Viaje al pasado. Capt. XX

“Todo comenzó cuando nuestros hombres empezaron a desaparecer en Duma” Quien comenzó a hablar era Valof. Su tono era el de un igual. Varof se sentía un cruzado como el que más. Hablaba con autoridad, algo distinto a Stanford, quien en su tono de voz aún se podía distinguir sumisión y respeto. Valof en cambio hablaba igual a Dimmu que a VII que a Steiner o a cualquiera de ellos.
“Temimos que nos hubieran descubierto. Pero entonces llegaron noticias de la aparición de la nueva fe, y como purgaban a los infieles. Esta nueva fe apareció en Duma. Por lo que redoblamos los hombres que mandamos” quien hablaba ahora era Ferez. También se notaba autoridad en su voz. La de alguien que acostumbra a mandar. Sin duda también se sentía un cruzado. Pero cuando cambiaba palabras con VII o Dimmu, se veía un deje de sumisión y respeto. En cambio con Steiner era una mezcla de muchas cosas, respeto, afecto incluso amistad.
“La cuestión es que mandamos nuevos hombres a investigar. Pero no averiguaron grandes cosas antes de que acabaran con ellos. Duma estaba siendo nuestro agujero negro en el que algo muy peligroso se tramaba”
“Los hombres que enviamos nos hablaron de un diario. El diario de un orco cruel y sanguinario que antaño había dominado el mundo”
Todos se miraron. Sabían de quién estaban hablando sin que se pronunciara nombre alguno.
“Poca información tuvimos desde entonces. Pues si nos debieron descubrir. No sabemos hasta que punto tienen información nuestra, pues todos nuestros hombres desaparecieron. Por eso decidimos ir directamente nosotros para obtener información de primera mano y actuar de forma tajante si era preciso”
“Estaba todo previsto. En mordor había estallado una revuelta que había sido sofocada. Los rebeldes se dispersaban por el mundo buscando un lugar en el que esconderse. Así que decidimos usar sus armaduras y uniformes para poder escondernos sin levantar sospechas”

“Cualquiera creería que éramos rebeldes buscando un lugar donde escondernos. Nos aceptarían entre la tropa de Duma, incluso entre la guardia personal, dada nuestra experiencia en combate”
“Pero el mismo día de la partida nos atacaron. Se llevaron al Dragón”
“¿Quién es el Dragón?” preguntó Dimmu quien parecía haberse adelantado a VII por solo unos instantes.
“¿Es nuestro líder?” preguntó VII
“No. No es nuestro líder.”
“Aunque es a él a quien se recurre en caso de duda o consejo”
Las caras de interrogación en el rostro de todos hizo que la explicación fuera más extensa sin necesidad de preguntar
“Las decisiones las tomábamos todos aquí y por consenso.”
“Eran directrices lo que aquí se decidían. Después, cada uno de nosotros las ejecutaba de la mejor forma que creía conveniente o que las circunstancias del caso le permitían”
“En caso de haber dudas sobre qué hacer o sobre si intervenir en algún asunto u otro, se le consultaba para escuchar su criterio. Pero la decisión final era nuestra. Además él era uno de los fundadores junto con vosotros”
“No sabemos quién atacó y por qué, pero creemos que fueron hombres de Duma, y que iban tras el poder del Dragón. Pero esto último no lo sabemos a ciencia cierta. Es solo una suposición”
“Resistimos. Por Eru si intentamos resistir. Pero nos superaron, eran muy superiores en número y fortaleza. Estaban poseídos o bajos los efectos de una droga”
“¿Cómo los que están infectados por la plaga?” preguntó Steiner
“No. Estos eran distintos. Si les atacabas en un punto vital morían, pero si no, continuaban como si nada”
“Yo amputé la pierna de uno, pero solo conseguí que fuera más lento al sólo contar con una extremidad”
“Y no sangraban como una persona normal. Si les amputabas el brazo te golpeaban con el otro con la misma fuerza. Como si no les hubiera pasado nada. Si les tajabas el vientre, continuaban luchando mientras se pisaban las tripas”
El relato de Varof no era el de un borracho de taberna. Era el de un veterano que cuenta el infierno vivido. Lo cual ponía aún más los pelos de punta.
“La cuestión es que desde ése día nos separamos y desde entonces solo escuchamos informaciones contradictorias”
“A veces demasiado crueles para ser verdad. Como que erais vosotros quienes estabais acabando con la orden. Matando a todos los miembros uno por uno”
“En un principio no lo creímos, pero nos dijeron que a nuestros hermanos les estaban sacando los ojos”
Todos se miraron. Recordaron aquel primer recuerdo, borrado un par de veces después. En él, había un hombre muerto a su lado, con un tatuaje como el de ellos. Y con los ojos arrancados.
El silencio fue interpretado como una nueva necesidad de explicación y quien tomó la palabra fue Ferez.
“Lo habéis olvidado. Pero de entre todos, yo fui uno de los elegidos para aprender artes oscuras. Al mal se le combate no sólo con mágia blanca, si no con sus propias armas. Esa decisión te la debo a ti” dijo mirando directamente a Dimmu. “La cuestión es que conozco un oscuro hechizo, por el que puedo ver a través de los ojos de un cadáver sus últimos instantes de vida, y por tanto a su asesino”
“Al principio pensamos que se trataba de vosotros, intentando ocultar vuestras huellas”
“Pero luego caímos que si el enemigo conocía la ubicación de éste templo y la existencia del Dragón. Podría conocer también nuestros poderes”
“Y eso es todo. Si necesitáis alguna aclaración preguntad. Al fin y al cabo muchas de las cosas que sabemos son básicas, por lo que no hayamos podido contestar será fruto a que lo damos por supuesto y tal vez necesitéis más datos. Eso es cuestión vuestra”

VII escuchaba atento el relato. En su mayoría ya conocía los datos que le proporcionaron... Era poco consuelo el que proporcionó el relato. VII miró a Dimmu, como si él hubiese pensado lo mismo. El traidor podría ser cualquiera de los nuevos compañeros del templo...
Pero antes de exteriorizar sus temores, VII, quiso saber más.

- Necesitamos más datos, aunque lo que si tenemos claro es nuestro próximo paso; Dumma. El problema es como afrontar nuestro próximo destino. El enemigo ha sido muy astuto. Ha atacado cuando nosotros nos movíamos, arrebatándonos al Dragón. Seguir la pista cuando el rastro es tan lejano será una perdida de tiempo. Aunque algo me dice que estará en Dumma.
además la plaga ha mermado nuestras fuerzas. No tememos capacidad militar, mientras que nuestro enemigo además de contar con un buen ejército cuenta con esa horda de seres demoniacos. La situación mejora por momentos- La ironía del cruzado no pasó por alto para nadie.- Tenemos que regresar a Dumma. ¿tenéis información sobre el mago del rey? - Dijo mirando a los nuevos cruzados.
VII tenía o sentía la certeza de que aquellos dos hombres eran sus hermanos de armas, que había salvado o debía su vida a aquellos dos cruzaos, pero el tiempo es capaz de destruirlo todo, camaradería, hermanad... perfectamente cualquiera de los dos podría ser el traidor, incluso Stanford podría ser el responsable, su perdida de memoria de momento lo mantenía alejado de culpa, pero quien sabe. Dumma había clavado el peor de los cuchillos en sus corazones, la duda.

-Hermanos creo que los que regresamos de Dumma somos los que tenemos que regresar. Camuflados en la sombra tendremos que cercenar la oscuridad que despide el reino dunlendino.

"Del Nuevo Papa, como así se hace llamar, poco podríamos deciros. Su nombre es As-râgas. De alguna manera, con su nueva fe consiguió captar adeptos fieles. Pero puede que éso no le baste, pues para todos es evidente que el motivo por el que su fieles se multiplican día a día, es porque son capaces de curar la plaga. Y lo hacen con una misa en sus templos."
Valof hablaba ahora con un deje de odio en su voz.
"En cuanto al dragón os equivocáis. Fue en Mordor donde perdimos su rastro. Pero al igual que ahora, en su momento pensabais que todo obtendría su respuesta en Duma. Se voto, y por mayoría se decidió ir a Duma. Total. En Mordor era como si se los hubiera tragado la tierra. El rastro estaba perdido"

VII dejó un momento de tregua para ordenar su mente. Dos años... Había pasado tanto tiempo, aquello estaba empezando a ser demencial. Nuevos templos surgidos así como así, ¿acaso la orden eran tan lenta en su reacción? por lo visto si.

-¿Quién o quienes fueron los primeros en ir a Duma?
VII sospechaba que los primeros podrían ser los verdaderos traidores a la orden. Entregando la información que necesitara el rey de Duma para asestar ese fatídico golpe contra ellos. La clave para llegar a esa conclusión era la eficacia de su enemigo.
Por otra parte sus nuevos compañeros también podían estar en el ajo. A VII le estaba resultando verdaderamente difícil hablar sin revelar sus sospechas ante sus camaradas.
<Por todos los infiernos, estamos verdaderamente contra la espada y la pared, rodeados de dudas tan mortales como el veneno. Y a pesar de todo lo que nos han contado seguimos tan perdidos como al principio. Lo peor es que la clave sigue oculta en nuestra cabeza. >

- Hermanos, si conocéis la existencia de alguno de esos nuevos templos, señaládnoslos en la mesa del mundo, quizás de regreso podamos pasar por alguno de ellos para encontrar nuevas respuestas.

Ambos se miraron extrañados.
"Claro que los conocemos. Os lo señalaremos con gusto"
"Pero hay algo más importante"
Cuando Ferez dijo éso, se dirigió a la parte de abajo de la mesa, accionando un mecanismo. Tras el cual la mesa parecío oscurecerse. VII se dió cuenta que en realidad había bajado la intensidad de la luz y ésta se reflejaba menos en la mesa.
Después de entre sus faltriqueras, Ferez sacó un reloj con una sola aguja. Un reloj parado y que señalaba a un número. Lo desmontó de forma que quedaban la aguja y la esfera con los números marcados. Tras esto, lo colocó debajo y la aguja proyectó una sombra sobre el mapa señalando claramente un sitio.
"Tenemos la ubicación de Templos perdidos de poder. Lugares en los que la mágia y otros secretos, de los que cada uno de nosotros somos guardíanes"
"¿qué esconden esos lugares?" preguntó Dimmu
"Eso depende. Cada uno custodia el suyo incluso con la prohibición de revelarlo al resto de los hermanos. Pero fuisteis los fundadores los que nos disteis esta misión a cada uno. Por éso no veo problema en revelaros que el mío es un Templo dedicado a los elementales de fuego y agua. Allí se guardan cuantos legajos, libros o compendios para el aprendizaje y desarrollo de la magia sobre elementales de agua y fuego"
"En el mio se guarda lo mismo acerca de mágia roja, además de varios compendios del arte del combate con distintas armas. También hay armas poderosas. No tanto como las que usamos, pero son armas mejoradas gracias a la propia magia"
Ferez miraba a Valof de forma extraña, y éste hacía lo propio con Ferez.
"¿Qué ocurre?" preguntó VII
"Nada. Que hasta ahora no sabíamos lo que el otro custodiaba"
"Debemos prepararlo todo bien" comentó Steiner, quien cogió por sorpresa a todos "Si no me equivoco de aquí a menos de una semana llegarán nuestros aliados a una reunión que nosotros hemos convocado. Debemos decidir qué hacer y qué proponerles para actuar"
Pareció como si en ése momento todos se acordarán de aquello.
"Además, no sabemos si tenemos espías entre nosotros. Aunque sería fácil pensar que los primeros enviados a Duma eran espias, no hay que olvidar que a nosostros nos drogaron y anularon nuestra voluntad. Puede que si hubo o hay algún espía, no lo sepa ni él mismo, o que haya actuado sin ánimo de perjudicarnos; si no por ausencia de su propia voluntad"

Einer tenia una cosa clara despues de estas conversaciones, nadie impone una religion a no ser por la fuerza, y esa fuerza era la plaga, estaba viendo a sus hermanos con la duda en sus ojos y eso empezaba a llenar su corazon de esa duda, pero no, debia ser fuerte y asi les hablo.

- Hermanos, esta claro que esta nueva religion ha sido creada desde el mas profundo de los abismos, ha sido planeada desde hace mucho tiempo, la prueba la tenemos en que nos falta mas de dos años de memoria, tambien es cierto que tenemos mas de un espia en las sombras, nos faltan muchas respuestas que como dice VII posiblemente las tengamos dentro de nosotros, pero he ahi el problema en si, por donde empezar, con quien poder hablar y hablo por todos los que no son mis hermanos, siento ser asi de sincero pero ahora mismo somos como unos conejos en su madriguera y a las puertas una comadreja con ganas de comernos-.

Necesitaban mas informacion pero el tiempo no les daba esa oportunidad, debian actuar rapidamente y cualquier paso en falso seria su fin, que hacer se preguntaba Einer, ¿ir a Dumma?, seria un suicidio, ¿buscar al dragon?, seria una perdida de tiempo en este momento, la duda era su peor enemigo y estaba sesgando las esperanzas de todos.

La puerta del templo se abrió de un golpe, tras ella apareció un hombre desnudo, alto, recio y muy velludo, a primera vista parecía mas un animal que un hombre, sucio de barro seco por todo el cuerpo y alguna hoja de árbol que se enredaba entre sus enmarañados cabellos; no era otro sino Bringwor.
-Hermano!- Dijo Einer.Los demás miraron sorprendidos.Sin duda era él.
Bringwor sin mediar palabra se acerco a la mesa con paso decidido, dando largas zancadas. Todos se pusieron en pie, incluidos Yarof y Ferez, que parecieron reconocerle, al verlo mas cerca. Yarof fue el primero en adelantarse con los brazos extendidos:-Saludos!-Dijo entusiasmado el cruzado- Bring…orrrrggggg!!!- Su voz se rompió cuando abrazo a Bringwor, pues la boca del grandullon hendió la garganta de su otrora, hermano de armas. Sus fauces se apretaron aun mas, llegando a unirse dientes superiores e inferiores dentro de la yugular del pobre hombre. Bringwor tiro su cabeza con fuerza hacia atrás y un hueco de sangre quedo donde antes había garganta, un chorro de sangre salió desparramada, bañando el rostro y el pecho de Bringwor. La Montaña escupió en el suelo trozos de carne y sangre, ante el horror de todos los presentes, mientras Yarof caia al suelo ahogándose y desangrándose.
La rana ya estaba cazada… ¿ahora las otras ranas, callarían conocedoras de que había un depredador en la Sala?




EL templo tenia forma de estrella. Observo los altos muros, pero podría trepar hasta una abertura por la pared. COnocia ese templo y el olor que había en el lugar también, sin duda , sus hermanos estaban dentro, pero no quería precipitar su llegada; no después de la forma en la que había desaparecido, quería observar antes la situación, no sabia si lo odiarian por ello, ya que no sabia si entenderían su maldición, además, había alguien mas además de ellos y no se refería a Stanford o a VII. Olia a mas humanos.
Comenzo a trepar la pared con esmero .La cuerda que le colgaba de la muñeca, se engancho en un hueco de la pared y por poco estuvo a punto de perder el agarre, pero finalmente pudo soltarlo, era una cuerda con un nudo especial,que había fabricado con las cortezas de las ramas de un arbol, un nudo que podría soltar una persona, pero nunca un animal.Un nudo que había aprendido hacer hace mucho, mucho tiempo. Una cuerda que usaba por las noches, desde hacia bien poco.
Desde lo alto se asomo por una ventana donde pudo ver la gran sala, donde estaban sus hermanos, con esas dos nuevas personas, que sin duda conocía.Sabia que en sus día las había apreciado, pero su instinto en ese momento le decía que eran un peligro: se imagino a si mismo arrancando la yugular de uno de ellos de un mordisco.



La luna llena alcanzo su cenit. De momento la noche era clara pero unos nubarrones negros amenazaban con encapotar el cielo nocturno. El sonido de un riachuelo cercano acompañado con el croar de ranas, eran música para los oídos del Animal, solo roto ,intermitentemente,por el estruendo de los truenos .
El Animal vio levemente, y oscurecido,el reflejo de su rostro en el agua. No se distinguían colores, salvo matices de negros o grises y solo pudo apreciar la despeluzada silueta de su cabeza.Continuo sacando agua con sus manos y siguió bebiendo del arroyo. Pudo distinguir una rana cerca de el, que croaba tranquilamente; no sabia lo que se le venia encima: el Animal salto sobre ella atrapándola en sus manos, para posteriormente, desaparecer por siempre en sus fauces. Los chasquidos de los huesecitos partiéndose, del batracio, fue ahora lo que ocupo el sonido ambiental, las otras ranas cesaron su canto, conocedoras de que en el lugar había un depredador. Despues de la escueta cena se acurruco pegado a la base de un árbol y durmió. Las gotas de la lluvia, lo despertaron por la mañana. Bringwor no sabia que hacia allí. No recordaba nada de la noche y le venia pasando ya hacia algunos días… desde que desapareció en el bosque; cuando llegaba la noche, se convertía en un animal y eso era lo único que recordaba. Penso que estaba encantado, sin duda un embrujo había caído sobre el, sin embargo alguien con grandes conocimientos médicos, le habría dicho que lo que le ocurria era debido a que su cerebro no estaba bien, esas amnesias temporales, acompañadas por una latente esquizofrenia, se producían, sin duda, por el frecuente consumo de la droga, que le habían dado, en contra de su voluntad. De una u otra forma, sabia que su mente estaba jodida, por encantamiento o por causas naturales,lo que tenia bien claro es que estaba enfermo y necesitaba una cura.
La lluvia apretó y la tormenta se echo encima. Tenia que seguir buscando a sus hermanos, pues necesitaba ayuda, tal vez Steiner tenia conocimientos mágicos para eliminar la maldición, aunque siempre que intentaba encontrar el rastro para volver con ellos, la noche se le echaba encima y entonces no recordaba nada mas, al dia siguiente debía encontrar nuevamente el rastro.
Tenia que encontrar la manera de volver,pero por el momento, lo que apremiaba era encontrar un refugio para resguardarse de la lluvia; tenia frio y hambre. Observo las ramas de un árbol raro y no supo por que, se acordó de un nudo que su padre le enseño cuando era pequeño para atar a Syglas, un perro que tenían y que siempre terminaba escapándose y matando alguna gallina del gallinero, un autentico escapista.

Dimmu no lo dudo un instante, él era el favorito de Tiego, como sus hermanos siempre lo llamaban, pero Bringwor era el favorito de todos los hermanos, todos le tenían un cariño especial por su forma de ser, físicamente era el más rudo y fuerte, pero su fuerza mental era otra cosa muy distinta, por ello todos se sentían en la obligación de protegerlo de una u otra forma.
Dimmu se levantó, sabedor de que su armadura era una poderosa arma para poder doblegar la fuerza y los golpes de su hermano. Corrió hacia la montaña para golpearlo con el hombro de su armadura con el fin de poder derribarlo y deseando que el resto de los suyos lo ayudasen a doblegar a la bestia desbocada.
- Ayudadme rápido! - gritó.

Dimmu cargó contra Bringwor. Éste se tambaleó pero sin llegar a caer. Einer parecía petrificado, como siempre. Férez corrió hacia Valof, le tapaba la herida del cuello con ambas manos. Pero Valof parecía mirarlo, aunque sin luz, con ojos vacíos. Vacíos de vida.
Steiner debía reaccionar rápido. Vío como VII desenvainaba su arma, mientras que Dimmu tenía casi inmovilizado a Bringwor, pero no por mucho tiempo, debía actuar y rápido.
Bringwor era más fuerte que Dimmu o Steiner por separado, así que había que tomar ventaja. Steiner también se lanzó contra su hermano, pero lo hizo por la parte bája, haciendo que sus dos hermanos cayeran al suelo. Dimmu estaba sobre Bringwor, lo cual era una suerte. En aquella postura innatural, la fuerza de Bringwor se veía superada por el peso de Dimmu y su armadura, además estaba Steiner para sumar su peso y fuerza.
VII se mantenía en pié con la espada fuera. Steiner sabía que esperaba el momento en el que Bringwor se liberará para acabar con él.
Ya había conseguido inmovilizar a su hermano, quien lanzaba dentelladas y cabezazos a diestro y siniestro. Pero ahora qué. No sabía cuanto tiempo podrían aguantar ¿y si se cansaban ellos antes que Bringwor? La cosa estaba clara. Entonces se desharía de ellos y VII acabaría con Bringwor con facilidad. No lo había visto actuar, pero Steiner sabía que en ésa situación y con ésa postura, VII acabaría con Bringwor sin mayor problema. Había algo que hacer.

Caminaba por aquellos pasillos. Encontró a dos de los guardias que los habían acompañado. Él estaba allí por sus conocimientos, solo debía investigar, no se le pedía que actuara. Para ello iba con gentes de armas, que eran quienes actuarían incluso harían lo que él pidiese. Saludo a ésos dos hombres, que no lo consideraban ni mucho menos un inferior por ser un hombre de paz, por ser un hombre religioso. Iba a hablarles cuando escucharon un ruido y un grito. Después más gritos y ruido de lucha.
Los tres echaron a correr. Venía de la sala de reuniones, donde los líderes se reunían y decidían el futuro del mundo y la suerte de los hombres.
Al entrar la imagen no podía ser menos desalentadora. Dos de sus líderes estaban encima de un hombre casi desnudo al que mantenían a raya. En pié estaba otro de ellos, con su arma cogida por ambas manos; parecía un verdugo. Otro de ellos seguía sentado, sin hacer nada, mirando con cara de susto. Y de los otros dos, uno estaba encima del otro intentando taponar una herida. Pero en el suelo había sangre, mucha sangre. Demasiada. El pobre infeliz o estaba muerto, o moriría en cualquiera de sus siguientes alientos.
Aquello era caótico. Si un ser maligno hubiera previsto el inicio del fin del mundo, no habría podido imaginar una estampa mejor.

La puerta se abrió. Entró el monje del Templo de las Almas con dos de los soldados afines. Miró toda la escena con rapidez. Steiner se sentía aliviado, ahora podría actuar. El monje parecía desagradado con lo que veía, pero no estaba paralizado.
"Haced algo ya. No aguantaré mucho más" la voz de Dimmu sonaba entrecortada y cansada. Su cabeza se movía con rapidez esquivando cada mordisco y cabezazo que su hermano le lanzaba. Bringwor no parecía cansado en absoluto, y su intensidad no había bajado ni un ápice.
"Rápido. Buscar un tranquilizante, algo que adormezca" las órdenes de Steiner se dirigían al monje en concreto, aunque los guardias fueron los primeros en reaccionar para salir por la puerta, pero el monje los detuvo.
"Esperad" dijo el monje mientras se rebuscaba entre las mangas. Sacó un frasco, mientras se acercaba a los tres hermanos que forcejeaban en el suelo. Se agachó y derramó el contenido del frasco en la boca de Bringwor. Mientras les decía a Dimmu y Steiner
"No respiréis"
Tras éso, Bringwor intentó escupir su contenido, pero entonces lo tragó de buen grado incluso relamiendo los restos. El efecto no fue inmediato, Steiner estaba a punto de tomar una bocanada de aire, Dimmu aguantaba un poco más. Bringwor parecía tranquilizarse poco a poco. Steiner se la jugó, se levantó de golpe y respiró hondo, noto un pequeño olor a dulce, no sabía describirlo pero era maravilloso. Incluso se mareó un poco. Dimmu no aguantó más y también se levantó respirando bocanadas muy grandes de aire. Bringwor parecía dormir en el suelo. Steiner comprobó que Einer había reaccionado, de hecho, tenía ambas manos abiertas y en cada lado de la cabeza del pobre Valof. Era Ferez quien lo miraba ahora en pie. De las manos de Einer salía una luz blanca que atravesaba la cabeza de Valof por los oidos.
"¿Estás preservando su alma?" le preguntó el monje a Einer. Éste asintió con la cabeza.
"Rápido. Id a mis aposentos y traer una mochila de cuero duro. La que parece un cofre y lleva inscrito una cruz de color roja" La orden se la dio el monje a los dos soldados, quienes esta vez si salieron raudos y veloces.
"Si me asistes podremos devolver la vida a este infeliz" el tono de Einer era autoritario y ahora parecía incluso otro.

Resplandor se mantenía en el aire quieta, esperando el momento...
La mano estaba firme, suspendida en el aire ajena a todo...
La cabeza era otro cantar, la duda asolaba a la mente como la niebla a la noche limpia.
El forcejeo duró hasta que la bestia se quedó paralizada, ahora parecía un niño durmiendo plácidamente. Acurrucado en el suelo roncaba e incluso se llevó un pulgar a la boca para chuparlo con ansia. La saliva tenía un tinte rojizo que empezó a correr barbilla abajo. Al llegar al suelo se tornó marrón, quien sabe si mezclada con el barro y la suciedad de la barba, o por el liquido que le habían dado. El caso es que VII no podía acabar con esa vida en esas circunstancias.
Dimmu se levantó del suelo, le corría por la frente el sudor a chorros. exhaló una buena cantidad de aire y volvió a tomarlo de nuevo, luego reparó en el cruzado y su espada, quieta como un cernícalo esperando a su presa.
-Baja tu espada - La voz de Dimmu era mas que amenazadora, sus ojos no expresaban odio, no, estaban llenos de determinación . Si el cruzado atentaba contra su hermano la sangre volvería a correr.
VII ni si quiera s volvió para mirar al favorito de eru, seguía fijo en la bestia.
- Como no envaines la espada te juro que te mataré antes si quiera de que te acerques un paso más a Bringwor.
El cruzado o no le escucho o hizo oídos sordos a Dimmu. Su cabeza hizo un leve signo de negación. Solo entonces Resplandor volvió a su vaina. Ladeó su cabeza para mirar a Ferez.
- Si ese fuese Bringwor, y la bestia adormecida en el suelo fuera Ferez habrías detenido tu a Estela Carmesí... - En ese momento VII miró a Dimmu. El favorito de Eru vio una mascara pétrea en el cruzado. No emitía ninguna emoción. No dijo, o no pudo decir nada.
- Tu hermano ha cometido un asesinato
-Pero él no está bien.
VII lo cortó en seco- Ferez no se encuentra mucho mejor. Tu hermano es culpable. Quien sabe lo que habrá hecho mientras deambulaba como una bestia salvaje, a cuantos padres o hijos habrá matado, no quiero ni pensarlo. De buen grado le libraría de su sufrimiento, pero a diferencia de él yo no soy un asesino. Tu hermano ha de pagar por su crimen. Mientras no sea dueño de sus actos ha de ser encerrado, eso como poco. Y ten por seguro quee mientres yo esté en este mundo, esa bestia no va a cometer ninguna atrocidad más

Todo paso raudo como cae un rayo del cielo, del juvilo de ver a un hermano al horror de la sangre que salpicaba como gotas de lluvia. La escena era una locura sacada del infierno, la demencia se apoderaba de todos, el acero sonaba con ansias de no querer estarse quieto, pero la reaccion de Einer fue mas rapida de lo que el mismo se esperaba, tan pronto esta petrificado por la accion de Montaña como asi mismo se veia de rodillas intentando salvar la vida de aquel cruzado. No sabia como lo habia recordado pero ese era el encantamiento que necesitaba realizar y de su boca salieron las palabras :- Urion Dan Fei- y una luz blanca broto de sus manos concentrandose en su garganta, la sangre dejo de fluir, parecia que toda la vida que le quedaba se habia estancado en su cuerpo y por otra parte le estuviera transferiendo algo de su propia vida para que no se le escapara la suya.

-Si me asistes podremos devolver la vida a este infeliz-, mientras decia esto, sus hermanos llevaban otra conversacion mucho mas diferente, como la de un tribunal que este condenando las acciones de un hombre, de un supuesto asesino, asi parecia que fuese lo que habia pasado en ese momento, un asesinato, pero estaba claro que no era asi, su pobre hermano no estaba bien, todos sabian que de no ser por su enorme fuerza tendria algo mas de sesera y menos de animal, y ese era el motivo por el cual le habia llevabo a hacer tal atrocidad.

-Es cierto que mi hermano ha intentado matar a este hombre, pero dime una cosa VII, ¿que hubiera pasado si tu hubieras sido el?, ¿hubieras querido el mismo trato que le estamos dando ahora o hubieses preferido pasar tu estomago por un metro de acero?; esta claro que mi hermano no esta bien, su cabeza esta muy maltrecha despues de tanto dolor cometido por la droga, y ese dolor necesita de curacion, no digo que tenga perdon lo que acaba de hacer, pero solo un loco podria entrar como ha entrado y terminar haciendo esta demencia, fijate en su estado, y en como va vestido, ademas este hombre sera salvado, pero para eso necesito que todo este en calma y que os lo lleveis a otra sala y lo ataeis, necesita unas curas que no se si yo en este momento podre darselas-.

Cuando desperto, tenia sabor a sangre en la boca y un fuerte dolor de cabeza , su cuerpo habia sido limpiado, Estaba en una habitacion encerrado con una gruesa puerta de madera, seguramente atrancada desde el otro lado.No hacia falta, tampoco iba a intentar forzarla. Abandono la cama para sentarse en el centro del cuarto con las piernas cruzadas y los ojos cerrados.Al rato le parecio escuchar a alguien tras ella. Su olfato no le engaño, era Steiner.
-Steiner!-Dijo- Hermano!
-Al rato Steiner respondio: -Esta vez la has hecho buena ,Bringwor.
-Que he hecho?!-Dijo sorprendido-No recuerdo nada! Tengo el cerebro jodido!! Tienes QUE creerme ,hermano! Estoy maldito!! Ayudame!

VII se giró hacia el otro hermano.
-Einer no retuerzas mis propias palabras contra mi. No he matado ha tu hermano, aunque lo merezca. Tu hermano tiene suerte y de momento va a correr mejor suerte que si fuera una persona cualquiera. De ser otro, ninguno de vosotros hubiese dudado ni tardado un instante en matarlo. Para que lo entiendas le estamos dando un trato preferente que no merece. Tu hermano es un psicópata asesino, en cualquier reino o mundo que conozcas o exista el castigo pasaría por ese metro de acero del que hablas. De momento vamos a encerrarlo y espero que el monje nos pueda dar una solución. De verdad que lo espero porque si no tendremos que hablar de acero.

"¡BASTA YA!" El grito de Steiner retumbó en toda la estancia. Los dos soldados traían la mochila en forma de cofre del monje y se quedaron en la puerta sin hacer nada.
"Tú. Ayuda al monje y a mi hermano, y haced lo que podaís por Valof" El soldado al que se dirigía obedeció sin rechistar.
"Dimmu, acompaña a Ferez fuera. Comprobar como van los preparativos para la próxima reunión. El tiempo apremia y hay que estar preparado para todo" Quería mantener a Bringwor fuera del alcance de Ferez; y a VII y Dimmu separados. Sus hermanos aún no habían limado todas las asperezas del pasado.
"Tú" dijo dirijiendose al otro soldado "Ayuda a VII a llevar a mi hermano Bringwor a otra habitación. Se quedará allí hasta que sepamos lo que pasa" VII parecía sorprendido en un principio, incluso reacio a ayudar.
"Comprende que Bringwor no está bien. Tiene algo. No se si es una enfermedad, una maldición o simplemente locura. Pero si se ha de tratar como asesino al que mata sin ser consciente de ello....ya le has dado solución a un problema. El mundo no ha de ser salvado, puesto que los infectados, los malditos, los que han sucumbido a la plaga...también matan....y, estoy seguro; que tampoco saben lo que hacen"´
Ése razonamiento pareció calmar a VII, quien con ayuda del otro soldado, tomó a Bringwor por la axilas y se lo llevaron del lugar.
"¿Podrás salvarle?"
El monje creyó que se dirigía a él, y contestó con la cabeza haciendo un gesto que quería decir quizás; pero quien contestó sin mirar a nadie nada más que a Valof fue Einer
"SI. No me preguntes porqué, pero sé que sí"
"De acuerdo. No escatimes tiempo ni medios. Voy a ver qué puedo averiguar con Bringwor. Cuando termines, sea cuando sea, te voy a necesitar a mi lado. Mejor dicho, os voy a necesitar a mi lado"
Esta vez el monje asintió a sabiendas que también se dirigian a él. Steiner tenía la seguridad de haber curado cosas tan terribles como aquellas con la ayuda de Einer. Y sabía que Einer tenía ésa misma sensación.

Salió al pasillo, donde vió salir al soldado y a VII de una puerta cercana. Se acercó a ellos.
"Ahora no podrá hacer nada. Le hemos puesto grilletes" dijo VII.
"Dame la llave" la expresión de VII fue de extrañeza al principio. Después con un tu sabrás lo que haces, se la entregó.
"¿De verdad crees que no he hecho lo mejor para todos?¿incluso para tí?". VII ya estaba más calmado, y sabía que llevaba razón. Steiner se despidió de él con unas palmadas en el hombro. Miró al soldado a los ojos y le dijo "Buen trabajo", al fin y al cabo, aunque había encadenado a su hermano, había sido bajo las órdenes de VII y por el consejo de Einer.
Steiner entró en la habitación. Estaba muy oscuro. No le importaba. Su hermano aún dormía. Lo liberó de sus cadenas, y esperó en un rincón.
Al tiempo su hermao se levantó. Parecía el Bringwor de siempre y se sentó en el centro de la estancia, con las piernas cruzadas. En ése momento ladeó la cabeza, como si hubiera olido algo.
Steiner!-Dijo- Hermano!
-Al rato Steiner respondio: -Esta vez la has hecho buena ,Bringwor.
-Que he hecho?!-Dijo sorprendido-No recuerdo nada! Tengo el cerebro jodido!! Tienes QUE creerme ,hermano! Estoy maldito!! Ayudame!
"Para éso tendrás que ayudarme tu primero. Sabés desde cuándo te ocurre esto" no era una pregunta si no una afirmación. Bringwor miró al frente.
"Empieza por ahí. Cuentame cómo ocurrió la primera vez. Desde que dejas de ser tú, hasta que vuelves a serlo"

-Creo que todo empezo cuando desapareci la primera noche en el bosque- La mirada de Bringwor parecia muy angustiada.- No recuerdo nada, solo recuerdo algunas cosas sueltas, como si fuera un sueño. Parece como si me poseyera un animal, incluso por unos instantes, tal vez uno minutos, siento como si fuese ese animal... aunque desaparece esa sensacion, sigo sintiendo que soy un animal despues de dejar de serlo... Esto es muy extraño, es como si recordase algo, algo muy poderoso en mi, pero no solo lo recuerdo sino que me posee... No se explicarlo mejor...Hermano, tienes que ayudarme! Estan todos contra mi! Lo presiento! Lo se! Todos quieren matarme por mis obras cuando ellos mismos no quieren ser conscientes de lo que ellos llaman atrocidades, que han hecho en el pasado y haran en el futuro y quedaran sin castigo!! Por que debo yo pagar por lo mismo?!

Steiner escuchaba sobrecogido a su hermano, sin saber que contestar. Realmente Bringwor habia perdido la cabeza? o habia sido maldecido de alguna manera?

Mientras Bringwor decia eso, Steiner se percato de la tension en los musculos de su hermano; parecia que las fibras de su cuerpo fueran a resquebrajarse como una tela vieja.
-Tienes que ayudarme, Steiner!!- Las manos de Bringwor se agarraron con fuerza al suelo. Las uñas amenazaron con partirsele y lo hubieran hecho, si no se hubiesen convertido en garras!
-AAAARGGG!!!- La boca de Bringwor se abrio de manera desmesurada y aparecieron restos de una baba que no era humana. Su boca y nariz se alargaron grotescamente en forma de una especie de hocico. La situacion era terrible. Steiner se echo hacia atras asustado, muy asustado. Que le estaba pasando a su hermano? En estos momentos parecia como si se hubiese tragado a una bestia entera y esta amenzaba con salirle al completo por la boca.
Los huesos del rostro y el cuerpo crujieron como si se rompieran o dislocasen y adopto una posicion con las cuatro extremidades en el suelo, para proseguir su metamorfosis.
El vello que tenia en su cuerpo se hizo aun mas abundante convirtiendose en un pelaje pardo.

En donde antes se encontraba Bringwor ahora habia un enorme oso. La bestia miro a Steiner y rugio con fuerza. Steiner asustado corrio hacia la puerta, abrio como pudo y salio entre tropezones, con el pulso a mil por hora, al borde del infarto.

Muy a su pesar Bringwor debía ser atado en cuanto se pudiera. Después debía pensar, debía pensar durante un tiempo para ver qué ocurría, aunque se estaba haciendo a una idea.
Eso era lo peor, su plan era dejar que sus hermanos "arreglaran" el mundo y tomaran sus propias decisiones. Todo ello, sin que le hicieran ningún mal a Bringwor.
Al primero que vio fue a Dimmu. A su lado Ferez. Sabía que Ferez y Valof habían estado todo este tiempo juntos y así habían sobrevivido. Al igual que el sentía un amor profundo por sus hermanos, Ferez lo sentiría por Valof, así que Steiner rezaba porque Einer pudiera salvar la vida del cruzado, o de lo contrario la orden estaría deshechas para siempre.
Steiner se acordaba de Fill, el gigante. Un amigo de antaño. Ferez y Valof llevaban el signo de Fill en sus armaduras. Compartían mucho aunque no lo recordasen.
"Te voy a necesitar. A los dos. Bringwor está enfermo. Creo que es eso o una extraña maldición, pero tengo que hacer comprobaciones. Necesito que reunas a todos los demás." continuó hablando dirigiendose a Ferez "¿hay otra estancia donde nos podamos reunir?"
Ferez asintió con la cabeza. Ese sería el lugar de la nueva reunión.
"Busca a VII y Stanford. Yo buscaré a Einer"

Steiner se acercó a la misma sala principal de reuniones. Allí esperaba encontrar a Einer, al monje y al soldado. Pero no los encontró. Allí solo estaba el soldado al que esperaba econtrar con un tercer soldado, limpiando la sangre. Era una buena idea, por éso no iba a decir nada.
"Están dos estancias más allá. El cruzado dijo que necesitaba tranquilidad" dijo el soldado como si pudiera leer su mente antes de realizar la pregunta.
Tras ver lo avanzado de su labor, Steiner comprendió que debía haber estado horas esperando en aquel cuarto oscuro. Había cerrado la puerta y dejado a un soldado vigilando la puerta.
Al acercarse a la puerta referida, esta se abrió unos pasos antes de que llegara. Por ella salían Einer apoyado en el monje. Einer estaba acabado. Casi muerto. Exahusto. Esperaba oir buenas noticias. Einer alzó la cabeza con un esfuerzo enorme, para después asentir con la cabeza y volverla dejarla caer.
"Descansa. Pero tenemos que reunirnos en breve."
"Asistiré" dijo con un hilo de voz.

Una vez reunidos todos, permitió al monje asistir a la reunión. Einer estaba tan mal parado que necesitaba ayuda incluso para estar en pie. Sin duda había usado magia muy poderosa y ésta le había pasado factura.
Dirigiendose al monje Steiner le dijo "informanos a todos cómo esta nuestro hermano Valof, ya que es innecesario hacer gastar energía a Einer para ello"
El monje tosió y comenzó la narración "Pudimos estabilizar el alma del cruzado. Entonces le trasladamos a un sitio tranquilo. Allí vuestro hermano comenzó un sortilegio para el que hace falta una ceremonia, un ritual. Tras mucho esfuerzo y con una pequeña ayuda mía, vuestro hermano Valof volvió a la vida. No obstante, se recupera de unas heridas terribles. Vuestro hermano Einer, pudo recomponer la carne y tejidos que le faltaban. Pero para ello tuvo que usar otros sortilegios muy poderosos. Por todo ello, se encuentra ahora así"
Al no tener nada más que decir, el monje se sentó.
"Ahora es cuando vienen las malas noticias" comenzó diciendo Steiner "Bringwor no está bien. Creo que sé lo que le ocurre, pero no quiero aventurarme. He de hacer una serie de comprobaciones para lo que necesitaré dos cosas. Soledad. Y a él." dijo esto señalando al monje "Digo esto porque durante unos días no me vereis. Y a Bringwor tampoco. No quiero que se le haga ningún mal, pues al igual que deseo curar a toda la gente de ahí fuera, deseo curar a mi hermano. Si no soy capaz de hacerlo con él, ¿cómo voy a ser capaz de curar a nadie más? Os toca a vosotros tomar las decisiones oportunas sobre el futuro de todos. Os prometo salvar a Bringwor. Espero que podais prometerme lo mismo respecto al resto del mundo."
VII se levantó y habló de forma rotunda
"Hay muchas cosas que no recuerdo. Pero si algo tengo claro es que si me hice cruzado fue en la búsqueda del bien y un mundo mejor. Por mi parte no tendrás problemas, prometo que salvaré al mundo aunque mi vida sea el precio"
Ferez se levantó habló también.
"Yo era el primero que habría matado a Bringwor. Pero solo para defendernos a todos. Sabía que ése no podía ser Bringwor, él no haría nunca algo así. Si pudo tan fácilmente con Valof fue porque éste pensaba igual y se levantó confiado a abrazar a un hermano. Que es lo que sois todos para mí, y para Valof"
Steiner respiraba más relajado.
"Mejor. Pues necesitamos nuestra unión para sobrevivir. Si nosotros no estamos unidos no podemos arreglar nada. Pero si permanecemos juntos y unidos, seguro que saldremos vencedores de cuantas contiendas nos esperen"
Dimmu se levantó para hablar también.
"Hermanos somos y como hermano vuestro me siento. Solo he dicho que defendería la vida de Bringwor de cualquiera. Haz lo que tengas que hacer, pero traenos a nuestro hermano de vuelta. Y por el resto no te preocupes, sabes que puedes confiar en nosotros"
"Lo sé. Suerte a todos" y dicho eso Steiner y el monje se marcharon.

Recordaba que estaba hablando con su hermano, pero de repente todo se hizo oscuridad. Era una bestia y tuvo un vago recuerdo de querer atacar a Steiner al verse amenazado, pero no sabia por que motivo su hermano tambien queria matarlo. Si pudiese recordar tal vez pudiese alcanzar la respuesta, pero no pudo.
De momento espero en la habitacion encerrada donde empezo a sentirse como animal enjaulado. Busco rapidamente una ventana, pero no la hallo, solo la rendija bajo la puerta podria darle el aire que creia necsitar. Se agacho y pego su narizon a la rendija aspirando muy fuerte.

En ese momento Stanford paso por delante de la puerta de Bringwor y escucho como si un animal de gran tamaño olfatease tras la puerta. Stanford no pudo parar de recordar a un perro de gran tamaño tras una puerta, que cree saber que su dueño esta tras ella y olfatea profundamente para asegurarse. Stanford se aparto de la puerta con recelo y acelero el paso para reunirse con sus hermanos de armas, sin dejar de echar un ojo a la puerta.
-Esta bien... con tanto follon que se ha montado se me ha ido de la cabeza en que hemos quedado?- Dijo Stanford a sus hermanos.- QUe hemos decidido entonces?
-Esperaremos que lleguen los demas- Sentencio DImmu.
-Con esa bestia por aqui?- Recrimino Stanford.
-Esta encerrado y pronto Steiner estara con el.
Stanford se resigno. :- Esta bien y cual es el plan?Que les vamos a decir?

La vida era algo muy efímera pero era algo que no se podia dejar escapar tan facilmente y mas si se podia hacer algo por retenerla. Esos fueron los pensamientos de Einer cuando estaba tratando a su hermano de cruzada Valof, no habia tiempo que perder pero el coste iba a ser inmenso, eso no le importaba. No sabia como pero de su mente brotaban las maneras, los rituales, los encantamientos necesarios para regresar a la normalidad aquel maltrecho cuerpo.

Einer veia como la carne se regeneraba a pasos agigantados, como se formaba de nuevo las venas, los tendones, los musculos, como se iban uniendo en perfecta sincronizacion, pero tambien iba notando como las fuerzas se le drenaban hacia el pobre Valof. La Luz estallaba en aquella habitacion como el nacer de un nuevo dia, otra persona se hubiera quedado perpleja al ver esa estampa, pero el monje ya era conocedor de toda aquella "parafernalia", y veia como se deterioraba el cuerpo de Einer, como su energia fluia a traves de esa luz hacia el cuerpo de Valof. Mas en una de esos encantamientos tuvo que socorrerlo porque Einer casi se desvanece inconsciente en el suelo, despues de mas de medio dia llego la hora de la reunion.

La tos seca paso a ser un espeto de sangre que el pobre Einer tuvo que arrojar con la poca fuerza que le quedaba, y de el salio una voz quebrada, -Soldado, haz guardia delante ... cof, cof, cof, de la puerta y que nadie en la sala sin mi cof, cof, cof, permiso ... La voz sonaba como si de un muerto se tratase, al mismo tiempo que por la puerta se escuchaban unos pasos, era Steiner que venia a informar.- ¿Como esta Montaña?, cof, cof, cof- y el espeto de sangre fue mayor que el anterior, la mirada de Steiner fue un poema, todavia conservaba el pulso acelerado del susto, -No se como decirtelo, pero delante de mi se convirtio en un enorme oso, y si te digo la verdad no se como voy a ayudarlo ahora, estoy demasiado centrado ahora mismo en ver como arreglo esto antes de ir a la reunion-. Einer miro a su hermano y sacando las pocas fuerzas que le quedaban le comento,- Cuando acabe la reunion pon delante de su celda un buen camastro de paja, si se como es mi hermano, lo que ahora necesita es nuestro olor, y es lo unico que puedo hacer por mantener su parte humana tranquila, y no me repliques esta peticion-. La tos se vino a su garganta como los truenos a una tormenta, habia gastado las fuerzas en decir estas ultimas palabras y la sangre volvia a arrojarse otra vez desde su garganta en mas cantidad.

Al termino de la reunion, el monje ayudo a Einer a llegar al lugar donde queria pasar la noche, y cuando llegaron alli habia un enorme monton de paja a modo de camastro, casi ocupaba el pasillo entero, dejando solo un hueco estrecho para el paso, cuando llegaron de la habitacion salian unos ruidos fuertes, no era otra cosa que la respiracion de un gran animal, y este al notar la cercania de personas embistio contra la puerta, pero esta ya habia sido preparada, habian seis maderos a modo de cerrojo, de no ser asi la puerta hubiera cedido, el monje asustado dejo suavemente a Einer sobre el camastro y este le hizo un ademan con la mano para que se marchase, no se lo penso dos veces, la bestia seguia olfateando, pero al cabo de unos segundos las acometidas cesaron y como si de una melodia se tratase, el olor de su hermano Einer, calmo los animos de Montaña, que placidamente se escucho como se acurrucaba en el suelo de la habitacion y al cabo de un rato los ronquidos se podian escuchar casi en los salones del templo ....

- Te pido perdón- Dimmu se quedó extrañado. - Puede parecer que quisiera matar a tu hermano, de hecho lo habría matado de haberse zafado de vosotros dos, gracias que no lo consiguió. Pero tu hermano entró aquí buscando sangre y cometió un acto atroz. Por suerte ahora lo tenemos controlado y espero por su bien que encontremos una cura para el mal que atormenta a tu hermano. De verdad que lo espero.
VII le tendió la mano al favorito de Eru
Se sintió aliviado, desde el incidente con Bringwor había anidado en el corazón del cruzado un sentimiento amargo, como si hubiese perdido la esperanza. Ahora, desde que despertara sintió que estaba verdaderamente entre cruzados que no estaba solo. Por fin los hermanos estaban empezando a comportarse como lo que eran.
las manos deshicieron el nudo y se sintieron como verdaderos hermanos.
- Estoy contigo, hermano. A Duma hemos d ir pocos y eliminar esta amenaza escondidos en la sombra. en cuanto a los señores hemos de saber de que disponen, aunque mucho me temo que ninguno tiene fuerza para la guerra y para más desgracia el único que tiene poder militar es el rey d duma. Y para empeorar las cosas eso es precisamente lo que quiere el rey que le declaremos la guerra abierta. así tendrá lo que busca la afirmación de que nosotros somos el mal. aquellos que quieren acabar con el único que tiene el poder para acabar con la plaga.
mucho me temo que nuestra labor es mucho mas complicada que la de un asesino en las sombras. primero hemos de descubrir l misterio de la plaga y nuestro primer objetivo no es otro que el sumo sacerdote.

Sabía que habían pasado dos días. Dos lunas enteras, pero aún no había conciliado el sueño. Cuando volvió a encontrar a su hermano, éste parecía dormir, así que con la ayuda del monje lo subió al camastro. Una vez en él se despertó
"¿Qué ha pasado?"
Su tono era de preocupación.
"Te transformaste. En un oso. Tuve que huir y encerrarte para que no me mataras. Comprenderás que tome esta medida" le dijo su hermano Steiner enseñandole una argolla para el cuello.
"Pero es enorme, no es de mi medida"
"Lo sé, pero si te pongo una de tu medida ahora, seguramente te ahogarás cuando te transformes."
A partír de ése momento las conversaciones se fueron desvaneciendo poco a poco. Steiner necesitaba concentración. A veces comentaba cosas con el monje. Cambios de parecer u opiniones. Pero otras parecía como si hablase solo. Como si hablase para él mismo.
Ése día había sido nefasto. Su hermano se había transformado dos veces en Oso durante ese tiempo; y las cadenas habían resultado muy fructíferas. Pero ése día se había transformado en lobo. El monje y él mismo escaparon por los pelos. Steiner había recibido un mordisco en el brazo, y el monje se lo curaba mientras él seguía pensando una solución. No le hubiera pasado nada si hubiera ido con armadura, pero había decidido apartarla por dos motivos. Porque confiaba en el truco de la argolla, y porque antes se dejaría matar por su hermano Bringwor que hacerle algún daño.
"Llevarmos cotas de malla a partir de ahora. Solo en el torso y mangas, para que no nos resten velocidad de huida" el monje asintió con la cabeza.
Esa noche volvieron. Su hermano era hombre otra vez, y estaba en el suelo inconsciente, como otras veces. Entre los dos le ayudaron a subir al camastro, cuando se despertó. Al apoyarse en el brazo de Steiner, éste emitió un pequeño quejido.
Bringwor pareció ver u oler la herida, y miró con cara de susto a su hermano. Éste negó con la cabeza y le dijo
"No ha sido nada" Pero para el grandullón no pasó desapercibido las camisolas de malla que ambos llevaban, y las grandes ojeras que se veían en las cuencas oculares de ambos. De su hermano podía esperar que no durmiese hasta dar con una solución, pero del monje le sorprendió.
Steiner había hecho varias pruebas con su hermano, como si experimentase con un animal. Sus dos primeras sospechas se habían deshecho rápidamente, pues ni era una maldición, ni se trataba de un beornidad. Raza antigüa de cambiapieles. Aunque esta opción ya la daba por descartado dado que de serlo su hermano, deberían serlo Dimmu y él mismo también. Einer era un hermano adoptado, pero amado como uno de sangre.

Sangre que brota, que mana, que fluye, constante, incesante. No se detiene, pero llega a una laguna y allí se mezcla con el agua formando una extraña espiral. Roja, cada vez más roja. Y en el fondo de la espiral su hermano Bringwor se ahoga, se hunde, se pierde. Su hermano. El poderoso Bringwor. El que tiene una fuerza sobrehumana. El mago de la naturaleza. El del enorme corazón. Su fuerza, su poder, su bondad, no le sirven y se hunde en medio de ésa espiral de sangre y agua.
Sangre que brota, que mana, que fluye.....
Steiner se despertó sobresaltado. Por la puerta entraba el monje con algo de comida y leche.
"¿Cúanto he dormido?" preguntó.
"Día y medio"
En otras circunstancias, se habría reprochado que él se durmiera y el monje no. En otras circunstancias, se habría dado cuenta que estaba hambriénto y necesitaba aquella comida como el que más. En otras circunstancias......
Pero ahora no. Tenía algo muy urgente que hacer. No sabía cómo había llegado hasta allí, pero caminaba a grandes zancadas por el pasillo. El monje tenía que dar pequeños acelerones de vez en cuando para poder seguir su ritmo.
Entró en la estancia de Bringwor sin comprobar si lo que había dentro era hombre o animal. Por suerte era hombre
"Creo que ya sé lo que te pasa"

Al día siguiente que Steiner despareciera con el monje para cuidar de Bringwor, llegaron los primeros jinetes. Eran seis. Sus armaduras relucían buena calidad para el ojo experto. Pero estaban ensuciadas adrede con el fin de pasar más desapercibidos. Los daños eran reales, aquella gente había peleado, incluso se diría que recientemente.
Fueron instalados en las estancias que Dimmu había previsto para ello; pues cuando Dimmu dió su paseo con Ferez y Stanford, lo primero que vio es que podría no haber estancias para todos; y para colmo tres de ellas ya las ocupaban enfermos, Einer, Valof y Bringwor.
Durante los siguientes tres días fueron apareciendo en un goteo constante. Grupos de cinco, cuatro, seis, o solamente dos jinetes.
Se apreciaba cuando eran soldados y cuando monjes. Los primeros iban siempre armados y en mayor o menor medida, con armaduras. Los monjes, en cambio, solo vestían túnicas; aveces sucias y rotas, otras algo más decentes, pero nunca relucientes.
Al cuarto día llegaron dos jinetes. Un monje y un soldado. Ambos viejos. Ambos conocidos. Eran el prior del Templo de las Almas y Valmahar.
Eran los últimos invitados que se esperaban, tal y como comentó Valmahar.
Ahora tocaba reunirles y explicar lo que hubiera que explicar.