lo hizo. El hechizo. No había conseguido paliar sus daños. Pronto la cosa iría peor y no estaría para el combate. Aparecieron más y más enfermos. Caminaban despacio. Pero en la lejanía uno emitió un grito por encima del resto.
"Vamos...." dijo VII con todas las fuerzas que le quedaban "Hay.....que salir.....de aquí" le costaba hablar.
El que había emitido el grito, comenzó a correr. Corría desesperado hacia Pool y la niña.
Pool no había dudado. Con el hombro derecho cargó contra dos enfermos que le cortaban el paso tirándolos al suelo. Corrió hacia su montura y colocó a la niña sobre la silla. Ésta ya no se resistía. Había pasado de dejarse hacer a colaborar, pues había comprendido que aquello no era nada bueno.
Por donde pasaba el corredor, el resto de enfermos le imitaban y corrían a la par que él. Media docena de campesinos con pústulas y miradas perdidas se les echaban encima corriendo.
Pool intentó subirse de un solo salto a su silla y falló. Pronto se les echarían encima algo más de una veintena de campesinos enfermos, pues por ahora, eran poco más de diez los que corrían hacia ellos; pero algo más de media docena estaban aún parados entre el grupo de corredores y ellos. Entre los que estaban parados se encontraba la madre de la niña, quien seguía ahí, inmóvil como si nada fuera con ella.
Kief azuzó a su montura y cargó contra el grupo que se les venía encima.
VII miraba horrorizado como aquello iba a acabar mal, pero no tenía apenas fuerzas para sostenerse en el caballo. Realmente no eran falta de fuerzas lo que le impedía reaccionar, era el golpe mental que había sufrido, pero poco a poco se pasaba.
Kief consiguió que los ocho enfermos que estaban parados corrieran detrás de él. Ahora parecía rodeado, pues tenía una docena de corredores hacía él, y unos ocho que le perseguían. Faltando unos metros quebró hacia un lateral y azuzó aún más su montura hasta ponerla al galope, de ésa forma había esquivado a los dos grupos que ahora se convertían en uno y le había dado tiempo a Pool para que se montara sobre su caballo.
VII algo más recuperado comenzó a trotar y después a galopar por el camino de vuelta. Pool le seguía de cerca con la niña sentada delante.
Kief realizaba un rodeo para poder alcanzarlos más tarde en el camino. Mientras se dirigía ya a la grupa de VII y Pool, miró hacía atrás, para comprobar cómo los enfermos, dándolos por perdidos dejaban poco a poco de correr, para volver a ése estado en el que los habían encontrado.

La aldea no quedaba lejos. A unos trescientos metros. Mas recuperado aminoró el paso hasta casi detenerse. Kief mostraba una feliz sonrisa, se veía a simple vista que era un hombre que disfrutaba con el peligro, y se había jugado la vida sin vacilar. Tomaría buena cuenta de ello. Pool era diferente, cauto consciente...
Miró a la niña, era una preciosidad de cabellos castaños y ojos verdes. Sus mejillas sonrosadas por la lagrimas le daban un aspecto encantador. Se restregó los puños por la cara y la suciedad se mezcló con la humedad para darle un toque si cabe más tierno.
- ¿Cómo te llamas princesa?
- Kaila-v dijo con voz quebrada.
- No te preocupes te llevaremos a un lugar seguro
- Pero mi mama...
- No te preocupes, cuando encontremos el remedio para esta enfermedad, tu mama será la primera en curarse. Ahora lo principal es que te pongamos a salvo.
La niña se cobijó en el pecho de Pool enterrando su carita para ocultarse del mundo.

VII volvió a la realidad. había uno de esos infectados que parecía tener algo de consciencia. como si fuese un líder entre esos infectos.
- kief, ¿qué te parece algo más de acción?
La cara del soldado dibujó una sonrisa de complicidad.
- pues prepárate que vamos a dar otra pasada por el pueblo. vamos a cazar al que gritaba.
- ¿Cómo?- dijo Pool
- tu te quedas aquí esperando, si no regresamos informa en el castillo de que los infectados no son ni muertos vivientes ni demonios. Esta plaga es otra cosa.
Vamos Kief, enseñémosles a estos bichos de que somos capaces.
Dieron la vuelta a las monturas. Fatana estaba impaciente por entrar en combate, notaba el ansia del animal. A pesar de la cabalgata al pueblo el caballo se mostraba exultante. VII se alegró de tener un animal como este.

-Cuando entremos al pueblo no dudes en llevarte por delante a cualquiera que se interponga en nuestro objetivo. Cuando encontremos al que gritaba trataremos de cazarlo con lazo y arrastrarlo fuera de la aldea. Luego haremos unas parihuelas y lo llevaremos al castillo para obtener toda la información posible.
- eso es un poco descabellado, señor.
- Si lo es, pero también es nuestro deber intentar acabar con esta maldita plaga, y necesitamos toda la información posible. Vamos...

out roll.
los daños del hechizo
- 1 a la fuerza
- 1 a la agilidad
- 2 social

Ambos jinetes llevaban sus cuerdas con lazos para la caza. Pero solo Kief se mostraba. VII se acercaba por un lateral esperando que Kief atrajera nuevamente la atención de todos.
VII podía ver desde su posición al que había gritado. Kief se había retrasado demasiado dándole ventaja a VII.
Kief se acercaba y se escuchó de nuevo aquel grito, pero lo había lanzado otro. VII miraba al primer gritador, pero este seguía inmóvil, mirando al suelo. Otro grito se escuchó, un nuevo segundo gritador. Los nuevos gritadores corrían hacia Kief, arrastrando a ello a todos los que los rodeaban.
Kief permanecía quieto, aquello no era lo planeado y no sabía bien qué hacer.
VII se dio cuenta que no había líderes. Actuaban en manadas. Si excitabas la atención de uno, el que fuera, éste arrastraba al resto. El primer gritador seguía mirando al suelo.
VII no se daba cuenta que él estaba tan extasiado como el primer gritador; éste miraba al suelo, y VII lo miraba a él.
Kief puso su montura al trote y después a un galope ligero. Iba rodeando la aldea en busca de VII. VII salió de su letargo al escuchar aquel grito a su lado. Tenía seis hombres a su lado derecho. El animal se sobresaltó. Había tres delante de él. La aldea era un hervidero, pero ¿cómo era posible que hubiera tanta gente en aquella aldea? entonces se fijó de nuevo en el primer gritador, ya no miraba al suelo, si no que iba directo a el junto con sus dos compañeros. Sus ropas eran las propias de un castillo, seguramente debajo llevase incluso armadura ligera. Se movían y se juntaban en manadas como animales. Fatana se movió hacia la izquierda, tenía encima a los seis del lateral. El animal dio una coz junto con un relincho tremendo. Le habían mordido en los cuartos traseros. El mordedor salió disparado por la coz. VII sabía que estaría muerto en el suelo, pero le preocupaba más su montura, que sangraba por la herida que le habían dejado. Iba a salir al galope hacia su izquierda cuando vio que por allí venía Kief seguido de una muchedumbre de una veintena de personas que le seguían a carrera tendida.
VII intentó girar de nuevo para salir por lo que antes era su retaguardia, pero los seis que antes se encontraban a su derecha, estaban ahora a su izquierda y le agarraban de la pierna, otros tiraban de la cola del caballo y algunos se encaramaban al cuello del animal. Eran cinco, pero el que había recibido la coz se levantaba unos metros más allá. A VII le costaba y no sabía por qué. Miró hacia atrás y vio que el primer gritados con sus dos compañeros se encaramaban a la grupa del animal, impidiéndole el movimiento. Notaba a aquellos desgraciados intentar morder su armadura, también intentaban morder al animal, pero no llegaban a conseguirlo. Fatana estaba muy nerviosa, la herida y el peso extra estaban haciendo que bajara su trasero; estaba ya a punto de apoyarlo en el suelo. VII sabía que si lo hacía, caería a un costado y sería víctima fácil de estos enfermos. Soltó la rienda y desenvainó su espada, iba a remeter, cuando con un grito triunfal, Kief pasó por su espalda y de un solo golpe decapitó a dos de sus lastres de atrás. Fatana, libre del peso extra se puso nuevamente en pie. VII soltó un golpe sin mirar a su costado y azuzó al animal. La espada había dado en el blanco, aunque VII había tirado al bulto y no sabía dónde había dado, pero entre tanto enemigo era imposible fallar. El animal arrancó a correr arrastrando a uno de ellos que pocos metros después se quedó en el suelo. El caballo ranqueaba de la parte trasera. La herida no era grave, y se recuperaría, pero necesitaba tratarla rápidamente.

Cuando llegaron a la altura de Pool, VII desmontó para ocuparse de la herida de su montura. Estaba preocupado. Había recibido un mordisco de un infectado de aquella plaga. ¿sobreviviría?. Rezó porque así fuera e hizo lo que pudo por la herida. No le impedía montar, pero sabía que era mejor para la bestia que fuera sin peso encima. Kief le narraba a Pool lo sucedido. Kaila lo miraba con horror. Sabía que lo que la niña pensaba era si sería a su madre a quien habrían atacado. Kief sabía que era el presunto lider y otro hombre, pero VII, en su fuero interno no sabía ciertamente a quién había golpeado, bien podría haber sido un hombre o una mujer.
Pero no podía lamentarse mucho ahora. Tenía que decidir, montar a su bestia y llegar cuanto antes, o realiza el camino de vuelta a pie. Era mediodía, pero no pensaba parar a comer, y menos tan cerca de aquella maldita aldea.

no se lo pensó dos veces, tendría que ir a pie. el animal no se merecía morir por su temeridad.
tendría tiempo de sobra para pensar en lo ocurrido. Estos engendros lo tenían desconcertado.
Unos cuantos kilómetros más adelante paró la marcha y se dispuso a hacer fuego.
con sumo cuidado limpió la herida de Fatana con agua fresca de un arrollo. encendió un fuego y puso a calentar su daga. cuando el hierro estuvo al rojo le pidió a Kief que sujetara a la yegua. Aquello le iba a doler pero era la mejor manera de curar esa herida.
la briosa yegua emitió un relincho feroz y casi muerde a Kief. VII esquivó por poco la coz que soltó. Tardó un rato en recuperarse .pero al final se calmó. El resto del camino fue largo era el momento de pensar que le iba a decir al sus compañeros

Aún estaban ocupados en cauterizar y limpiar la herida de Fatana, cuando Pool comentó algo.
"Vienen caballos."
Se apresuraron en apagar el fuego y ocultarse en la vegetación que rodeaba el camino lo mejor que pudieron.
Efectivamente se acercaban jinetes, y VII observaba quienes podían ser. No había tiempo de preparar ningún tipo de embocada. Además, eran muy pocos para emboscar lo desconocido, y contaban con la niña; que en éstos momentos era un lastre.
Entonces se incorporó de golpe. Reconoció al jinete central. Eran tres jinetes, con otros tres caballos de refresco. Se trataba de Stanford y dos soldados más.
Salieron al camino y Stanford detuvo la marcha y sonrió
"Sabía que necesitarías ayuda" dijo Stanford.
"Llegas en el mejor momento" comentó VII.
Gracias a los caballos extras, todos pudieron volver sobre monturas. Fatana podía galopar sin problemas, si no llevaba peso encima. Además, tener que bajar la marcha por la niña, ayudaba al animal a no forzar demasiado.
Unas horas más tarde de lo previsto, el grupo llegaba a la fortaleza por fin.
VII y Stanford fueron directos a buscar a los hermanos. Estaban esperando en la sala de reuniones. Comentaron todo lo ocurrido y comenzaron a tomar decisiones.

No había anochecido cuando llegaron al castillo de Valmahar. Abrieron las puertas y VII sintió verdadero alivio. Aunque su aventura no resultara como el había esperado al menos habían rescatado a esa pequeña niña.
Rodorick les salió al encuentro.
- Estábamos empezando a preocuparnos.
- Y no es para menos, esos infectos son tal y como los describió Pool. Vamos tenemos que reunirnos para debatir lo que hacer... < Demasiados problemas para tan poco tiempo> - VII sentía la urgencia pero empezaba a verse superado por la situación.

Dejaron las monturas a los mozos de cuadras. Solo esperaba que Fatana no sucumbiera.
Atravesaron el patio de armas Subieron a la torre del Homenaje. Allí en el salón del trono les esperaban el resto de cruzados junto con el señor del castillo.
No se habían cambiado, el polvo del camino se mezclaba con el sudor de la larga travesía. todo eso tendría que esperar. Las caras mas que torvas fueron el primer saludo al cruzado. Sin ni siquiera decir hola, ni nada por el estilo VII fue directo al grano.
-Siento lo ocurrido. Pero creo que en esta ocasión había que actuar con celeridad. Y vosotros teneis cosas que resolver entre vosotros. - Sin poder evitarlo miró a Bringwor- Espero que las cosas se hayan calmado a mi partida. - VII sentía a veces que el resto de hermanos de la orden esperaba demasiado. Y el mundo no estaba para esperar, tampoco se lo dijo a ninguno; no había porque caldear los ánimos.
La mirada de Dimmu lo decía todo, Otro héroe que quiere hacerse un hueco en el cementerio. Despreció ese pensamiento, sus días de héroe pasaron junto con las borracheras en las tabernas. Sus camaradas esperaban a ver que decía. Continuó con el relato.
-He podido comprobar que los infectados no son ni muertos vivientes ni demonios. Esa plaga es otra cosa. Puede que la magia esté detrás de esto, pero de momento no he podido constatarlo.
Intentamos traer a uno que parecía un jefe entre esa banda del pueblo. Luego resultó que no, que esos infectos solo reaccionan como una bandada de pájaros. Parecen carentes de inteligencia, no sabría describir bien su comportamiento. Esto es mala cosa, y por lo que he visto parece un problema mayor que el propio rey de Duma. Si de mi dependiera no sabría por donde empezar. Si supiéramos con certeza que el rey de Duma está detrás de todo esto sería nuestro primer objetivo, pero no lo se... Que opináis vosotros.

los miró a todos de hito en hito. Estaban impasibles... Acaso ninguno tenía nada que decir. Se les habría comido la lengua el gato. O simplemente todo esto les daba igual y solo querían ese ansiado descanso del guerrero. VII se acomodó en su asiento en espera a que los hermanos se pronunciaran. En ese momento le surgió una duda, ¿quien entre todos ellos sería el gran maestre? Bringwor seguramente no. ¿Dimmu? ¿o sería Stanford? ¿Einer? o ¿Steiner?. O en esta orden no había ninguno que se alzara sobre el resto de los trece? ¿Lo sería él mismo?
La silla era cómoda, se permitió relajarse un instante. Cerró los ojos para abrirlos un segundo más tarde. Ese breve espacio de tiempo le supo a gloria. Pudo dejar la mente en blanco y abandonar todos los problemas. Ese fugaz regalo se esfumó cuando regresó a la realidad y contempló de nuevo la sala con sus camaradas congelados en el tiempo.

Stanford entró en la estancia.
"Todo está preparado para el viaje. Excepto tu montura" dijo mirando a VII.
"Eso da igual. Si queremos estar todos bien para el camino habrá que esperar." comentó Steiner.
"Ya sé que no te parece bien lo que he hecho, pero ahora tenemos información" espeto VII.
"Una información supérflua. Ya teníamos claro que ni eran demonios ni muertos vivientes" Steiner parecía molesto por el apunte.
"¿Seguro?. ¿Habrías podido asegurar absolutamente que no eran ninguna de las dos cosas?" Stanford preguntaba sin maldad.
Hubo un breve silencio. Hasta que Stanford continuó.
"VII se arriesgó. Hizo algo que no sea ocultarse y esperar. Aún no recuerdo mucho de mí, pero seguro que no me alisté en ninguna Orden para estar sentado sin hacer nada. Me gusta el riesgo y hacer cosas. Bringwor dice que a la mierda el mundo. Bien, al menos arriesgémonos, y si sale mal y morimos, pues a la mierda el mundo. Por mi parte, esperemos a que VII descanse esta noche y marchémonos por la mañana"
Hubo otro corto espacio de silencio. Steiner lo rompió con el ruido de su silla. La apartaba para levantarse, y mientras lo hacia...
"Llevas razón. Si algo nos mata es la espera" pasó por detrás de VII y le dió una palmada en el pecho "Hiciste lo que teníamos que haber hecho todos. Tal vez esté disgustado por no haber podido acompañarte y que hicieras esto solo"
Antes de que Steiner saliera por la puerta, VII sonrío y dijo
"Tu también llevas razón en éso. No se volverá a repetir"

Lo que si se estaba repitiendo era esa sensacion, la de estar en un ciclo sin fin, de haber vivido mas vidas que las que cualquier mortal pudiese, Einer tenia ese sentimiento, poco a poco las palabras de Montaña iban adquiriendo mas fuerza que la que su pequeño hermano podia imaginar.

Ya poco importaba que años atras hubieran creado una orden para regir el camino del hombre por el lado correcto, sin tener que desviarse, pero el mal siempre iba a existir, el corazon siempre esta dispuesto a sufrir y ese sufrimiento hace que la humanidad se descarrie, esa sensacion de querer ayudar pero sin llegar a ver nunca el fruto de su obra, eso le estaba empezando a pesar demasiado en su olvidadizo corazon, pero eso nunca lo llegaria a ver ...

- Esta claro que lo que mas urge es averiguar todo lo que podamos sobre esta maldicion, algo temerario por parte de VII, pero a la vez necesario, tengo la sensacion que nunca nos ha gustado mucho esperar, asi que lo mejor sera partir cuanto antes; el tiempo, aunque parece que disponemos de el, esta vez esta, y creo que es la costumbre, esta en nuestra contra ...-

Tambien habia otro pensamiento que Einer tenia en su corazon, la de una infancia robada, la de un destino marcado por la sangre y el dolor, eso le corroia, no saber el porque de ese pensamiento, si no tenian la memoria a pleno rendimiento, ¿como era posible saber que eso era verdad, cuantos años tenian y aun asi sentir que una gran parte de ellos les fue arrebatada?.

Las montañas que se veian desde su ventana daban la sensancion de lacerar el cielo, asi como el rojo crepuscular daba la sensacion de  teñirlo de sangre  por la punzada. Mas alla vio los valles bañados por el rio que bajaba de color de oro hasta un pequeño pueblo del lugar. Desde alli todo parecia muerto. La paz reinaba en el mundo, aunque solo era una sensacion, en ese momento Bringwor se sintio relajado. Sintio como su corazon cambio el ritmo, casi podia oirlo. La sensacion se acrecento, cuando una fresca brisa arrastro con ella un agradable olor a tomillo de una lejana y posiblemente, recondita montaña. Creyo sentir la sangre correr por sus venas, de manera pausada, tranquila...en paz. Respiro una vez, profundamente; sus fosas nasales se abrieron de manera exagerada, para que cientos, miles o millones de aromas a la vez penetraran por ellas...ah! su olfato... hacia tiempo queno disfrutaba de el! habia olvidado que era su principal sentido... no los oidos, ni siquiera la vista; Bringwor veia el mundo por su olfato y en este momento, desde hacia mucho, desde esa ventana, todo olia mejor... hasta que un olor a podredumbre se hizo con el momento. En ese momento, la magia desaparecio. Bringwor volvio a la realidad, cuando las puertas se abrieron. Parecia que por fin habia regresado VII y con el arrastraba el olor a muerte, a putrefaccion. Al fin comprendio que el cielo teñido de sangre, era un mal augurio. Observo como con el traia a una niña. - Con la plaga de la que hablan suelta y trae a una niña de fuera... una irresponsablidad por su parte, pero me importa 2 cojones. Si entra aqui la enfermedad y nos jode a todos, espero estar vivo lo suficiente como para sonreirle de manera sarcastica antes de endiñarla y decirle "gracias , capullo".

Se sentaron todos alrededor de la mesa. Bringwor observaba la conversacion, nuevamente en la lejania de sus pensamientos. Se dio cuenta de que su sangre volvia a fluir rapida y escucho como su corazon volvia a latir de manera desvocada. Se dio cuenta que la compañia de sus hermanos, la de VII y la de Stanford era lo que lo enervaba de sobremanera,La vena de si sien amenazo con estallar, sus dientes de caballo se apretaron los unos con otros y la mandibula, tambien amenazo con resquebrajarsele... en ese momento los odio a todos por ello:
-Ya basta- Dijo inesperadamente Bringwor, incluso se sorprendio a si mismo,por lo calmado que lo dijo- Yo no veo nada malo en lo que ha hecho-dijo refiriendose a VII- . Se ha guiado por su instinto. Tal vez si mas de uno lo hiciese, quizas nos hubiese ido mejor en el pasado. VII salio con 2 hombres, ademas, no iba solo y seguro que no eran mancos. Esa es otra de las cosas que nos esta matando... nos creemos los mejores, que sin nosotros el mundo se va a la mierda. Quereis salvar a los humanos y cometeis el error de subestimarlos a todos, pensais que sois los unicos capaces de guardarle la espalda a uno de los nuestros, y VII estaba bien protegido, con 2, mas que seguro, buenos guerreros. Cualquiera puede ser un aliado competente, al igual que cualquiera puede ser un enemigo peligroso. - Efectivamente. Todos estuvieron de acuerdo con Bringwor, sorprendentemente... pero el grandullon siempre tenia que dar la ultima punzada- Enemigos peligrosos... incluido la niña que habeis traido con vosotros- Dijo mirando a VII - esa criatura podria haber traido la muerte a este lugar, si esta enferma... y eso si que ha sido una irresponsablidad por tu parte. Esa niña deberia estar fuera de aqui, si de verdad os importase la vida en este templo, y la nuestra propia. Pero en fin... haced lo que os salga de vuestros cojones gordos. No sere yo esta vez el que parta ese cuerpecito por la mitad con mi acero.

Rodorick había escuchado la conversación de los cruzados. No se ocultó a la hora de ordenar que los cuatro soldados que habían salido que se bañaran en agua hirviendo si era preciso, así como que quemaran sus ropas.
La niña estaría en una habitación aislada hasta nueva orden. No había que maltratarla, solo que estuviera sin tener contacto con nadie.
El soldado cumplió las ordenes raudo y veloz. En menos de una hora una pequeña hogera quemaba los ropajes de los cuatro soldados. Dos habían acompañado a VII y otros dos a Stanford.
A VII lo que más le preocupaba no era otra cosa que Fatana. Había sido mordida por uno de los enfermos. ¿se habría contagiado?¿habría que sacrificarla? Eso le preocupaba, incluso le atemorizaba.
No había obtenido mucha información, pero la que había obtenido se le antojaba valiosa. Pero si querían más, debían salir. Se giró. Ya solo quedaban Bringwor, Einer y Stanford. Iba a abrir la boca cuando la puerta se abrió de golpe.
En el umbral permanecía Steiner.
"Solo para que lo sepáis. He decidido partir mañana y seguir el plan de VII. Con o sin vosotros." hizo una pausa para mirar fijamente a VII "Parto mañana por tí. Si quieres acompañarme te aconsejo que descanses. Puedes traer a la niña, a tu yegua y a quien quieras. No me da miedo la plaga después de lo que has dicho."
Antes de que pudiera retirarse Stanford se incorporó
"Yo te acompaño".

Dimmu se encontraba ya en su habitación. Tenía muchas cosas que pensar, se sentó en la cama y cerró los ojos. Quería concentrarse para tomar una decisión. Una decisión correcta. No sabía por qué, pero desde el inicio tenía la sensación que era él quien dirigía el grupo, y por éso; ante sus dudas e indecisiones, estaban allí parados, sin saber qué hacer.
Rodorick había transmitido ordenes dadas por él como si un capitán transmite las ordenes de su general. Tal vez éso había acrecentado en éste instante ése sentimiento.
Por fin se concentraba, sabía que debía hacerlo para ver las cosas con claridad. Ver las cosas con perspectiva.
Entonces se desconcentró. La puerta se abrió de repente. No había oido llegar a su hermano Steiner, pero sabía que éso era normal en él.
"Mañana parto a seguir el plan de VII. Valmahar y Rodorick lo tienen todo preparado. Puedo ir solo o acompañado. Depende de tí. Ya se lo he dicho al resto"
Su hermano esperaría una respuesta apenas unos instantes. Pero Dimmu sabía ya la respuesta.

- Cuenta conmigo sin dudarlo un instante hermano - las palabras de Dimmu fueron claras y concisas.

-Tú y los que te han acompañado, haced el favor de daros un buen baño caliente que os limpie de todo posible rastro de esa repugnante plaga, y la ropa deberíais quemarla también. No sabemos si se trata de magia o una enfermedad real, pero está claro que mata y es peligrosa. De verdad que cuanto más lo pienso no se a que se ha debido esta estupidez. -

VII escuchó a los hermanos pero con Dimmu la gota colmó el vaso.

- creo que ese lenguaje te puede costar la lengua...
-¿Cómo? Dimmu no estaba acostumbrado a que le replicaran de esa manera.
- Mira, te lo diré en tu idioma para que me entiendas, me importa una mierda lo que piensas. A diferencia de ti yo no tengo una piedra por corazón. y si volviera atrás volvería a hacer lo mismo. Iría al pueblo, arriesgaría la vida y traería a la niña. Lo que no entiendo es que hacéis en esta orden cuando está claro que lo único que os importa es vuestra propia vida.
Voy a lavarme...
La cara de Dimmu lo decía todo. VII se levantó sin miramientos, y en un tono gélido le dedicó unas últimas palabras.
- Estoy un poco harto de tan malos modos, no me gusta derramar sangre por nimiedades, de hecho no me gusta matar, pero esta es la última vez que os consiento a ti o a cualquiera de tus hermanos esos modos. Si no os importa todo lo que está sucediendo y lo único que os preocupa es salvar el culo, por mi tenéis las puertas más que abiertas para esconderos donde os salga de la polla.
Se quitó el guante de la mano y lo arrojó en la mesa delante de Dimmu.
- Mañana partimos, que venga el que quiera, pero si quieres podemos vernos en el patio de armas tras mi baño...
VII dio media vuelta y se fue por donde había venido.