Capitulo 2 En tierra hóstil (Tanke y Docher)

-pero que dices,¿bien? menuda mierda, me ha machacado, lo bueno es que me ha dejado un bonito recuerdo.- dijo llevandose la mano al cuello. Esto no es mas que una lección. por cierto, gracias por coserme yo no olvido a un amigo, estoy en deuda contigo.- dijo mirando a Talión, que permanecia a su lado limpiando los útiles de sutura. -no me debes nada, lo hubiese hecho por cualquiera. procura que no vuelva a suceder-. su voz era grave pero el giño de ojo suavizó la reprimenda.

al mismo tiempo el eorlinga observaba la escena junto Gariedes
- ¿a quien nos has traido Gariedes? ¿seguro que son de fiar? esepar de granujas se van a escapar con los caballos en la próxima guardia, hoy ya han tenido suficiente guerra para toda su vida- El eorlinga era un tipo nervioso, parecido a un hurón. No le gustaba la gente nueva, prefería trabjar con gente que conocía de ante mano, sabía a que atenerse. tanke había confirmado su peor augurio, un novato.

-Parece que a ti nunca te han tocado en combate, esa media oreja podría haber sido media cabeza si yo no hubiese atravesado a aquel haradrín.- Al tiempo que acarició la zona secionada con el filo de su espada- Esos dos son legionarios de la cuarta, te entras. de la CUARTA. sus ojos se volvieron fríos como el acero.
Tanke y docher se volvieron al escuhar el grito deguerra de su legión, pero solo contempalron la espalda de gariedes cuando se dio media vuelta y se unió con bimbur en la tarea de romper bocas para sacar dientes de oro.

-Bien, enterremos los cadaveres a unos 20 metros del camino y continuémos el camino.-Dijo Trafeh.-Tanke irá en el carro con Bimbur.
-Deberiamos buscar un sitio que esté a cubierto-Apuntó Talion.-No estaría bien que alguna expedición de montañeses, nos viesen enterrar a 16 paisanos suyos.
Estuvieron todos de acuerdo y así lo hicieron. Encontraron un lugar de tupida maleza y algunos árboles, propios de la zona; era perfecto para deshacerse de los muertos.

Pronto la noche volvió a alcanzar al grupo, pronto tuvieron un buen fuego encendido, según los cálculos, un solo día los separaban de Eruduian, así que se podían considerar en territorio aliado, si alguien veía el fuego , seguramente sería gente del poblado y podrían guiarlos. Solo rezaban por que los 16 enemigos abatidos no fueran gente del poblado.
Tanke descansaba su dolorido cuerpo, sin duda los valar estaban de su parte, pues la curación de Talion había sido muy buena.
-Tanke... eeh...hola-Al abrir los ojos el angahriano se encontró la fea cara de Bimbur mirándolo- Yo sé que la mayoría no me creéis, así que si sirve de algo, te pido disculpas.Se que casi te cuesta la vida, pero esos dunlendinos nos iban a robar en el mejor de los casos.¿Viste como trató al general?eso no podía tener buen fin...
-Y los signos-Apuntó Tanke.
-¡Ah si! Y los signos.
-Tranquilo enano, esta situación debía de llegar alguna vez. ¡Somos guerreros! ¿Qué clase de guerreros somos si no combatimos? Todos vimos que no vinieron amistosos, hubieran signos, posibles robos... que más da.Eran enemigos del Imperio e iban con muy malos modos. Hicimos nuestro trabajo.Defender la carga.
A Bimbur se le pusieron los ojos cristalinos de escuchar hablar a Tanke con esa pasión.-Amigo Tanke, no te muevas, tengo cerveza en mi equipaje, traeré un poco para que brindemos los 2. Eres grande, amigo.-Dijo mientras se alejaba de la posición de Tanke.-Y un gran guerrero.Tendrás más oportunidades de demostrarlo...
-Si continuas a mi lado, sin duda- pensó Tanke.
El enano continúo hablando , pero al estar lejos, Tanke solo escuchaba un murmullo.Al rato volvió y bebieron juntos.

Docher entró por la puerta, cerrándola a su espalda. Había una sala muy desordenada.Al fondo había un hombre sentado,con las miernas cruzadas y las manos sobre las rodillas,al mirar sus manos descubrió que tenía 6 dedos en cada una; sus largos cabellos blancos caían hacia delante, miraba al suelo y no podía observar su rostro, pero suponía que era un viejo.Sintió la necesidad de conocer y se acercó al anciano, como si este pudiera darle respuestas. De repente el hombre levanto su vista; Docher descubrió que entre sus cabellos no podía observar su rostro, pero no porque estos lo tapasen, sino porque no tenía rostro, sus rasgos faciales eran una mancha oscura, como si fuera una sombra. Docher sintió temor del hombre sin rostro, el cual comenzó a hablar con una voz de ultratumba y en muchos idiomas, hasta que dijo algo en la lengua común:- Nada puede detener el destino.Al final del camino está la muerte.La cadena va encajando y ya nadie puede detenerla. Ya ha empezado.
Docher se medio incorporó de un salto.Estaba sudando.Obrservó a su alrededor y vio la hoguera encendida, cerca de ella estaban Lassar y Rash, los cuales lo miraron sorprendidos.
-¿Una pesadilla?-Preguntaron.
-S...si-Respondió confuso Docher.El pequeño de los Yeikov había tenido otras pesadillas en su vida, como era lógico, pero esta lo había dejado un tanto traspuesto, sobre todo porque aunque al pensarla con lógica había sido totalmente surrealista, pero lo que era extraño, aun así es que le había parecido terriblemente real y sentía un pánico ilógico.

OFFROL: lo dejo aquí, el resto de la noche pasa sin mas cosas destacables.Tanke puede describir si quiere la conversacion con bimbur mientras beben y ademas puede esperar a q se despierte docher y le cuente algo de su extraño sueño.Aunqe al fin y al cabo solo es un sueño.Podeis describir la mañana y como recogeis el campamento si os sentis inspirados y teneis ganas de escribir. Estais a 1 dia del poblado Dunlendino.

Bla bla bla……. El carromato traqueteaba por el pedregoso camino al ritmo del barboteo del enano. - En oriente salvamos al supremo emperador Takahasi, allí conocí a mis cuadrilla humana, a mi me gusta llamarla la cuadrilla de la araña, o la compañía del dragón, queríamos apropiarnos del tesoro de un dagón. Sabes amigo- y le atusó un codazo -Pero todo termino al enfrentarnos a un demonio en mordor. Bla bla bla -
¿demonios, emperador un dragón? -
- si y logatighs y la guerra del norte cuando salvamos al imprerio--
-Tus míticos viajes habían recorrido más leguas que los cascos del caballo de Orome.
Miticos, que palabra, me gusta.
Esa fue una de las pocas incursiones en el soliloquio enanil por parte de Tanke. Aun así el cuento no perdía interés. El enano lo contaba con vehemencia e incluso algunas cosas parecían creíbles. Pero de repente el relató varío por otro sendero paralelo. Bimbur comenzó a relatar los combates que había librado por su odisea.
Una de dos, o era el mentiroso mas embustero de la tierra media o era verdadera maquinaria de guerra.
Bimbur captó más atención de su compañero de viaje cuando hizo himcapie en las técnicas de combate y se afanó más si cabe. Empezó a describir con todo lujo de detalles los combates más duros. -Hay que blindarse, muchacho, ataque y parada simultáneos es una técnica arriesgada y puedes sorprender a mas de un rival.-
Pero el enano era incapaz de mantener un solo tema y mucho menos de parar de hablar.

Las colinas dominaban el panorama, escarpados riscos y profundos valles. Una amenaza continua en cada curva, en cada pared. el carro se atarantaba o amenazaba con precipitarse al vacío. El día caminaba despacio, demasiado. Estaban cerca de su destino pero parecía estar mas lejos que al principio.

Leomund se rascaba el cuello con fricción. –
¿otro mal presagio? Si general no puedo evitarlo algo me da mala espina- - no te preocupes-
Tarfeth sabía como dirigir a sus hombres, el eorlinga tenia ataques supersticiosos cada dos portres, apenas le preocupaba. Sin embargo lo que había sucedido con los dunlendinos le preocupaba. Esperaba que Bimbur y los dos novatos no la cagasen.

El campamento se había dispuesto en circulo pero con el carro blindado a un lado. Tarefh no quería levantar demasiadas sospechas. Los caballos se habían desenganchado, por lo que, nadie podría llevarse el carro empujando, necesitaría combatir primero con sus guardianes.
El despertar de otra mañana pillaba a Docher dormido. Había tenido guardia a última hora de la noche; para él, la peor sin duda. La primera guardia se podía soportar porque si no pasaba nada, dormias el resto de la noche de un tirón. Y la última porque si seguía sin ocurrir nada, dormías la mayoría del tiempo y te levantabas temprano. Pero esta no había sido una guardia normal; tal vez por el subidón de adranalina, o por sentir el pesar y la tristeza de su hermano (junto con las miradas de desprecio de algún compañero de soslayo) hicieron que no se durmiera enseguida, por lo que, cuando le tocó guardia apenas había dormido.
El campamento era levantado cuando Docher aún seguía con la guardia ante un posible ataque que los pillara de sorpresa mientras se ponían en marcha. A Docher le tocaría desayunar mientra viajaba; pero no se quejaba ni ponía mala cara. Era un novato en el combate y ahora todos lo sabía, así que, tenía que aparentar ser lo que era, un ex-legionario de la IV Legión y por lo tanto, un tipo duro para el combate.

La marcha era dura y lenta, muy lenta, el deseo de llegar a su punto de destino hacía que todo pareciese que en lugar de acercase se alejasen; ese era un sentimiento tenido por todos. Los malos presagios del siempre supersticioso Leomund no eran tomados en serio por casi nadie, siempre había causas de mal presagio: porque volaban los pájaros, porque no volaban, porque volanban mucho, o muy pocos, porque el rio llevaba poca agua, porque llevaba mucha. Era increible e incomprensible para Docher cómo tomaban como un combatiente en serio a un personaje como ese, que parecía más una vieja asustada por cada sombra en el camino. En cambio, a su hermano, de quien Docher conocía de sobra su valentía y bravura, aún lo tomaban como un niño al que enseñar. No le importaba que tuvieran de él ese mismo sentimiento, lo que importaba es que ciertamente Tanke no había sabido demostrar lo que él realmente valía.
Para colmo escuchó como el enano parecía darle lecciones de combate, cuando Docher escuchó eso, se acerco pausadamente al carro. Bimbur le caía bien, pero tal vez su hermano no se tomara muy bien que le quisieran dar lecciones. La cosas se podrían poner feas. Para alivio de Docher, Tanke no solo no se molestó, si no que además parecío interesarle aquella charla y querer aprender.
Docher no hablaba de ese asunto ante su hermano, ni si quiera del enemigo que el propio Docher abatió. Por el contrario hablaba de hazañas del pasado en las que se demostraba la valentía de Tanke, y cuando alguna era de gran proeza procuraba que todos la escuchasen. De hecho, ya había hablado con varios, incluido Bimbur, y les había contado que su hermano Tanke salvó la vida de un gran herrero enfrentándose él solo a tres hombres armados en un callejón oscuro, y que además, después de un gran combate los hizo huir.
No podía entender el poco respeto que tenían ante el único ejemplo a seguir que Docher tenía en este mundo.