Viaje al pasado. Capt. XX

Nuevo tema

La mañana se presentaba fria. La humedad del rocio penetraba en los huesos hasta convertirse en minusculos dardos que se clavaban despiadamente en las articulaciones. Aun asi Dimmu,Steiner y VII estaban preparados para partir con el primer rayo del sol... y Bringwor no iba a ser menos... sin decir una palabra el grandote se unio al grupo... no conocia el plan. No sabia donde iba. Aparentemente... tampoco le importaba

Todos estaban preparados en las caballerizas. La partida era inminente. Bringwor había usado su llave a modo de salvoconducto, tal y como le había pedido VII. Valmahar y Rodorick estaban allí para despedirlos. Entre VII y Dimmu aún quedaba una tensión que se notaba a simple vista. Las despedidas fueron sinceras y afectuosas. Valmahar y Rodorick sentían la partida de sus maestros, pero a la vez, descansaban al tener una explicación para todo lo ocurrido. Tenían un mapa y las indicaciones.
"¿Qué hacemos con la niña?" preguntó Rodorick.
"Nada" contestó Steiner "No teneis nada que temer. Si no ha dado muestras de la enfermedad ya es que no la tiene. La plaga no está en ella. Bañarla si no lo habeir hecho ya, y quemar sus ropas. Pero no temais porque os contagie"
Todos estaban extrañados que Steiner supiera ahora con tanta certeza, pero unos por unos motivos y otros por otro, nadie dijo nada. Dimmu y VII mantenían ése enfado latente que les impedía hablar de nada con nadie. Bringwor aún estaba en ése estado de apatía hacia todo y todos, al que poro le importaba lo que su hermano ordenase sobre la niña. Y Einer y Stanford se mantenían un poco al margen para no echar más leña al fuego.

Partieron. Dirección Noroeste. Nada de rodeos. Buscaban el camino más directo. El trayecto fue sepulcralmente silencioso. Nadie decía nada. En la cabeza Steiner y Dimmu. En la retaguardia VII y a su lado Bringwor. En medio, y los únicos que parecía que sí iban juntos, pues intercambiaban alguna palabra que otra en voz baja, iban Einer y Stanford.
A mediodía Steiner hizo una parada para comer. Buscó un buen sitio y apostaron los caballos.
"Crees que es buena idea hacer paradas. No es un viaje de placer. Deberíamos minimizar los descansos. El tiempo apremia" fueron las palabras de Dimmu.
"Puede que lleves razón. Pero hay algo más importante. Ya lo ha comentado Bringwor. Si no podemos estar unidos, es mejor dejarlo todo y luchar solo por sobrevivir" Había sido directo y de momento nadie hablaba "Sé lo que os ha pasado a los dos" hablaba mirando alternativamente a VII y a Dimmu "Por extraño que os parezca os entiendo a los dos. Sé que no recordar hace que a veces parezca que estoy entre extraños. Eso puede hacer que las cosas se malentiendan. A veces veo en vosotros cosas que recuerdo de toda la vida, y eso hace que pueda tener una confianza excesiva. Otras haceis cosas que solo las reconocería en extraños. Imagino que a vosotros os pasará lo mismo."
Hizo una pausa para que sus palabras calaran.
"Pero también sé una cosa. Sé que Stanford no es mi hermano. Pero la sensación que tengo con él, es que daría mi vida por salvar la suya. Y sé que él haría lo mismo conmigo. Se que VII no es mi hermano. Pero no haría nada que le causara ningún tipo de mal. Es más. Tengo la sensación....no, la seguridad. Que le debo mi vida a VII, y sé que él me debe la vida a mí. Sé que todos nos debemos la vida a todos en mayor o menor medida. Eso es una certeza."
Steiner buscaba las palabras adecuadas para poder hacerse entender
"Sé que en su día buscamos a un orco y lo matamos. Y sé que fue por venganza. No fue por altruismo ni por un mundo mejor. Pero después, pudimos no hacer nada. En lugar de eso, elegimos el camino dificil y fundar una orden para mejorar el mundo. Sé que aquello no fue una decisión fácil. Pero sé que tomamos la decisión correcta. Y ahora se nos vuelve a plantear el mismo dilema. No es justo, pero es así. Podemos hacerlo fácil. Huir. Escondernos. Sobrevivir. Pero sé que elegiremos lo correcto. Nuestra opción será luchar por algo mejor."
"¿Habrías matado a la niña por salvar el mundo?" preguntó VII
"NO" la respuesta fue rotunda "Para mí, un mundo que necesite sacrificar a una niña, o a un inocente, no merece ser salvado. No te atormente por éso. Sé que Dimmu tampoco lo habría hecho"
"¿Entonces qué debemos hacer ahora?" preguntó Dimmu
"Aferrarnos a lo que sabemos. Sabemos que somos hermanos, de sangre o no. Y que entre nosotros no debe haber disputas porque nos une un vínculo irrompible, aunque ahora no lo recordemos. No une el vínculo del que ha luchado codo con codo, espalda con espalda, el que ha derramado su sangre con la propia. Ese vínculo es el más fuerte que existe. Y cuando tengamos claro éso, tendremos mucho más trabajo por hacer. Tendremos que encontrar una cura para esta plaga. Tendremos que encontrar a nuestros enemigos. Y tendremos que encontrar la forma de acabar con ellos"
"¿Cómo es que sabes ahora tantas cosas de la plaga?¿sabes cómo se contagia y que hay una cura?" preguntó Einer
"Yo también recuerdo cosas. Recuerdo que yo debía ser algo parecido a un médico. Se muchas cosas de medicina, cada vez recuerdo más. Sé que una plaga no es más que una enfermedad que se contagia rápidamente. Si alguien que ha estado expuesto con enfermos no se ha contagiado, lo normal es que no se contagie nunca. No sé porqué pasa, pero pasa. También se si existe gente que no puede contagiarse, es porque ésa enfermedad tiene cura. Y mi principal preocupación será encontrar ésa cura. Más que la de vengarnos del rey de Duma. Pero eso será después de que podamos hacer las paces, pues si vosotros estais mal, yo no estaré bien; y si no somos capaces de estar unidos como hermanos, es que no somos los indicados para salver ningún mundo"

Parecía que las cosas se arreglaban; y el grupo continuó su camino.
La primera noche la hicieron al raso. Se encargaron del turno de guardias sin ningún problema, y la noche transcurrió de lo más tranquila.
VII comprobaba a menudo a Fatana. Quería ver su evolución. Steiner lo acompañaba. Era un mezcla de preocupación de hermano, con el interés de un médico en ver cómo evoluciona un paciente.
El viaje estaba siendo tranquilo, pero al tercer día el camino atravesaba un pueblo. Desde la lejanía no parecía que el pueblo estuviera habitado. El día estaba nublado y frío, pero el hecho que no hubiera llovido, dejaba los caminos muy bien practicables.
La duda ahora era si atravesarlo o no.
"No nos podemos parar a cada novedad" dijo Steiner mientras continuaba su camino hacia delante.
"Hemos venido a por información. A saber qué está pasando, y no se puede pescar sin mojarse"
"¿y si nos contagiamos?" preguntó Einer
"Será otra de las muchísimas formas de las que podremos morir en éste mundo?" y continuó su marcha.

Al poco el grupo entraba en el pueblo. No había nadie por las calles. Una empalizada de madera abandonada protegía al pueblo de forma esperpéntica. No se veía a nadie por las calles, solo perros que deambulaban de un lado a otro, o ladraban en la lejanía.
Algunas casas tenían la puerta abierta de par en par, otras la tenían cerrada a cal y canto. En mitad del pueblo, VII chilló "¿HAY ALGUIEN AQUI?". Alguno lo miró extrañado pero nadie dijo nada. VII dijo como para disculparse, "si son enfermos, será fácil escapar. Creerme, ya lo he hecho antes"
Pero en lugar de éso, una puerta se abrió tímidamente y apareció un muchacho. Desaliñado. Con los ojos vidriosos de haber llorado mucho. Se dirigieron a él, y VII le preguntó "¿estás bien muchacho?", el muchacho hizo un gesto para que lo siguieran y se adentró en la casa. VII y Steiner lo siguieron. El interior de la casa, de una habitación, había un fuego central, una cocina en un extremo y camastros en el otro. En uno de ellos un bulto adulto se agitaba. Al lado, una niña, con el mismo aspecto que el muchacho, se encontraba sentada en la cama mirando al bulto de la cama. El muchacho se puso a hablar sin que nadie se lo pidiera.
"Es mi madre. Mi padre enfermó antes. Hace tres días mi padre se levantó. Pero no era mi padre. Intentó comerse a mi hermana, pero escapamos" en ése momento VII y Steiner pudieron ver como la niña tenía una cicatriz muy fea en el brazo. Le habían mordido, pero la niña parecía estar bien. La herida estaba infectada, pero a los ojos de Steiner sabía que era normal dadas las circunstancias en las que estaban viviendo y seguramente alimentándose. Steiner sacó un urgüento y se lo dió al muchacho, también sacó un par de raciones de viaje "Dale el urgüento dos veces al día y se pondrá bien"
VII lo miró con recelo y una sonrisa en la boca "No digo que esté mal. Digo que es insuficiente y que no podemos repartir comida a todos los que nos encontremos"
"Pues será nuestro secreto. No se lo digas a los demás" comentó Steiner
"Fueron los Cruzados de la Luz" interrumpió el muchacho. Ambos se giraron lo miraron de hito a hito, el muchacho continuó.
"Vinieron unos extranjeros. Nos dijeron que venían huyendo de una orden maligna que había despertado a demonios del averno para que se apoderaran del mundo. Y que ellos traían la plaga, que debíamos huir con ellos. Nadie les hizo caso, y dos días después la gente empezó a enfermar. La maligna orden eran los Cruzados de la Luz. Ellos son los culpables de todo"
¿cómo explicar tantas cosas en tan poco tiempo? Steiner no sabía cómo hacerlo y VII pensaba igual. No podrían hacer nada. El muchacho hablaba con un odio acumulado de quien ha visto caer a sus padres y vecinos
"Coge a tu hermana y huye. No puedes venir con nosotros, pero tu madre se despertará e intentará lo mismo que tu padre. Huye y sobrevive." fueron las palabras de VII.
"¿hay más gente sana aún en el pueblo?" pregunto Steiner y el muchacho asintió con la cabeza.

A la salida Dimmu y Bringwor salían de una casa vecina y les informó "Hay más gente sana. La plaga pasó por aquí y afectó a muchos, pero otros siguen sanos. Hemos visto una anciana en ésa casa".
"Lo sabemos. Y que la plaga no se contagia si te muerden. Te muerden para comerte..." empezó Steiner "...y que culpan de todo a los Cruzados de la Luz" terminó tajante VII.

EN EL CASTILLO
DIAS HA

VII miró a Dimmu, eso era la mejor disculpa que podía ofrecerle... Podría haber tenido los suficientes arrestos para disculparse completamente, pero no. Dimmu le ofreció a VII una disculpas a medias donde ambos compartían la culpa.
Le tendió la mano y se la estrecharon con fuerza, aun no sabía bien porque. Su cometido los necesitaba por encima de sus diferencias. Pero VII seguía teniendo la sensación de que les importaba más su propia persona y poner su pellejo a salvo era más importante que poner a salvo el mundo.
Si el mundo no era perfecto, los hombres seguirían anidando sombras en sus almas blancas, pero VII sabía o esperaba que la luz sobresalía por encima de las tinieblas. Por malo que fuera una persona no estaba exenta de tener algo bueno y al contrario, nadie era tan puro como para no tener algo malo dentro. Esa era la verdadera magia del mundo, su imperfección y su eterna esperanza de alcanzar la luz.
-Sin rencores, [i]hermano[i]

EL PRESENTE

El pueblo parecía un cementerio a medio enterrar. la muerte deambulaba a sus anchas.
Unos hombres pasaron por aquí instigando contra ellos y luego la muerte vino.
- Einer - VII se acercó a su hermano y prácticamente les susurró al oído.- Esto me da en la nariz que la culpa la tienen esos hombres que nos acusaron. y lo que me parece es que pudieran haber envenenado los pozos. Pudiera ser que fueran ellos los que propaguen la plaga mientras nos acusan a nosotros de ello. Hemos de averiguar hacia donde se marcharon. Quizas encontremos respuestas.

VII reaccionó como si se acordase en ése momento de algo.
"Esperad. He de hacer una cosa"
Se dirigió de nuevo al interior de la vivienda. Se postró ante la cama y comenzó a realizar una plegaría. Estaba muy concentrado. Sus rezos eran cada vez más y más fuertes.
Con él habían entrado Steiner, Bringwor y Dimmu. Einer y Stanford se quedaron vigilando los caballos.
El tiempo pasaba, y la mujer postrada en la cama parecía convulsionarse. No sabían se era consecuencia de la plaga, o bien del ritual de VII.
En uno de ésos cánticos, VII y la mujer parecían danzar al mismo tiempo. Sin duda aquello tenía que ver con ése ritual. Los cánticos y rezos se encontraban en lo más alto...cuando VII cayó rendido al suelo.
La mujer parecía igual. Su respiración comenzó a aumentar en fuerza y velocidad.
VII estaba aún en el suelo. Le entraron pequeñas arcadas. Ya conocía aquello. No se había repuesto aún de su anterior hechizo y puede que éste le pasara factura ahora.
La respiración de la mujer aumentaba, el pecho se movía tan fuerte que parecía que iba a reventar. Comenzó a rugir de forma espantosa.
VII escuchaba a la mujer ¿había funcionado su hechizo?. Notó unos brazos que lo redeaban. Era Dimmu.
"Sacad a los hijos de aqui" ordeno.
Steiner acompañaba al muchacho y a la niña fuera "¿hay más salidas?" le preguntó al muchacho. Éste negó con la cabeza.
Dimmu sacó VII, Steiner y Bringwor a los niños. Una vez fuera, Steiner atrancó la puerta.
VII, ya recuperado, comprobó que éste hechizo no le había afectado como el anterior. Pero tampoco había hecho efecto. La mujer se había levantado muy violenta. Se daba golpes contra las paredes y la puerta. Einer pudo cerrar y atrancar desde fuera, la única ventana que se veía antes de que la mujer le diera un fuerte cabezazo.
"No funcionó. Lo siento" le dijo Dimmu a VII.
"No. No ha funcionado en parte. Están malditos. Pero solo en parte. Hay algo más. Pero no sé qué es. Pero ahora sé algo más. Parte de lo que tienen es una maldición. Una maldición muy poderosa."

El tiempo pasaba inexorablemente para todos, menos para los hermanos, pues ya que era asi algo tendrian que hacer para arreglar aquello que otros querian destruir y sin saber todavia el motivo para aquel proposito de hacer el mal a este mundo.

Einer ultimamente solo contemplaba  lo que sus camaradas hacian, no estaba en los acontecimientos, vivia como en un estado de shock mental, a veces despreocupado de todo y otras amargado por el mas minimo problema; pero penso que era el momento de volver a activarse, de emerger del aquel pozo en el que se habia metido el solo.

-VII, dijo Einer cuando se acerco a su compañero,- Creo que deberiamos preguntarle a la gente del lugar, si cuando vinieron aquellas personas hicieron algun que otro movimiento extraño, aparte deberiamos investigar sobre sus pasos, ver si hicieron algun hechizo, pienso que estas en lo cierto, tenemos que seguirlos antes que lleguen a su siguiente objetivo-.

El mareo se le había pasado, no así la sensación de asco. El sabor a podredumbre se le antoja en el cielo del paladar. El mal era poderoso...
- Si yo fuera uno de ellos desde luego no me dejaría ver haciendo cosas raras por el pueblo, ten en cuenta que los desconocidos eran ellos y de ser los culpables se cuidarían mucho de no ser vistos. Pero por probar no perdemos nada. Intenta reunir a la gente del pueblo quizás alguien con suerte ha visto algo.
Einer empezaba a encaminarse cuando VII le llamó.
- Espera, di que somos hombres de Valhamar, la gente reaccionará mejor sabiendo que nos envía su señor.

- Tal vez esto que diga suene cruel, pero opino que deberíamos tratar de capturar uno. Conozco pocas personas que con los conocimientos de medicina que posee Steiner, si es necesario, abrirlo y que compruebe si sólo se trata de una maldición, o realmente es una enfermedad o hay algo de físico en esta mierda que azota al mundo. Repito, se que es cruel, pero tal vez deberíamos hacerlo. -

Dimmu tenía claro que aquellas palabras podían sonar incluso hirientes, pero la educación militar que le dio su padre lo hacía ver la vida como algo práctico en ocasiones.

La luz del dia se torno mortecina a medida que avanzaron las horas, pero con estas sensaciones era imposible pensar en comer, tal vez era lo unico que le recordaba a Bringwor, que aun quedaba algo de humano en el... su sensible estomago. Tuvo que cubrirse con la mano la boca y la nariz para no vomitar.

Olor a muerto. Cuerpos en descomposicion, algunos merodeando como cualquier muerto, pero que se levanta buscando una venganza, guardada cual enigma bajo la proteccion de su carne putrefecta, escondida en algun lugar de sus sesos. Yo tengo la llave- Miro a Bring-war(su espada). Ese parecia el plan de Dimmu: Buscar el tesoro escondido.- Por mi no hay problema ,Dimmu.

Que buscan estos seres? para que los creo el brujo que les echo la maldicion? Que pretendia con esta aberracion ? De verdad le preocupaba estos interrogantes? Lo cierto es que no... pero debia adaptarse a la situacion; no podia fallar a sus hermanos.

Busco una posicion,( puede que alguna elevacion sobre el terreno), para hacer guardia y poder observar bien el lugar donde sus hermanos se reunian, para que no pudieran ser sorprendidos por esos demonios, mientras que hacian sus "quehaceres"; los suyos, eran otros "quehaceres": agarro fuerte la empuñadura de Bring-War y espero acontecimientos, mientras buscaba el lugar, y deseo encontrarse con unos cuantos de esos Zondies-Malditos, para partirlos por la mitad.

VII estaba mejor. Las palabras de Dimmu resonaban aun en su cabeza. cuando otro nuevo golpe contra la puerta amenazó con echarla abajo.
- < Maldita sea, a pesar de todo el poder del que dispongo soy incapaz de curar a esta pobre gente.>
- tened cuidado con lo que decís. no estamos solos.
- Tienes razón- dijo Einer
Unas viejas palabras acudieron como un recuerdo pasado.
- La mujer del cesar no solo ha de ser buena, sino aparentarlo.
- ¿Que quieres decir?- steiner se quedó un poco confuso
- Que no podemos ir diciendo que vamos a abrir a gente así por las buenas. Solo le haríamos un favor a esa gente que nos precedió acusando a los cruzados de endemoniarlos. Hemos de ser más cautos.
VII se sentía mejor. Quería ver a la mujer a la que le había practicado el rito. Se asomó a la ventana. Parecía una posesa enloquecida.
- Voy a entrar, quiero ver como reacciona.
- Estás loco. No vas a entrar.
- Esa mujer no puede infectarme y no creo que sea rival par mí. Cerrad la puerta cuando entre.
VII se embrazó el escudo y sacó a Resplandor de la vaina.
- ¿Pero que vas a hacer? - Dimmu no se lo podía creer
- Quiero cerciorarme de que se ha convertido en uno de esos caminantes o no. Si quieres puedes entrar conmigo

out roll.
VII se defenderá e intentará reducir a la mujer. USEASE. usa el escudo para defenderse e intenta hacerle un barrido para tirarla al suelo. una vez en el suelo le pone un pie en el pecho para poder comprobar si efectivamente tiene los síntomas de la plaga. si se ha levantado como uno mas de esos caminantes pues creo que es el momento de acabar con su sufrimiento.

VII iba a entrar, cuando de repente el muchacho se interpuso ante él.
"No le harás ningún daño a mi madre. Antes tendrás que matarme"
El muchacho parecía muy seguro de sí mismo. Sostenía un paso con ambas manos, y lo que era peor, su hermana pequeña se había puesto a su lado.
Bringwor pudo observar como algún que otro curioso se asomaba furtivamente por las ventanas, los planes de los Cruzados sin duda estaban siendo oidos por muchos.
Por una de las calles, un hombre se acercaba lentamente y tambaleándose. Si era un maldito o un borracho Bringwor no podía verlo. Respiró con fuerza intentado oler algo. Pero nada. No había olor a vino ni nada parecido en el ambiente. Su instinto no tenía duda alguna. Era un maldito. Agarró su arma y lentamente desenvaino.

El muchacho miró por encima del hombre de VII el movimiento de Bringwor. VII y el resto de hermanos se giraron para ver tanto a su hermano, como lo que su hermano veía.

- Chico tu madre no se encuentra bien. Mirala se esta haciendo daño. Si no la reducimos puede que se haga algo de lo que se arrepienta. No pretendo hacerle ningún daño. Tu mismo has visto como he intentado ayudarla.
En ese momento un hombre se tambaleaba hacia ellos. el chico dio un grito y VII se giró. no sabía si era uno de los caminantes o no. pero se interpuso entre él y los chicos.
- Detrás de mi.

Bringwor no lo penso dos veces... ni Siquiera lo.penso una,pues se fii de su instinto y golpeo con todas sus fuerzas a la altura del cuello al hombre.

VII se interpuso entre la escena y los chicos. Consiguió ponerlos detrás de él justo antes de que Bringwor partiera al hombre de arriba a abajo.
- NO MIRÉIS -
El escudo hizo de pantalla visual. La escena era demasiado sangrienta para aquellas mentes infantiles. Seguramente conociesen a ese pobre desgraciado, cuyo único pecado había sido que lo maldijeran. Triste final para nadie. VII miró a su alrededor para comprobar la reacción de los demás vecinos del pueblo. Esperaba una reacción de alivio por su parte, esos caminantes ya no tenían sentimientos y parecía que lo único que les importaba era llenarse el estomago ya fuera con un gato o con su propio hijo.
VII se sintió descorazonado, a pesar de haber dado con parte del problema se sentía impotente. Había pocas personas en el mundo con su capacidad para el arte de la conjuración. Pero ni con todo su poder era capaz de salvar ni a uno solo. ¿Qué le esperaba al mundo? Hijos aterrorizados de sus propios padres, maridos comiéndose a sus esposas...
-< No descansaré hasta que no de con el culpable de tanto sufrimiento.>
Todo pasaba demasiado rápido y la reacción de los aldeanos podía desembocar en una masacre o en un tranquilo desenlace. Solo esperaba que no se derramase mas sangre.

Tras el golpe de Bringwor el hombre quedó en dos trozos por el suelo. Extrañamente no estaba todo cubierto de sangre. La sangre circulaba por el hombre, y había manchado espada y algo el suelo. Pero era como si le costase más circular. Steiner esta intrigado, se agachó y tocó la sangre derramada. Era más espesa de lo normal, mucho más espesa.
Un grito lo sobresaltó, luego otro. Los gritos surgían sin cesar. Algunos parecían gritos angustiados, de dolor. Otros en cambio, eran gritos de malditos, lo tenía claro.
El grito de los maditos se hacía cada vez más fuerte, surgía por todas partes.
"Va siendo hora de irse" dijo Stanford
VII se volvió hacía el muchacho y le preguntó
"Hacia donde se fueron los forasteros que os dijeron lo de la plaga"
"Al norte" Dijo receloso el muchacho.
Montaron en sus caballos, entonces Steiner se giró a los húerfanos y les dijo.
"Mantente a un lado de la casa. Abre la puerta y no te asomes, cuando lo que fue tu madre nos persiga, métete dentro y atranca la puerta. No hagas ruido y así sobrevivireis"

Con todos en sus monturas podían ver a los malditos por todas partes. Eran la única forma de no vida que salpicaba las calles de momento. Ante el temor que fueran muchos más decidieron partir dirección norte.
A una señal de Steiner el muchacho obedeció. La mujer corrio en pos de ellos y los muchachos entraron en la casa.
A galope tendido y sin mirar atrás.

Una vez fuera Dimmu comentó "deberíamos haber abierto alguno para inspeccionarlo". Steiner le contestó "No era necesario. Por dentro somos vísceras y cosas negras. Lo que tenía que ver ya lo he visto en el cuerpo que ha abierto Bringwor. Dentro de ellos hay vida. Por lo tanto pueden sanar. Estoy seguro"

-Espabila Stanford!- Dijo una voz cerca de su oreja. Era VII. Stanford se habia quedado un rato traspuesto al ver la situacion que se le venia encima y ya se habia imaginado lo que habia que hacer... Huir! Incluso se habia imaginado lo que Dimmu hablaria con Steiner, pero no... aun seguian en el pueblo y lo que era aun peor... VII no queria partir sin ayudar al pueblo. Mientras Bringwor miraba a sus hermanos... esperaba ordenes, mintras un grupo de posibles malditos-Zondies se acercaban a marchas rapidas. El giganton agarro con fuerza su mandoble y sonrio para si... habria fiesta... o no? VOlvio a mirar a sus hermanos, especialmente a Dimmu y a VII:- Que hacemos, HEROES?!

-< Maldita sea, no podemos ir matando inocentes...>
Por un lado la gente del pueblo estaba encerrada en sus casas, pero el pueblo estaba plagado de esos pobres desgraciados.
- No Birngwor, nada de sangre. Montemos e intentemos que esos engendros nos sigan hasta sacarlos del pueblo. Vamos en marcha no hay tiempo que perder.
VII se aupó a Fatana de un salto. Clavó los talones en la yegua y arrancó salvajemente. Describió una curva delante del grupo para quebrar y darle la vuelta a Fatana, era el momento de poner a los malditos en su búsqueda. La cosa parecía funcionar. Dominó al caballo y lo puso al trote para que los malditos pensaran que tenían una oportunidad de cogerlo. Si es que pensaban, al menos el instinto de caza lo tenían.
- VAMOS COGEDME SI PODEIS - Gritó con toda su fuerza con la esperanza de atraer al mayor numero posible. Poco a poco fue sacando a la manada de bocas babeantes, llenas de pústulas ansiosas de carne humana...

- Hermano creo que por mucho que nos duela, es mejor que esos zondis sigan en el pueblo en lugar de vagando y deambulando de un lugar a otro, podrían ser una amenaza mayor y si logramos encontrar una cura, será más fácil tenerlos localizados si están todos en el pueblo - fueron las palabras de Dimmu

-no obstante, si los dejamos en el pueblo puede que devoren a alguien- dijo Stanford.
- dificil dilema- replico Bringwor.- esto se pone divertido.

Mientras los hermanos debatían el que hacer o no hacer, VII regresaba con un buen numero de infectos detrás. Había armado un buen revuelo en el pueblo, las calles de este se veían desiertas. El caballo en manos de VII se mostraba tranquilo, mientras que detrás de él los desgraciados se afanaban por alcanzarlo, lanzados gritos de desesperación ante una comida relativamente cerca que se escapaba con facilidad. Eran una manada descerebrada, donde había quedado la humanidad de estos seres. Quien era capaz de hacer algo así, este acto era obra de alguien que realmente había perdido eso que estos desgraciados necesitaban, humanidad.
La yegua aceleró el paso hasta alcanzar al resto de cruzados
- Conduzcámoslos lejos del pueblo y luego abandonémoslos a su suerte.
- Hermano creo que por mucho que nos duela, es mejor que esos malditos sigan en el pueblo en lugar de vagando y deambulando de un lugar a otro, podrían ser una amenaza mayor y si logramos encontrar una cura, será más fácil tenerlos localizados si están todos en el pueblo.
- La cura está demasiado lejos ahora, Dimmu. Y no podemos dejar a los aldeanos encerrados en sus casas esperando a ser devorados.
- Ahora ¿que hacemos?- Steiner se removió nervioso en su silla.
- Como ya he dicho, conduzcámoslos fuera del pueblo. Hacia el noroeste. En marcha.
Los infectos se acercaban intentando comer, su desesperación se notaba en sus frustrados gritos, en sus patizambos movimientos, alzando las manos, moviéndolas furiosas en el aire.

Bringwor miraba divertido como VII conducia a los ZOndies, cual rebaño de ovejas; incluso se le escapo una sonrisa, pero como uno se acercase a mas del radio de su mandoble, correria la misma suerte que el anterior...en ese momento ya no habria sonrisa en su rostro.

Todo aquello estaba resultando ser una locura, lo que tendrian que hacer los cruzados es dejar al pueblo y que se defiendan como puedan, estar dando vueltas para atraer a los zondis, Einer lo veia como una perdida de tiempo. Era necesario partir cuanto antes en busca del verdadero peligro que no era otro que los hombres que habian dejado el caos a su paso, pero el remordimiento es un puñal que cada un lleva consigo, unas veces te pincha y otras esta envainado, en el caso de VII se le habia clavado hasta el corazon. Era un mal menor el de este pueblo, pero habia que solucionarlo. Einer se acerco a Montaña, sabia que el no dudaria en asestar "justicia" en cualquier momento.