Sesiones privadas de Angost King

El sueño llegó como una flecha. Había sido un día largo y una noche dura.
Las imágenes empezaron a llegar como un torrente. Primero estaba disfrutando en un burdel del placer de la compañía femenina. Jugaba a las cartas y bebía como si se fuera a acabar el mundo. A su lado una mujer de sinuosas curvas reía mientras se restregaba como una gatita. Luego todo se volvió borroso. Apareció en la reunión que había tenido esa misma noche para planear el secuestro.
Halaf estaba a su lado, estaba hablando sin tapujos
- "Lo digo, porque antes o después se liberará al noble; imagino. Y entonces puede que se persone en Tharbad y destape que todo lo hecho con anterioridad era un engaño ¿Cuenta con éso la Mano y no quiere decirnos qué va a hacer?¿O tengo que recelar que vayamos a ser los cabezas de turco de algo?"

Angost se fijó en Turgoll, parecía sorprendido, su cara se asemejaba a la de un niño al que acabasen de pillar robando un dulce. Acto seguido cambió de tema como si quisiera desviar la atención y se encaró con Lothar. Angost se fijó entonces en el Tahúr

Lothar parecía un lobo hambriento con las fauces sanguinolentas y la saliva colgando de la comisura de la boca.
- Es hora de reclamar al Zurdo.
- El Zurdo está demasiado mayor para estos trotes.
- Me da igual quiero al Zurdo.
La conversación era diferente pero parecía real. Era uno de esos sueños en los que uno sabe que no son reales, a pesar de lo que opinara el subconsciente.
Angost se sintió en medio de una pelea que venía de antes. Como si estos dos lobos con piel de cordero se hubiesen mordido con anterioridad. De repente, el príncipe se dio cuenta de que Turgoll llevaba puestos unos guantes de fieltro negro, algo grandes. Desde que lo conocía en la vida le había visto puesto ese tipo de prenda. “cualquier ladrón que se precie de serlo jamás llevaría esa prenda”.  Era sueño o realidad. Se habría colado esa imagen en su mente o sería producto de ella.
Levantó la vista y Turgoll parecía una bestia sedienta de sangre. Angost se retiró haciéndose hacia atrás con su silla. Mientras Turgoll pareció levantarse y estirar la mano enguantada hacia él…

-Esta claro que algo que no sabemos que va a pasar... y que La Mano no va a soltar al Noble hasta que este todo bien atado, para cuando proteste sea demasiado tarde...puede que nunca lo haga y no lo suelten y acabe en una carcel parecida a la del orco de dientes podridos... pero ese ya no es nuestro problema.-
La Mano era como un padre de familia que se encargaba de esas cosas, ellos eran aun unos niños en la Organizacion, para calentarse la cabeza mas alla de lo que Padre mandaba...
Pero luego cabia esa posiblidad de ser "cabeza de Krim-Khanan". Estaban dentro de una organizacion regida por ladrones y rufianes, estaba dentro de las posiblidades y la probabilidad parecia alta, pero estaban demostrando ser soldados disciplinados, valientes y muy valiosos ... Querria La Mano deshacerse de tales talentos que no paraban de crecer? Solo cuando fueran un peligro para ellos, en un futuro lejano, cuando vieran peligrar sus altos cargos, cuando quisieramos jubilar a los mas viejos ...pero no ahora...imposible...no seria logico... Angost se volvio a dormir.

Era viernes por la noche. Tyrok, Yauso, Dagorad y él compartían la casa con el Zurdo. Acurrucados bajo la luz de la chimenea el viejo truhan les contaba sus batallitas. Algunas con cierta gracia, a ese hombre le había pasado de todo.
Lothar acompañaba a Halaf al Tatuaje Rosa. Al Rubio le ardían los bajos y el Tahúr quería echar unas manos. Su compañeros no jugaban con él.
Yauso ausente y un poco hosco se fue a dormir. Al fin se había deshecho de ese apestoso komono o como se llamara. Tyrok y Dagorlad no tardaron en acompañarle.

- Tengo curiosidad. – Angost había esperado este momento, a solas con el Zurdo.
- Eso es bueno en un joven.
- Como es la Mano, a pesar de estar dentro no sabemos nada de ella.
- Es así desde siempre, por eso nunca entre en ella.
- Pero yo lo sé todo acerca de ella. Piensa un poco y verás claro como el agua. ¿Por qué no has puesto nunca un pie en el barrio prestamista? La respuesta es que el mayor banco del mundo se encuentra dentro.¿ Y quién lo guarda?
- La Mano.
- Exacto. Por eso es una trampa. La Mano no va a permitir que se robe a los grandes del mundo. Por eso todos ellos depositan su dinero aquí. Los mejores ladrones al servicio del mayor banco, es un poco irónico.
- No te sigo. Angost estaba asimilando lo que el Zurdo le estaba contando.

- Mira, Los grandes señores de la Tierra Media depositan aquí su dinero, saben que está a buen recaudo. Además el Banco de Tharbad tiene tratos con todos los reinos pueblos y demás rincones. Puede hacer operaciones comerciales a todo lo largo y ancho del mundo. Si se comete un golpe en ese barrio la reputación de la Mano y el banco quedaría en entre dicho y perdería muchísimo dinero.
- Entonces ¿porqué quiere la Mano hacer todo esto?
- No es la Mano quien quiere hacer esto, si no Turgoll.
- Pero no lo entiendo, porqué quiere Turgoll darle un palo a la Mano.
- Porqué por fin ha comprendido que nunca le djarán entrar en el Barrio Prestamista, que nunca dejará de ser el perro guardián de sus calles. Encargado de arruinar a nuevos ricos que vienen a molestar a los poderosos. Embaucar a los pobres burgueses. Ese es su trabajo, nunca podrá acceder al los poderosos ni ser uno de ellos. Por eso al final ha optado por traicionar a sus amos. Y quiere colgarnos el mochuelo a nosotros. No, Tenemos que engañarle y robarle el dinero a él. Porque de una forma u otra nos va a tocar ese marrón, mejor huir con el dinero y cargarle el muerto a Turgoll. No tenemos opción, si Turgoll quisiera ya estaríamos criando malvas, estaremos mientras le sigamos el juego. ¿ Te queda claro?

-...Vaya! ME dejas sin palabras! Como sabes eso...y desdes cuando lo sabes? - Entre que respondia y no el Zurdo,Angost miro pensativamente al suelo jugando con la suciedad que habia en este...y si esto era el delirio de un anciano...o una venganza tramada hace años? -Entonces hay que decirselo a los demas! pero Turgoll tiene tanto poder como para hacer algo asi? mover todos los hilos que esta moviendo? y a espaldas de La Mano...? Demasiadas preguntas Zurdo?
Esto es una locura!- Angost se incorporo y observo,aun pensativo, por la ventana, tras los barrotes, la ciudad casi en su totalidad a oscuras, excepto por algunas luces que salpicaban el oscuro manto , aqui y alla

- Mira chico, todo esto que estamos hablando es mi análisis de la partida.

-¿Que quieres decir?

-Sabes jugar a las cartas ¿no? - El chico asintió - Lo que yo he hecho es leer la mano que lleva cada uno según está jugando. Turgoll, ahora mismo tiene unas buenas cartas y un desengaño amoroso. No podrá elevarse de su condición, y eso es lo que más ansía el Hurón. Os ha ido enseñando el oficio, hacía tiempo que no se veían golpes tan audaces en Tharbad. Ahora que tiene un buen equipo, matará dos pájaros con una piedra. Se hará rico y se vengará de la Mano. Y nos echará el mochuelo encima. Piensa que el Hurón tiene la confianza de la Mano, le robará a su señor cuando menos se lo espere. Y ese momento ha llegado. Mucho me temo que esto lo viene planeando con mucha anterioridad. Nos lleva ventaja, Sus cartas son muy buenas.

O me estoy equivocando por completo. Pero mi experiencia me dice que en quince no se ha perpetrado ni un solo delito en el barrio prestamista, ni uno. Y eso es mucho decir para la ciudad de los Ladrones.

Esa noche Angost no podia dormir. Estaba nervioso, al dia siguiente se encontrarian con Turgoll, pero el necesitaba verlo antes...pero donde? ...Tal vez en el Espuma...si! podria estar asi.
Angost se levanto intentando hacer el menos ruido posible. El resto dormia, todos menos Halaf, despues de lo que le habia ocurrido le era complicado coger el sueño.
-A donde vas? - LE pregunto cuando vio que empezo a vestirse para salir- No puedo dormir, voy a dar una vuelta, necesito aclarar mis ideas.
-Te acompaño, yo tampoco puedo dormir.
-Amigo, no es por menospreciar tu siempre grata compañia, pero, preferiria que hubiera alguien despierto aqui vigilando, ademas de que necesito estar solo...
Halaf lo comprendio. -Esta bien... si es para traer contigo uno de tus geniales planes mejor que mejor jeje!
-Ojala! Aunque no se bien si llamarlos geniales o de locos y hasta que salen nunca podemos llamarlos "geniales".

Angost se marcho abriendo y cerrando la puerta intentando hacer el menos ruido posible.
La noche era fria y el baho salia por la boca de la unica figura que andaba por aquellas callejas a esas horas de la noche. Angost se escabullo cual lagartija nocturna hasta el barco en el que probablemente se encontraria con Turgoll.
Estaria seguramente durmiendo, pero se dio cuenta de que no era asi, al menos una tenue luz asomaba por una de las ventanillas de la nave.
-Turgoll! -DIjo susurrando con un tono alto Angost. Nadie respondio- Tuuuuurgoooooll!!!
A los segundos una silueta acompañada por un candil asomo por la cubierta-Quien es?- Dijo el huron.
-Yo... Angost-King.
-Que haces aqui?! y a estas horas! Sube anda.
Angost obedecio y subio a bordo.- Tengo que hablar contigo-Le dijo mientras los 2 se dirigian a la sala donde otras veces se habian reunido- , necesito saber algo antes de que estemos todos delante. Tu y yo solos.
Tras un breve silencio y tomar asiento Turgol pregunto:
-Sabe alguien que estas aqui?
Angost dudo, pero su mente trabajo de manera rapida y analizo si nadie sabe que estoy aqui... desaparicion ...muerte...secreto...-Solo Halaf, -Respondio.
-No habras venido para preguntarme que hay en la bolsita?
-Bromeo el Huron.
-Aunque no lo creas eso es muy importante para mi, Turgoll, pero no... no es eso.. es sobre la mision, solo una pregunta que me corroe la mente...-La nuez de Turgoll subio y bajo, le costaba tragar la saliva.-Pregunta- Sus musculos se tensaron.
-Por que el Zurdo?
-Como?-No era la pregunta que esperaba, Turgoll- Explicate.
-Tu debes saber que si metes al Zurdo en la mision despues de tu pasado con el, sospechariamos de ti, de una traicion , de una posible venganza.
Debias saber que si metias al Zurdo en la mision, irremediablemente sospechariamos de ti y que sembrariamos las dudas de esta mision... Asi que por que lo hiciste? y Por que querias que sospecharamos de ti? Eres un perro viejo asi que no me digas que ha sido un error, porque el Zurdo ya sospecho, con solo saber que tu querias que el participase!

-Los tienes bien puestos muchacho. - El hurón no se echó a temblar precisamente. - El Zurdo, no pensé que aún guardara tanto rencor dentro. Sin duda te habrá contado lo de su último golpe. Cuando no era el Zurdo, precisamente.

-¿A qué te refieres?

- A cuando el Zurdo era el Manco, nunca entendí esa manía de ponerse esos alias.

- ¿Qué has dicho?.

- Lo que has oído. Además no fui yo quien le dio el palo al Manco, fuiste tú. Si tú, no me mires con esa cara. Tu le robaste la bolsita de terciopelo negro sin que el muy pardillo se diera cuenta. Y claro La Mano siempre reclama los golpes dados en la ciudad.

- Pero tu te quedaste la bolsa se la podías haber devuelto.

- ¿Yo? Que más hubiese querido. Antes de regresar a la mesa ya tenía a un miembro de la Mano reclamando la Dama de Corazones.
¿Cómo lo sabían, no lo se?. Lo único que se es que todos los golpes que se dan en la ciudad terminan en poder de la Mano. Que se te meta en la cabeza, nadie es capaz de engañar a la Mano en Tharbad. Crees que yo te voy a engañar a ti y daros el palo, pero en realidad acabaría colgado de una soga porque el palo se lo estaría dando a la Mano, y eso no lo va a consentir.

Y contestando a tu pregunta, introduje al Manco porque es muy bueno y quería darle una oportunidad. He lidiado mucho con la Mano para que lo dejara volver a trabajar. Nadie mejor que él para robarle al visir, ya lo hizo con su padre, no creo que el hijo sea más listo. ¿En fin contesta eso a tu pregunta?

Maldita sea!la bolsa de terciopelo se habia abierto de par en par... Habia robado al mismisimo Manco! y habia resultado ser el Zurdo... No podia creerlo y a la vez no podia reprimir un ligero placer interior ...incluso se sentia orgulloso de si mismo de haber hecho tal hazaña , aun siendo niño.
-No entiendo por que motivo quieres meter al Manco en el ajo , despues de todo lo que paso, y mucho menos que lidies con La Mano para que entre, dando la cara por el...no me entra en la cabeza, lo siento Turgoll... Y tampoco entiendo que hayas querido meterlo en esto, conocedor que nos contaria eso y que sin duda sospechariamos de ti... o lo has hecho por algo...o realmente has cometido un error de principiante.
Querias que sospecharamos de ti...si es asi ... Por que?
O has cometido un error el error y no contabas con que el viejo largara de mas?

Esto no es ningún error de principiante. Lastima que el zurdo siga anclado en el pasado. Sabes en otro tiempo fuimos amigos y compañeros, lo aprendí todo de él. Creo que me ha juzgado mal. Si he lidiado para que la Mano lo deje trabajar.
Su reticencia a formar parte de la Mano lo exilió por completo del gremio. Al Manco no le queda mucho, me hubiese gustado que hiciera un trabajo antes de irse al otro barrio. Creo que se lo ha ganado. Pero sigue en sus trece de que le robe y cualquier excusa o pretexto le vale para vengarse, una lástima.  Aunque en una cosa tiene razón, La Mano le dio el peor palo que se le puede dar a alguien. El Manco hizo algo memorable, pero se dejó robar por un niño. Y la Mano siempre está al acecho. Fue muy injusta con él, demasiado. Yo solo quería compensarle y darle la oportunidad de una vejez tranquila. No malviviendo de esa asquerosa tienda de ropa.
Quien sabe. Quizás si he cometido un error en intentar meterlo en el ajo como tu dices.
Está claro que uno en esta vida no puede ser bueno.
Mira el trabajo sigue en pie, pero si no estáis seguros lo dejamos, tengo un segundo grupo preparado por si fallabais.

Por cierto aquí tengo el informe que pedisteis sobre el noble, si aún queréis el trabajo solo tienes que coger el dosier.

El hurón le acercó unos pergaminos atados con un lazo rojo, Angost solo tenía que alargar el brazo para cogerlo.

- Antes de cogerlo te diré una cosa, si alargas la mano y lo coges ya no habrá vuelta atrás.

-En ese caso solo me dejas una salida, Turgoll. SI quieres que participe el Zurdo tiene una exigencia, como has comprobado con tu decision has levantado las sospechas, por lo que el quiere que tu tambien estes con nosotros, a su lado. SI tu no participas, el tampoco lo hara, necesita esa prueba de lealtad para que se tire al agua. Que le digo? que participas con o el en la mision u os quedais los 2 al margen?

Angost intentó escrutar la cara del Hurón. El viejo zorro tenía una mascara pétrea. Pero de pronto reparó en sus manos enguantadas, hacía frío, pero ¿tanto como para llevar guantes?

- Participaré si eso es lo que quiere el Manco. De hecho me apetece mucho, estoy un poco cansado de quedarme siempre en la sombra. Ahora si no quieres nada más espero visita. dentro de dos días nos vemos todos en casa del Manco.

Angost Salió por la puerta del camarote. Paseó por la cubierta hasta llegar a la rampa que daba al puerto. El Espuma del Aguas Grises estaba esplendido, parecía listo para zarpar en cualquier momento, si no fuera porque no había ni un solo marinero en todo el barco. Angost caminó con la salida del sol mientras la ciudad despertaba de la oscura noche.

Angost cogio los documentos que le habia tendido Turgoll y se fue como habia llegado.
Habia visto el rostro de la traicion reflejado en la cara de su Padrino y eso le dolio en el alma, parecia bastante claro que el Zurdo o Manco tenia razon... pero al menos habia conseguido que se metiese en la mision...lamentablemente habia accedido demasiado rapido a hacerlo, por lo que sin duda tenia un (el tipico y famoso llamado) Plan B.
-Maldito cabron!- Penso Angost. Durante todo el camino de vuelta lloro de rabia e impotencia... odiaba a Turgoll como un hijo decepcionado odiaba a su padre.

EN TIEMPOS DE GUERRA

Angost y Lothar, maestro y pupilo estaban frente al orco. Este dejó el látigo encima de la mesa tranquilamente, incluso les ofreció el flanco de su mano mala. Y empezó a hablar.
- El general Mandíbula de hierro ha prometido dejar libre al prisionero que gane el torneo. Se supone que tendría que haberos informado de ello, para motivaros. Pero conociendo al general como lo conozco seguramente clave la cabeza del vencedor en una pica.
- ¿y por qué nos dices eso?- Lothar no pudo reprimir la pregunta.
- Porque yo sí que puedo garantizar la salvación del ganador. Y creo que vosotros dos tenéis posibilidades de ganar.
- ¿Y qué es lo que quieres? Angost fue tan directo como Lothar.
- Que matéis al general.
- ¿Y como se supone que vamos a hacer eso?
- El general tiene una extraña costumbre. Suele mezclar su sangre con los ganadores de los torneos, dice que así algo de la fuerza vital de esos guerreros pasa a su sangre. Ese será el momento. Yo os proporcionaré una aguja, más bien un discreto anillo con un pincho apenas perceptible. Con que le hagáis un pequeño arañazo servirá. La aguja irá impregnada de un potente veneno. No mata al instante pero si a los pocos días.
Si aceptáis yo os armaré adecuadamente para que lleguéis a la final. La lástima es que no podáis ganar los dos. Pero pensad, uno de vosotros verá la luz del sol otra vez. ¿Qué me decís, hay trato?

- Y por que no lo haces tu mismo o mandas a alguno de los tuyos para que lo haga- Respondio Angost.- Crees que alguno de nosotros estaria tranquilo si fuese el unico que saliese con vida de aqui, Milord? No somos como vosotros! Si alguno de nosotros hace eso, no podria nunca vivir con su conciencia en paz.
- Aceptamos- Dijo Lothar, sorprendiendo a Angost, el cual lo miro agriamente.
- Que estas dici...
- Angost... No nos queda otra. Aceptamos.
-Pues yo no, yo no acepto.
- El tambien acepta- DIjo Lothar. Su intencion no era otra que ganar tiempo, como mas tarde les explicaria a todos. Estaba de acuerdo en lo que habia dicho Angost, el nunca aceptaria ese trato, de hecho solo lo hizo de cara al orco. Ademas, una vez revelada esa informacion, si no aceptaban es posible que algun orco los asesinara, para que no tuviesen posiblidad de hablar.
Mas tarde, cuando ya todos lo sabian, Angost propuso llegar hasta el General Orco, antes de morir alguno de ellos y darle la informacion del golpe de estado que se estaba preparando. ANgost, incluso soño, con el perdon del General y salir de aquel lugar, con esa importante revelacion. Pero como llegar hasta el General? puede que ese fuera el momento, pues parecia estar presente en el palco hoy.

Era de noche. Estaban muy contentos, habían encontrado un buen contacto. Les compraría los trofeos con consiguieran además de tener dos trajes de oficial al instante. Ese Estraperlista era alguien importante. Encontrar a este tipo de hombres era importante en su profesión.
La posada tenía la puerta cerrada. No era lo normal, tampoco es que hiciese frío. Como buenos delincuentes se pusieron alerta. No había nadie en la calle. Así que al final entraron. Por desgracia no vieron lo que se les acercaba.
La posada estaba prácticamente vacía. Tras la barra la mujer que regentaba con Ben les echó una mirada furibunda.
Ben salió tras la cocina. Tenía unas marcas en el cuello. Cuando se acercó se vio claramente como eran las marcas de unos dedos enormes que le habían agarrado por el cuello.
- Largaos de aquí ahora mismo si no queréis que llame a la guardia. – fue lo primero que cargado de odio.
- Pero..
- Nada de peros ya os estáis largando como vuestros amigotes, Lord mierdecilla.
- Ahora mismo nos vas a explicar que pasa aquí – A Lothar no le gusto nada ese tono. Y menos la poca información. La mano en su espada envainada dejó poco a la imaginación al posadero.
- Vuestros amigos se largaron como alma que llevaba el diablo a media mañana. Luego al rato llegaron unos caza recompensas buscándoos. Me dieron una buena paliza a cambio de vuestro paradero. No se quienes sois y a que os dedicáis, lo que si se es que cuando regresen no dudaré en decirles lo poco que se, ahora largaos. La guardia no va a tardar en venir.
Echaron un vistazo a la barra. Holy la posadera había desaparecido. Era el momento de poner pies en polvorosa.
Salieron por la puerta con prisa. De pronto algo se echó encima de ellos.
- Joder, Relámpago, que susto me has dado.
El pájaro se picó en la pata. Entonces lo vieron. Angost leyó la nota y torció el gesto. El pájaro había llegado tarde.
La pregunta era la de siempre ¿ahora qué?