Viaje al pasado. Capt. XX

Los recién llegados fueron recibidos por los soldados que se apostaron como guardias. De momento ninguno fue recibido por los cruzados, no hasta que el plazo hubiese concluido.
Al final Valhamar fue el último en llegar. Dieron por sentado que ninguno más se presentaría. Llegó el momento de iniciar el gran concilio.
Todos estaban sentados a la mesa del reino. Todos y cada uno se habían adecentado para la ocasión. Alguno que otro se mostraba molesto por no haber sido recibido antes por los cruzados, a ninguno de los hermanos de la orden le paso por alto ese detalle. Fue VII quien tomó la palabra.
- Señores, ante todo os damos las gracias por haber asistido pese a la malas noticias que han circulado sobre nosotros y los fatales hechos que asolan vuestras tierras. Si celebramos este concilio es para poder hacer frente al mal que está asolando el mundo. Antes de nada hemos de comunicaros que nosotros, también hemos sufrido por culpa de este mal que asola el mundo. Nuestra memoria ha sido borrada en Duma y tenemos la certeza de qu ha sido el propio rey dunlendino quien ha perpetrado semejante crimen contra nsostros. Así que nos gustaría que os presentaseis, nombre, título y tierras y hombres que poseéis. Tras la ronda de presentación podréis hacer las preguntas que gustéis. Luego pasaremos a la toma de decisiones para atajar el mal que nos acosa.

Todos se mirarón. El primero en hablar fue Valmahar. Se levantó de su sitio y comenzó el relato.
"Creo que por mi parte ya me conoceis. Soy Valmahar, general de la Fortaleza Blanca. Y si soy el primero en hablar es porque tengo malas noticias. El enemigo está avanzando. Duma ha empezado una invasión hacia el norte. El Templo de las Almas está bajo territorio de Duma. Dicho territorio ha sido tomado por la fuerza. En Nueva Gondor se preparan para una posible guerra, pero la plaga está sembrando el terror y el caos. Las fuerzas están diezmadas, y las que quedan en pie, casi no pueden mantener la paz, debido al pillaje y a los actos que una masa de gente con miedo, es capaz de hacer"
VII sintió gravemente ésas palabras, pues recordó qué el era el encargado de estar en la Corte de Nueva Gondor, y podía ver las caras del rey y sus consejeros.
Entonces se levanto el anciano monje.
"Mi nombre es Astharol. Prior del Templo de las Almas. Efectivamente, ha habido una leve invasión que en el que mi Templo se ha visto envuelta. No obstante nuestra lealtad sigue estando con la orden, aunque el viaje ha sido peligroso. Poco más puedo decir, pues quien lo tiene peor es la Fortaleza Blanca, quien ha quedado al mando del Capitán Rodorick, y es ahora fronteriza de dos reinos en guerra."
Valmahar tomó la palabra de nuevo.
"Exacto. Por desgracia, no podeis contar con mis hombres, pues puede que no quede nada de ellos a mi vuelta. Tienen orden de resistir y no rendirse bajo ningún concepto"
Un hombre se levantó. Fue el primero en venir, acompañado por cinco hombres.
"Mi nombre es Willford y mis noticias son peores. Además de nosotros séis quedamos una veintena, ocultos en un bosque cercano. No sabíamos qué nos ibamos a encontrar. Venimos desde Rohan, la cual ha sido tomada en más de la mitad de su reino. Edoras ha caido. Hay reductos de resistencia, pero el ejército estaba diezmado por la plaga, y los que sobreviven corren a abrazar la nueva religión y al Rey de Duma, para poder salvarse. Los que resisten son los que además de saber que Duma tiene algo que ver con la plaga, se niegan a aceptar su salvación que seguro está envenenada. Solo el norte y el Bosque Verde aguantan, pero no lo harán mucho. Nuestra fortaleza ha caido completamente. Cuando éso ocurrió no sabiamos qué hacer ni a quién acudir hasta que interceptamos un mensajero que venía a nuestra fortaleza con la invitación de venir aquí. Sois el último rayo de esperanza"
Las noticias empeoraban.
"Mi nombre es Him Ben Alaf, soy general de la Fortaleza Nueva, al sur de Mordor. Me acompañan los generales Brin, de la Fortaleza de la Puerta, y el general Mardarar, de la Fortaleza de la Araña. También el prior Viniers, del Templo del Perdón. Todos de la misma tierra, Mordor. Allí las cosas aún están bien, excepto por la plaga que avanza rápidamente. Ahora la gente se levanta y se come a los que no están infectados o a cualquier otro ser vivo. Pero lo peor ha ocurrdo en el reino vecino de Astrah. Allí ha estallado una guerra civil. La gente desea la cura para una plaga que hace estragos. Todo el oeste del rio es ahora de Duma. Pronto la guerra llamará a nuestra puerta. Contamos con trescientos hombres en la Fortaleza de la Araña. Setecientos en la Fortaleza de la Puerta, y quinientos más en la mía, la Fortaleza Nueva"
Ya quedaban pocos por presentarse.
"Mi nombre es Asdriel. Venimos de Nueva Númenor. Soy general de la Fortaleza Norte. Me acompañan Los generales Ulbar y Mandras. De las Fortalezas Vieja y Sur, respectivamente. Allí la plaga está en sus inicios, aunque por el camino hasta aquí hemos comprobado su virulencia. Contamos con quinientos hombres en cada fortaleza, listos y preparados"
Hechas las presentaciones todos parecián esperar instrucciones más que querer hacer preguntas. Sin duda una guerra espantosa se estaba fraguando y atemorizaba a todos.

El monje esperaba inquieto junto a Steiner. Su hermano dormía, con la argolla suelta en el cuello. Parecía que lo que tuviese le dejaba cansado hasta el extremo. No sabía si el cruzado se había dado cuenta, pero en los últimos días, aquel templo se había llenado de gente.
Ahora esperaban en lo que iba a ser la última opción, la última esperanza. Había visto a su prior por ahí, Astharol.
Exactamente no sabía qué hacían ahí, solo esperaban, hasta que algo lo sacó de su estado somnoliento.
"Aún no sé cómo te llamas" Steiner había dicho aquello, en una mezcla de pregunta a su interlocutor, y una percepción a sí mismo; acerca que no sabía el nombre del hombre que se había preocupado por su hermano tanto como él. Mostrando desinterés y preocupación por su salud y bienestar.
"Me llamo, Bregal"
Después de días sin dormir. Sin comer. Apenas tomando agua o leche. Steiner por fin conocía el nombre de su asistente. Se había comportado como si fuera un dios, como si estuviera por encima de los demás. Puede que todos en la orden lo hubieran hecho, y por éso, esa actitud les pasaba factura ahora, pues les había costado horrores que alguien les aclarara quienes eran y lo que hacían.
Bringwor se removía. Se despertó de repente. Comenzaba a transformase nuevamente. Steiner se arriesgó y comenzó a preparar su hechizo. Tenía poco tiempo. Si se transformaba en oso o algo parecido, estarían a salvo. Si volvía a ser un lobo, se escaparía y lo tendrían difícil para escapar.
Steiner tenía su hechizo listo, y Bringwor terminaba su transformación, Steiner pudo lanzarlo en el momento justo y por suerte, solo por suerte. Bringwor se transformó en un león y la argolla fue suficiente para detenerlo.
Bregal continuaba pegado a la pared. No sabía qué se esperaba de él. Pero se alegraba de seguir con vida y que seria de los primeros en saber qué tenía Bringwor. Cuando Steiner se lo contó, no le resultó nada nuevo. De hecho parecía lógico, aunque la alegría había desaparecido.
"Tal vez Astharol podría ayudarnos" Steiner reconoció el nombre que le daba el monje, era el prior del Templo de las Almas, pero cómo podría ayudarles. Como si Bregal leyera sus pensamientos continuó "Le he visto. Está aquí. Sin duda convocados por vosotros"
Steiner, se permitió, por fin, sonreir.

VII sintió como todo el peso del mundo recaía sobre él. Todos en la sala esperaban a que hablase a que los salvara del inminente desastre. Duma avanzaba asolando las tierras indefensas. Aumentando sus filas con los hijos del miedo. Solo unos pocos valientes se interponían a la oscuridad. Volvió a fijarse en la mesa del mundo. y calculó lo hombres de que disponían, apenas unos tres mil repartidos por los distintos reinos. Disgregados, apartados unos de otros no suponían una amenaza para el ambicioso rey de Duma. Duma… esa era la clave.

- Señores no voy a deciros que esto va a ser fácil. Luchamos contra dos enemigos que avanzan en diferentes direcciones. Un es la plaga, verdadera arma del rey de Duma. El arma del terror que nos ha puesto de rodillas. La otra son las propias huestes del rey de Duma. Ese astuto zorro nos ha golpeado con fuerza y nos cree derrotados. Pero antes de claudicar nos alzaremos para asestarle un golpe que lo derribe de su trono de terror.
Los señores miraban la fuerza y decisión de VII. Parecía que él mismo podría enarbolar la espada de la justicia y decapitar la tiranía y el miedo que asolaba los reinos de la tierra media.
- Su avaricia será nuestra fuerza. Se ha movilizado y está ocupando demasiado terreno en muy poco tiempo. Su ejército por tanto estará dividido. Por un lado ataca Rohan-  Señaló con el dedo a Edoras, el débil castillo de Medusell-  Tambien avanza al norte, Nueva Gondor está siendo invadida. Mientras que parte de su ejército está enfrascado en la caza de la resistencia en Rohan, invadiendo Nueva Gondor y consolidando sus posiciones al este del Anduin frete a mordor se hace débil al dispersarse. Esa es nuestra fuerza. Ahora es el momento de darle el hachazo que haga retroceder a sus hustes dejando suu campaña a medias. Dando un respiro al Bosque Verd y al norte para prepararse.
Todos miraban a VII aunque ninguno entendía lo que decía. El cruzado hizo una pausa bien para tomar aire o para dejar un instante la responsabilidad. Si aquello fracasaba él sería el responsable de la derrota de la luz frente a la oscuridad.
- Duma es ahora débil y estará prácticamente desguarnecida. Contamos con tres mil hombres repartidos por toda la geografía. Cada uno de esos pequeños contingentes no supone una amenaza para el ejército dunleendino, pero los hace rápidos y difíciles de atrapar. Cada uno de vosotros avandonará sus posiciones con todos sus hombres. Rodeará las líneas enemigas y se infiltrará en territorio enemigo. No temáis por la plaga, esos lugares ya han sido barridos por esa crueldad, vuestros hombres no se infectarán. – VII calculó mentalmente la fecha de reunión. Dos meses. Era un tiempo que no disponían y todo podía venirse abajo si el bosque verde no aguantaba. Pero era el tiempo de todo o nada. – Nos reuniremos tras la línea enemiga aquí – Su dedo señaló un punto concreto del mapa. Una vez reunidos atacaremos Duma. Con suerte caerá. La noticia llegará a su rey que seguramente reculará para hacernos frente. Será entonces cuando decidiremos si hacerles frente o iniciar una guerra de guerrilla. Depende de cómo se encuentre el mundo en esos instantes.
- Mi señor parece muy arriesgado, nos exponemoer muchas a perder muchas fortalezas. Todas aquellas plazas que ofrecemos al rey tan generosamente, son castillos que tendrá que llenar de soldados. Esos mismos soldados que ocupan esas plazas no los tendrá disponibles para la batalla. Al ampliar sus dominios perderá fuelle y capacidad de combate. Hemos de renunciar a los castillos. Ya no nos sirven para nada. Ahora hemos de ser móviles, el estancamiento solo conduce a la derrota. O nos movemos o pereceremos.

VII miró a Dimmu, sus ojos s encontraron. Nada de lo que había dicho tenía algo que ver con lo que habían tramado anteriormente. Pero la situación era totalmente distinta a la que tenían prevista. Antes del concilio pensaban que el rey de duma seguía inmóvil en su reino. Ahora se había lanzado a la guerra y su enemigo se movía sin embargo sus planes anteriores no tenían porque caer en saco roto.
- Señores, este plan hasta el momento de unirnos en el punto marcado en el mapa lo han de hacer solos. Nosotros hemos de acometer otra tarea.
Saldremos al encuentro del grueso principal del ejercito dunlendino. Evaluar su fuerza es de vital importancia. Y si es posible nos infiltraremos en sus filas para asesinar al rey. Es un acto de cobardía lo sé. Pero si esa empresa culmina con éxito miles de vidas pueden ser salvadas. Si llegado el momento de la reunión no aparecemos ya saben lo que tienen que hacer. Tomar Duma. Ahora es el momento de moverse, no hay tiempo que perder. Si alguno quiere decir algo este es el momento ya que después de cerrar el concilio no habrá vuelta atrás

Se alegraba de oir aquellas noticias. Estaba encantando. No obstante iría primero a ver a su hermano Einer. Puede que él le diera alguna alternativa, algún consejo, alguna cura.
No es que no pudiera ir al consejo. Incluso estaba invitado. Pero había sido el propio Steiner el que había decidido no ir para ayudar a su hermano. Y se alegraba de la decisión que había tomado.
Entró en el cuarto de su hermano y se lo contó todo. Lo que había estado haciendo esos días, y qué era lo que él sospechaba que ocurría.
"Puede ser. Tiene mucho sentido. Y sobretodo. El resto de posibilidades han resultado negativas. No queda otra. Pero no puedo ayudarte. Si lo que dices es correcto, nuestro hermano está desahuciado. Yo no conozco cura alguna, o al menos, no la recuerdo. Tendrás que acudir a Astharol."

Había encontrado a Einer mucho mejor. Pero seguía débil por toda la magia usada. Aunque en una semana estaría como siempre, en éste momento no se encontraba en disposición de asistir al concilio.
Steiner sabía que el concilio era mucho más importante que el futuro de su hermano. Pero debía hacer algo. Debía acudir y acelerar una posible solución. Pero las prisas son malas compañeras y peor consejeras. En el pasillo, a las puertas de la sala de reuniones, Steiner improvisó una rápida plegaria. Solicitaba lucidez para dar con una pronta solución y que Astharol pudiera aconsejarse así sobre su hermano. Aún así, se prometió a sí mismo, que si no tenía nada bueno o nuevo que aportar, no lo haría, aunque con ello estuvieran reunidos días y días.

Nadie parecía abrir la boca, aunque en las caras de todos había ceños de preocupación. El sureño procedente de Mordor fue el primero en hablar.
"Mi señor. No es que el fin del plan sea malo. La cuestión es que durante el viaje hasta aquí, casi hemos sido víctimas de la plaga. Tuvimos que evitar todo pueblo o ciudad, pues solo ahí es donde ataca. Lo que no es si no una prueba más, de la mano del hombre, y más concretamente del reino de Duma" ésas fueron las palabras de Him Ben Alaf.
Entonces se levantó Asdriel, procedente de Nueva Númenor.
"Mi señor. Estoy con el general. Si hacemos lo que pedís, lanzareis todas nuestras fuerzas contra el arma más demoledora que tiene nuestro enemigo....esa plaga. Tendremos muchísimas bajas, y nuestras fuerzas restantes no creo que sean suficientes para llevar a cabo la empresa que proponeis."
"Si me lo permitís, mi señor. Mis compañeros llevan razón. Nosotros estábamos más cerca que nadie del reino de Duma. No contaba con un poderoso ejército. Quiero decir, no más poderoso que el resto de los reinos. Pero tras la plaga, el reino que antes contaba con mil caballeros, pasó a tener un centenar, y lo que es peor; esparcido por todo el reino. Por éso, puede permitirse invadir varios reinos a la vez, porque no encuentra oposición. A nuestra fortaleza entró la plaga, en cuestión de días pasamos de una veintena de afectados, a casi doscientos. Tuvimos que abandonar a nuestros hermanos, al ver que se nos avecinaba un asedio. Los sacamos fuera de los muros para detener el contagio. Y resistimos como pudimos, pero fuimos la más feroz resistencia que tuvieron en toda Rohan, y creer si os digo, que esto no es en nada un elogio". Las palabras de Willford sonaban sinceras.
VII miraba el plano. Sabía que esos generales llevaba razón en todo lo que decían. Sentía una rabia por dentro que crecía. Claro que llevaban razón, eran sus generales. Si duda él mismo los habría adiestrado. Y ahora los alumnos veían al maestro cometer un error imperdonable. Pero no era culpa suya, era culpa de ésa maldita amnesia.
En ése momento la puerta se abrió, y en el umbral se distinguía la silueta de Steiner. Sin saber por qué, a VII le alegró aquello.
"Siento el retraso. Tenía unos deberes que no podía dejar a medio." dijo mientras entraba se quedaba en pie junto a sus hermanos VII y Dimmu.
"Nos alegramos de tenerte entre nosotros. Debatíamos la siguiente cuestión..." VII pasó así a narrarle todo lo que allí se había hablado de la manera más resumida posible, pero sin omitir detalles importantes. Hacía las presentaciones, mientras añadía las noticias que cada uno había traído. Narró, su plan, y las objeciones que acaban de oponerle.
"El plan es bueno. Pues por lo que decís, una fuerza como la nuestra en las puertas de Duma sería imparable. De hecho el asedio haría que las fuerzas que tiene desplegadas regresasen a casa. Así que nos deberíamos preocupar en dos cuestiones. Romper el cerco, aunque eso mejor lo veríamos allí. Y en obtener la cura de la plaga, o de lo contrario, condenaremos al hombre a para siempre"
Him Ben Alaf tomó la palabra para insistir.
"No creemos que el plan, en abstracto sea malo. Pero llevarlo a la práctica es lo que lo haría inviable. Nuestro ejército se dirigiría hacia una plaga que avanza sobre él. Sería intentar arrollar al toro que ya viene en carga para arrollarnos a nosotros"
"No te falta razón mi general" Steiner meditaba mientras estudiaba el plano "¿con qué medios contamos?" preguntó como si tal cosa. Todos se quedaron extrañados. Ninguno sabía a qué se refería y por tanto, tampoco sabían qué responder.
"Habéis dicho que la plaga solo afecta a ciudades, pueblos, aldeas....poblaciones humanas. Llevar el ejército campo a través retrasaría la marcha y llamaríamos la atención. Pero.....¿y el mar?¿contamos con barcos para poder hacer la travesía?"
Todos dieron un respingo. Todos miraron al unísono la mesa con el mapa, como si la respuesta pudiera haberse leído allí y ellos no la hubieran visto.
"Númenor cuenta con una gran flota. Podríamos embarcar a los hombres. Los puertos están en la dirección contraria por la que se nos viene encima la plaga" Asdriel decía aquello incluso satisfecho.
"Nosotros no lo tenemos tan fácil. Pero podría hacerse. Hay buenos puertos en Astrah, pero ésa jugada, con tantos hombres. Llamaría la atención" el tono de Him Ben Alaf no era tan esperanzador como el de Asdriel, pero denotaba un "podría hacerse".
"No os preocupéis por éso. Zarparíais mucho después que la flota de Númenor. Además, incluiríamos población civil con la excusa de querer evacuarlos para ponerlos a salvo. Lo cual no sería incierto del todo, pero las noticias que llegase a Duma serían contradictorias, o por lo menos confusas, y éso nos podría dar tiempo" La voz de Steiner sonaba segura. Era como si supiera lo que se hacía. Hasta insuflaba confianza en VII.
De hacerse así, solo quedaba organizar a todo el mundo para que los movimientos fueran coordinados. Lo cual no era tarea fácil, pues implicaba calcular el tiempo de vuelta de cada uno a sus lugares de origen, así como los preparativos del viaje, y el propio viaje por mar. También implicaba rezar a los dioses para que los vientos fueran favorables.

VII se llevó una mano a la cabeza para restregársela, estaba dándole un dolor de cabeza importante. Se tragó sus propias palabras ya que no era para menos y ninguna iba a ser buena. Aquellos generales parecían sordos por no decir otra cosa. Cuantas veces había que repetir que no tenían memoria. Eso implicaba que no sabía de que disponían. Les había preguntado cuales eran los recursos que tenían. Y ahora me venían con que tenían una flota.
< ¿Que más se les habrá olvidado decirnos?>
- Señores, han de contarnos cuales son los recursos de los que disponemos. Si olvidan mencionar que tienen una flota de guerra no pretenderán que yo lo adivine. Si pretendemos tomar Duma necesitaremos maquinas de guerra. ¿Supongo que tendremos alguna en Umbar?
- Si mi señor.
- Será de lo primero que cargaremos en las naves. Otra cosa, Umbar está de momento fuera del alcance de la plaga. Se harán levas entre la población para engrosar el numero. En cuanto al movimiento y con esta nueva, información los ejércitos de nueva numenor embarcaran de norte a sur, recogiendo a todos los hombres. Emprenderán una ruta de cabotaje hasta Angharad, luego nos separaremos de la costa para evitar la plaga y bordearemos las tierras Dulendinas lejos de la costa. Una vez fuera del alcance de Duma conduciremos la flota a las tierras de Astrah al sur del Anduin para recoger a todos los hombres de mordor.
Luego retornaremos a las tierras dulendinas, remontaremos el rio hasta la propia capital y atacaremos la ciudad por el agua y por tierra.
Todas las naves han de ser equipadas con catapultas. Necesitaremos una buena cantidad de barcos, espero que esa flota sea tan grande como decís. Enrolaremos a todos los pescadores.
Sacad hombres de debajo de las piedras porque los vamos a necesitar.
De momento vamos a hacer una lista de todo el material de guerra que disponemos, recursos y posibles armas para utilizar contra el enemigo. Venga a trabajar

La información es un arma tan buena o más que la espada.
Era una lección de manual. Esperaba que a ninguno se le olvidara ningún detalle importante.

El fuego ardía por encima de la muralla. El olor a carne quemada lo impregnaba todo. Los gritos hacía tiempo que se habían callado. Abierta la brecha quedó entrar a cuchillo. Los defensores habían resistido hasta el fin. Adeptos a la nueva fe combatían hasta la desesperación. Y esa tenacidad se cobraba victimas, y no solo de un lado. Habían perdido más de un tercio d sus hombres en tomar la ciudad. Desde la orilla se veía como los hombres caían a los muros y desde ellos. Las mayoría de las naves de guerra estaban apostadas en el meandro del rio, mientras tres de ellas lanzaban piedras a la muralla de la ribera.

VII negó con la cabeza. Esa escena la había visto demasiadas veces. Demasiada sangre.
Tenía una alternativa más eficaz. Miro el calendario las fechas se ajustaban.

- Las tropas de Mordor tomarán la flota del puerto de Haf Dagor al sur del Anduin. El general iba soltando la información a cuentagotas. La estrategia se retorcía con cada paso de la situación. Los problema se acrecentaban.
Ese nuevo dato reduciría el efectivo de las tropas del Sur. Es más podrían fracasar y perder a la mitad del ejército. VII dejó en ese momento de contar con esos hombres.
Contamos con dos catapultas y una torre de asedio.
- En Mordor contamos con …. –
La información quedó almacenada en su cerebro. Pero de momento no contaba.
- La marina es capaz de transportar a todo el ejército y la maquinaría de guerra.
Miró el mapa. Era curioso lo detallado que estaba labrado cada detalle. El rio describía una u en torno a la ciudad. Las torres que jalonaban el muro desaparecían en la ribera del rio, simplemente sus veinte metros de altura sumado al rio la hacía casi inalcanzable . La ciudadela no quedaba lejos del puerto. La ciudad no había sido pensada para defenderla desde el agua. Todas sus defensas estaban orientadas a tierra. Si bien el rio constituía una buena defensa y un foso difícil de sortear le confería una debilidad oculta.
- Tardaremos dos meses en coincidir en Duma.

VII calculo el espacio y el tiempo. Al menos tardarían casi un mes en llegar a Nueva Numenor.
Al menos una semana de preparación. Cargar la flota, reclutar las levas. Necesitaba a todos los carpinteros de Numemor para llevar a cavo su plan. Qué lástima tener tan pocos hombres.
Recorrió con el dedo las mil doscientas millas que separaban nueva numenor de Duma. Contó los días. Había tiempo de sobra, si todo salía bien.
Su mirada fue a dar con la fortaleza de Dumma. Estaba bien ubicada. Pero tenía puntos flacos. La ínsula frente a la puerta era una de ellas. Era un punto malo para un asedio, el atacante estaba encerrado si ocupaba esa posición. Pero ofrecía un punto de desembarque idóneo. Desde la ciudad no podrían ver como desembarcaban allí. Su apoyo en caso de necesidad sería vital.

La flota partiría rumbo sur recogiendo a todo el ejército hacia un incierto destino.
VII lo veía claro. La bandera de la luz se clavaría en lo alto de la ciudadela de Duma. Podían rendir la ciudad y a un coste ridículo.

Parecía factible. La ciudad podía caer sin muchas bajas. Cada pieza iba encajando por sí sola. El puerto era lo suficientemente grande para tomarlo con cuatro barcos.
Se apoyó sobre los puños en la mesa. Miró a cada uno de los que allí estaba para derramar su sangre por el mundo. Sus espadas se levantarían de nuevo juntas para desterrar al horror, al miedo y a la maldad. Un mundo sin tiranos. Eso había jurado y pretendido durante toda su vida. Y si la vida era el sacrificio él y todos los que allí estaban darían gustosos, todos sin excepción.

- Caballeros vamos a trazar un plan para devolverle el golpe al enemigo. El rey de Duma avanza confiado. Ha lanzado su arma más mortífera y nos cree derrotados. Pronto vera que su arrogancia tiene un precio.
- Dentro de dos meses a partir de este día atacaremos y tomaremos Duma.
Su confianza era tal que todos dieron por sentado el futuro de la capital dunlendina.
- Tanto si se encuentran las dos flotas como si no.
VII no miró a los señores de Mordor. Ellos sabían que su empresa podía fracasar. Esperaban y creían que eran capaces de conseguir esos barcos y reunirse con los numenoreanos. VII deseó de corazón que lo consiguieran. Pragmáticamente descartó su ayuda. La empresa estaba destinada a mil quinientos hombres.

Tardaremos menos de un mes en regresar cada uno con sus hombres. Mordor ha de marchar hacia los puertos. Su ejército se dividirá en dos. El noventa por ciento de los soldados tomará el puerto y se apropiará de la flota. El resto constituirá la retaguardia e intendencia, más lenta. Para cuando lleguen al puerto la situación estará controlada y asegurada para embarcar sin problemas. Teneis menos millas náuticas por recorrer, pero vuestro camino al puerto os aleja. Tendréis que esforzaros. Mucho depende de vosotros.
VII miró al general de Mordor, aquello no era una esperanza era una orden. Cumplir o omorir, no había otra opción.
Luego se centró en su principal baza, Nueva Numenor.
- Mientras Nueva Numenor, se aprovisionará de todo lo necesario. Llegados a su capital se iniciarán los preparativos. Tendremos una semana para zarpar. Necesitaremos de todo el tesón de vuestra flota, pondremos a prueba la reputación de vuestros marineros. Ellos harán fácil lo difícil, recorrer mil doscientas millas en menos de un mes. Hasta aquí.
Su dedo fue a clavarse en la desembocadura del Rio Dunael.
- Este será el punto de reunión. Un día antes de la Luna nueva.
- Remontaremos el rio hasta la misma Duma. Y tomaremos la ciudad.
Bien, generales esto es a grandes rasgos lo que harmos.



Mientras los generales le daban vueltas VII empezó a visualizar cada movimiento en su cabeza. No desvelaría la última fase del plan hasta llegar al momento preciso.
<Esa noche será Luna nueva. Escondidos en la sombra y con la pericia de los marineros aparecerán las naves en el rio ante los muros,, como fantasmas. Surcando plácidamente las aguas del rio.
El primer contingente desembarca en la ínsula al este de la ciudad. Estas suaves colinas ocultarán el desembarco nocturno a los defensores. La flota esperara a que los Doscientos hombres tomen posiciones y monten las dos catapultas.
Ese será un momento tenso. Los dos barcos se unirían para montar sobre ellos la estructura de la torre de asedio. Mientras se iniciaba el desembarco en la ínsula.

Una vez los barcos estuviesen unidos. El resto de la flota arremete sobre el puerto con el resto de barcos.
Mientras los dos buques, con nuestra particular escalera hacía lo alto de la muralla, se acerca y coloca a nuestros hombres encima del muro.
Si la suerte no nos acompaña lo hará la astucia. Si la guarnición reacciona habrá que confundirlos Se lanzará entonces la señal para que los hombres de la ínsula abran fuego con las catapultas. Lanzarán barriles de pez el fuego en la muralla hara creer que se lanzará un ataque a la puerta. Solo espero qu no sea necesario. La ciudad podía caer sin problemas. Pero si no es así , obligaremos a los defensores a dividir sus fuerzas. El ataque ficticio a la puerta será una importante distracción para los defensores. >
Le hubiese gustado contar con algo más de maquinaria de asedio. Pero de momento se tenía que conformar con lo que tenía seguro. Mordor… Su plan si salía bien no necesitaba de las fuerzas del sur. Se guardó todo esto para su debido momento. Pero a solas con el resto de hermanos tendría que discutir el plan. VII sabía que podía funcionar. Pero todos debían ser uno llegado el momento. Cuando la reunión terminase se lo contaría todo a sus hermanos.

- Tomando Duma cortaremos la vía de suministro más importante del Rey. La tierra entre su reino y los demás es tierra quemada. De allí no sacará nada, y como buen estratega que ha demostrado ser, habrá guardado sus reservas de comida en la capital. No tiene otra ciudad como esta. El resto son aldeas o meras almenas. La joya es Duma. Si se la arrebatamos tendrá que volver. Dejará hombres en sus nuevas plazas fuertes. Se debilitará. La moral de su tropa no será tan buena. Pensaban luchar con un enemigo vencido. No con un verdadero ejército. Cuando llegue el momento nos encontraremos en el campo de batalla, pero no será en sus términos, será en los nuestros. Nosotros decidiremos cuando y donde luchar.

El plan esta muy bien, pero a mi me gustaria aportar algo mas,- dijo Ferez-, habria que mandar un destacamento pequeño, para que se introdujese en el puerto, con el tiempo se hicieran de todos los detalles, como guardias, barcos que disponen, a que horas hacen las patrullas, ver si se puenden meter dentro de esas patrullas o de alguna manera introducirse en los menesteres del puerto, para que cuando lleguemos tengan todo listo para que nadie pueda dar la voz de alarma, si se puedieran hacer con el control del faro si es que ahi, se han de hacer con el puerto, y para eso yo mandaria unos veinte hombres, no mas, puestos en diferentes sitios, pero estos deberian llegar poco a poco, y de no poder trabajar en el puerto, pues que hagan de espias y llegado el momento que actuasen para dejarnos pasar lo mas facilmente posible...

Terminada la reunión Steiner no aguantó más para hablar con Astharol. Le pidió verlo a solas y éste accedió.
Una vez en su cuarto, le expuso todas sus conclusiones respecto de su hermano. Astharol pidió ver a Bringwor, y Steiner accedió.

El cuarto resultaba oscuro, pero no quería que estímulos visuales alteraran el estado de su hermano. A Astharol le pareció buena idea. Examino a Bringwor de cerca, quien se dejó de buen grado. Bringwor actuaba la mayoría del tiempo como si fuera un animal; y el olfato, el instinto, o lo que fuera que tuviera de bestia, le decía que Astharol era de confianza.

Ambos salieron y Astharol confirmó todas sus sospechas.
"Efectivamente, has acertado en el diagnostico. Y efectivamente, no hay cura" la naturalidad con la que decía esto casi resultaba ofensiva para Steiner. Su rabía surgía como si él también se estuviera convirtiendo en un animal. Pero antes de que esa ira se pudiera desatar Astharol continuó.
"Como te veo preocupado, te diré algo que sabes pero no recuerdas. No hay cura, pero si un remedio que mientras se administre se quedará estable. Pero si se deja de tomar, la situación volverá a lo que es ahora, puede incluso con más fuerza, y el remedio pierda su eficacia"
"¿en qué consiste?" se apresuró a preguntar Steiner
"Tranquilo. Hay varias opciones. La primera es una infusión con la mezcla de tres plantas, me apresuraré a preparla. Existen unas bayas que también podrían servir. Y en último extremo, servirá cualqueir planta, fruto o droga que le haga perder su estado consciente, pero esto es solo para ganar tiempo, como habrá imaginado"
Efectivamente Steiner ya había previsto esa situación, pero le alegraba tener un medio alternativo y mejor.

VII caminaba junto a Dimmu, iban a la habitación de Einer, su hermano Steiner los había hecho llamar. Stanford estaba en la puerta, según había dicho Steiner se había ganado el derecho de estar allí.
Una vez dentro Steiner empezó a hablar.
"Os he hecho llamar para tratar este asunto de forma íntima. Esto nos atañe a nosotros, que somos una familia. Todos. Sé que tiene Bringwor, y no es nada bueno. Ya lo he compartido con Einer quien es de mi misma opinión, y Astharol ha confirmado el diagnostico. Además ha elaborado un paliativo que ha resultado efectivo. Nuestro hermano tiene una enfermedad mental. No sabe quién es, cree que ser otra persona, en concreto cree ser un animal. El problema es que, en un hombre normal no pasaría nada, solo crisis en las que actuaría de forma extraña, ladrando como un perro, aullando como un lobo. Pero en alguien de su tamaño es más peligroso, y lo que es peor; con los conocimientos mágicos que tiene, cuando ese ser se apodera de la mente de Bringwor, le hace convertirse en el animal que cree que es, y éso es más peligroso aún"
"Pero has dicho que Astharol le ha dado la cura" el tono de VII era de preocupación.
"No. No hay cura. Pero si remedios para que nuestro hermano siga siendo el mismo. Pero si deja de tomarse ése remedio, volverá a entrar en su locura, y creerse un animal. Hay que vigilar que siempre tome su medicación y procurarsela por todos los medios, o puede tener consecuencias fatales"

La reunión con sus hermanos había ido bien. A todos pareció alegrarles las noticias de Bringwor. Tanto que Steiner dudaba si se habían enterado de la gravedad del asunto.
Pensando en ello, mientras baja las escaleras que conducían al patio interior, vio a su hermano Bringwor. Verlo, ahí, sentado en un banco de piedra olfateando en viento, en libertad; sin cadenas. Le produjo a Steiner una sensación agradable.
Se sentó junto a él. Bringwor lo miró. Parecía agradecido. Estuvieron así un rato. Sin decir palabra. El propio Bringwor parecía que estuviera contento de estar curado. Tal vez él tampoco había comprendido su dolencia y lo que el tratamiento implicaba.
Pero eso ahora poco importaba. Quería disfrutar de esos instantes de paz y sin preocupaciones. Le correspondía a sus hermanos preparar a los hombres, preparar los pertrechos. Sin duda, algunos partirían hacia Umbar, pero otros irían hacia Mordor. Por éso era tan importante pasar tiempo así con su hermano. Puede que viajaran a lugares distintos. Los más remotos unos de otros. Incluso puede, que si todo iba mal. No se volvieran a ver.
Pero todos esos pensamientos vinieron después. En ése instante, junto a su hermano; los malos pensamientos y preocupaciones volaban tan alto como el viento. Lejos de sus cabezas.