Ragnarok provisional

Allá en las proximidades del Mar de Rhûn, en el lejano Khand, se asentaba Al-Kahder, un poblado variag, conocido por todos en el desierto del Harad por ser la más furiosa y beligerante de las tribus. Si bien no era una tribu que se caracterizase por su afán de conquista de nuevos territorios, es verdad que cuando se sentían bajo cualquier tipo de amenaza no dudaban en ofrecer todo su poderío en la lucha, luchaban como dementes empuñado sus enormes armas, los usriev, no daban cuartel en la lucha y eran incansables guerreros capaces de luchar durante horas sin desfallecer.

Hijo de Kahlim y Jazeera, nació Râgnarok, un bebe que no parecía sino un simple integrante más de la tribu, pero pronto fue capaz de demostrar su valía como guerrero y con tan solo 11 años ya formaba parte del ejercito… con 17 formaba parte de los soldados de élite, pocos eran capaces de manejar el usriev como el, pero es más, era un maestro también en el manejo del alfanje y el escudo. Su padre se sentía la persona más orgullosa del mundo cuando veía a su hijo en combate, pero había algo que le preocupaba, su hijo no mostraba sentimientos hacia sus rivales, su rostro no reflejaba compasión, ni tampoco reflejaba odio, simple y llanamente mostraba indiferencia.

El comercio con los poblados orcos de la cercana Mordor, le enseñaron a manejarse en las oscuras lenguas de aquel lugar, gracias a lo cual, comenzó a escuchar historias fantásticas, historias de lugares lejanos donde había seres como los dragones, escuchó hablar de Falah-krum, El Lagarto Negro y de los maravillosos tesoros que guardaba. Cada 10 años salía de su guarida y arrasaba los pueblos de los alrededores de las Montañas Grises. Faltaban 18 meses para su próxima aparición y nadie podría frenarlo hasta luchar contra el Lagarto.

Sin pensarlo un instante, preparó su petate y explicó a sus padres cual era su propósito, “jamás pensaría que tu ímpetu te llevase a querer cometer tal locura hijo” – le dijo su padre con rostro serio mientras su madre sollozaba porque se despedía de ellos su primogénito, allí dejaba también a su querida hermana Azeeza, que pronto se convertiría en una hermosa sacerdotisa.


Varias semanas habían transcurrido ya desde que abandonó Al-Kahder y su única compañía había sido su fiel caballo Valag y su enorme usriev con el que cada noche hablaba. En la lejanía, el humo y el delicioso olor a comida caliente le hicieron ver que se aproximaba a un asentamiento humano. Fue allí donde conoció de forma fortuita al grupo que lo acompañaría después de múltiples aventuras a luchar contra Falah-krum. Un grupo bastante heterogéneo formaron: dos nobles numenoreanos, un elfo afeminado y un apestoso enano.

Tras un sinfín de aventuras, por fin llegaron al lugar que tanto deseaban, estaban bajo las Montañas Grises y tan solo faltaba 1 mes para que la bestia despertase, ya solo era cuestión de esperar y de esperar noticias. No tardaron en llegar, el dragón tan solo se retrasó un día según las cuentas que Râgnarok había hecho. Otros 2 grupos de 4 y 7 integrantes querían terminar con la bestia y habían viajado desde lejos para derrotarlo.

Y dieron con el, el enorme monstruo alado sobrevoló un pequeño poblado de unos 200 habitantes destruyéndolo todo en apenas dos llamaradas, era el momento de seguirlo hasta su guarida para terminar con él. Y así fue como sucedió, 16 guerreros armados hasta los dientes dieron con la madriguera del lagarto al cual iban a dar muerte, o al menos eso esperaban.

Sin dudarlo ni un segundo se adentraron, el miedo se percibía entre los pasillos, la respiración de la enorme bestia se dejaba sentir dentro de todo aquel laberinto de túneles. Al fin había llegado, una enorme sala repleta de tesoros en pie, sobre ellos, la majestuosa figura del dragón, los miraba con un gesto que parecía desdeñar una sonrisa arcaica, la sorpresa debían olvidarla. “Entrad, no tengáis miedo, habéis venido a por mi, y jamás saldréis de aquí, esta será vuestra tumba”, estas palabras retumbaron en el nido, pero la bestia no movió sus mandíbulas.

Su primer ataque fue fulminante y 4 de sus rivales dieron contra el suelo convertidos en ceniza, entre ellos uno de sus compañeros numenoreanos. La primera arremetida fue terrible pero en cada uno de sus siguientes ataques fueron cayendo uno a uno todos y cada uno de los de los insignificantes insectos que osaron enfrentarse a tan duro rival. Râgnarok sufrió un terrible golpe el cual rompió su cadera y fue a terminar con su cuerpo yaciendo sobre el tesoro del dragón, ya todo parecía perdido, pero el rebuscó entre todos los tesoros dando como por arte divino con una jabalina, cuando Falah-krum decidió terminar con su vida, la suerte pareció volver a sonreírle y esta vez de manera definitiva, su brazo, como impulsado por el mismísimo creador, lanzó la jabalina con una fuerza brutal atravesando a la bestia en el centro de su miserable corazón.

Su siguiente imagen fue como otra enorme criatura alada, aunque más pequeña que la anterior, se posó junto a el, ya nada quedaba por hacer desarmado y malherido cerró los ojos esperando ser devorado.


Abrió los ojos, no sabia ni como ni porque, pero estaba vivo, salvo que hubiese ido al averno, pero aquello no podía ser el averno, sus vestiduras eran de suave y hermosa seda.
Una hermosa dama de tez blanca y ojos almendrados se le acercó y le dijo: “Gracias por lo hecho, joven sureño, ¿qué tal te encuentras para visitar la dama de la Corte? Mi nombre es Lyrin”.
Su recuperación parecía haber sido prodigiosa, pero realmente había estado más de cuatro semanas inconsciente.
Allí se encontraba, en aquella negra construcción, frente a él, dos enormes puertas que escondían el más bello de los salones que jamás había visto. La dama Ardana se sentaba en su trono.
Lo adoptaron y lo educaron como a un noble cortesano, le proporcionaron las mejores armas y armaduras, además del Corazón del Cuervo que le proporcionaría longeva vida.
Con el tiempo, su atracción por Lyrin fue in-crescendo, aquella que lo había devuelto a la vida, era la mujer más hermosa que había visto. No tardaron en enamorarse mutuamente el uno del otro y se comprometieron para lo cual él le dio el anillo de su familia y ella a él su anillo mágico. Se comprometieron el uno con el otro y Râgnarok decidió llevarla a conocer a su familia, pero en su camino, se encontraron con lo que no deseaban encontrarse, las hordas arukain, una patrulla compuesta por 6 de estos engendros del demonio les atacó terminando con la vida de la bella Lyrin, Râgnarok en un ataque de furia incontrolada termino con los 4 arukain que quedaron en pie, pero había sido demasiado tarde, su amada yacía en el suela ensartada por una espada y nada pudo hacer por ayudarla como ella hizo con él en su día. El variag dio digno sepelio a la hermosa medio-elfa y se juró que no descansaría hasta hacer desaparecer de la faz de la tierra a los no nacidos.


A partir de aquí, la historia ya la conocéis de primera mano.