Privadas sesiones de Tyrok

10 dias antes.
NOTA: SI no eres Julio no dbes seguir leyendo!!

Siguieron al ejercito orco, durante 2 dias. Se sintieron como simples hormigas siguiendo a un leon.
- Que hacemos?- Pregunto Tyrok.- Sera esta noche o esperaremos que vuelvan.
- Supongo que volveran mañana. Deberia ser esta noche. Aunque los orcos se manejan muy bien en la noche, estos estan acostumbrados a dormir por la noche.- Dijo Einer
- Me parece algo mas que complicado entrar a un campamento orco de 100000 de ellos- DIjo Tyrok.
- Ya sabrias que esto seria asi.
- SI pero... deberiamos buscar otra opcion.
- Creo que es el momento- Dijo Einer.-. Ya han descubierto que lo del ejercito del santo Padre era una treta de Thresser. Estan cansados del viaje y enfadados . estaran con las guardias bajas y desanimadas.

Llego la noche, era el momento de la mision suicida. Tyrok se ajustaba los correajes, mientras degustaba la ultima cena que le quedaba en su equipo.
- Estas preparado?- DIjo Einer.
- No...- Respondio Tyrok
- Vamos... podemos hacerlo.
Se arrastraron como serpientes entre la vegetacion y comenzaron a andar sigilosamente...cuando de repente, una mano agarro a Tyrok y tiro fuerte hacia atras.
- Yo de vosotros no haria tal estupidez- La voz sono ronca pero sin maldad. Einer sobresaltado se giro para ver que es lo que pasaba con Tyrok.
- Vais a cometer una locura- Dijo el enano ataviado con cuero en forma de armadura.
- Quien eres tu?- Pregunto Einer.
- Mi nombre es Zurin, Sargento de la Seccion ESE y estos son mis hombres. De las sombras aparecieron 3 enanos mas armados con ballestas apunto. - Hay 3 mas escondidos en aquellas rocas de alli. y vosotros sois?
- Mi nombre es Einer. General de las tropas humanas y uno de los cuatro hermanos. Y este es mi hombre de confianza, Tyrok, la Serpiente.
- Los cuatro hermanos?- Se rasco Zurin el menton- Lo que dijo el Comandante General! Que haces tan lejos de Tharbad?
- Estamos en una mision para recuperar algo. Y vostrs?
- Somos una avanzadilla de reconocimiento. Seguidnos, queremos enseñaros algo. Olvidad esa cosa que quereis recuperar si de verdad valorais vuestra vida. Los orcos han doblado la guardia esta noche, no sabemos por que estan tan lejos de Tharbad tambien. Seguro que vosotros sabeis algo. Venid a nuestro campamento y compartamos conocimientos, pues parece que tenemos un enemigo comun.
- Creo que deberiamos hacerle caso- Dijo Tyrok que no estaba muy convencido de entrar al campamento Orco de esa manera.
Finalmente ambos accedieron.

-Llevamos aqui instalados un par de dias, esperando.- Dijo Zurim
- Esperando que?- Se intereso Einer.
- A los demas. Somos una seccion de reconocimiento. pero de repente vimos como el ejercito orco se acercaba a nuestra posicion. Creimos que habiamos sido descubiertos, pero luego vimos que no habia sido asi.
- Cayeron en una trampa que le hicimos. Necesitabamos aclarar ciertas cosas dentro de la ciudad. Es una larga historia.
- Pues cuentanosla. Tenemos tiempo. - Pasaron la noche juntos contando lo que ambos bandos sabian, pero sin revelar detalles concretos, pues no terminaban de fiarse los unos de los otros. Aun asi los enanos los invitaron a quedarse con ellos, mientras los orcos se retiraban de nuevo hacia Tharbad.
- Escuchad...tenemos a un ejercito a unas semanas de aqui- Dijo Zurin- quedaros con nostros. No es mala opcion. Los orcos van a estar mas alerta que nunca. Quedaros con nostros y luchad con nosotros.Estamos encantados de tener a uno de los 4 Hermanos con nosotros, verdad?- Los enanos asintieron.
- Esta bien...pero nos contaremos todo, sin ahorrar detalles- DIjo Einer.

Solo por Elendil

Tyrok deambuló por las calles de Elendil intentando no perderse. Pero la ciudad era grande, bastante más que Tharbad. Se sentía como una pequeña hormiga. De vez en cuando iba preguntando sobre la puerta Este. Pasó toda la tarde intentando llegar hasta ella. No pasó por alto la planificación de la ciudad en cuadricula. Esta ciudad había sido diseñada a conciencia, no era una masa informe de casas y callejuelas como su urbe natal. Cada barrio tenía sus propios comercios así como pequeños cuarteles, donde la guardia residía en pequeños destacamentos. Alguna vez pudo contemplar la colina de Elendil, según se enteró allí residía el Santo Padre, en su palacio junto a la catedral del Amanecer. Esa mole se alzaba al cielo como si quisiera rasgarlo. Se veía casi desde cualquier punto de la ciudad. El no lo sabía pero la mayoría de cultos se arracimaban junto a esa mole, así como el cuartel general de la guardia roja.
Al fin llegó a la puerta Este, era casi de noche. La puerta parecía pequeña en comparación con las dos torres que flanqueaban la entrada. La barbacana era un monstruo que parecía engullir la doble puerta de madera y metal. Un buen destacamento de guarias rojos la custodiaba. Nadie entraba o salía sin que pasara un riguroso control. Pasó delante de ella echando un recatado vistazo. Buscaba un buen lugar para quedarse a esperar sin levantar sospecha. El taburete del viajero salió a su rescate. Era una posada ubicada cerca de la puerta, estratégicamente situada para alentar a los viajeros que llegaba a la ciudad a tomarse algo o quedarse a descansar. Tenía alguna mesa fuera y Tyrok decidió sentarse a esperar…
- ¿Qué va ser caballero?
Una guapa camarera con un generoso escote sorprendió a la serpiente.
- Una cerveza espesa.
La rubia sonrió y tras cerciorarse de que no pediría nada más se marchó en busca de la bebida.
La serpiente degustaba su liquido espeso y amargo. Las tetas de la rubia le recordaron las de la lavandera. Entonces una duda asaltó su mente. ¿Podrían los caza recompensas tirar del hilo hasta llegar hasta ella?
La noche le comía mucho terreno a la tarde ya y la cerveza se acababa. Estos no aparecían. Se rascó la bolsa. Una solitaria moneda de oro… tan sola en su bolsa como él en aquel lugar…

- La luna y el sol y Lucien y Beren y las cantatas de amor. Es usted un encanto, pero la posada va a cerrar la terraza. Puede usted tomarse esa cerveza dentro al calor de la chimenea y seguid admirando el cielo desde la ventana. Por cierto ¿va usted a pasar la noche en nuestro local?

La serpiente no sabía cómo interpretar aquello, estaba claro que aquella camarera era un reclamo del local. Y desde luego sabía vender la mercancía. Lo que no sabía era si realmente le estaba tirando los tejos o era otra parte de la cartilla de la buena vendedora para captar a otro cliente. Al final la serpiente se decidió.
- Me tomaré esa cerveza dentro.
- Muy bien caballero. Pase usted y enseguida se la sirvo.
La posada era espaciosa, pero estaba prácticamente vacía a esas horas. Una partida de cartas en una mesa cerca de la ventana. Un par de borrachos cerca de la barra. Para rematar con una pareja de guardias acompañados de un oficial justo al lado de la mesa que daba a la ventana que miraba a la puerta. La rubia le acompañó a la mesa cercana a la de los guardias.
- Enseguida le traigo su bebida, poeta.
Miraba por la ventana con aire bohemio. Haciéndose el poeta hambriento de versos. Miró por la ventana. La luna estaba preciosa, eso era verdad. Pero sus oídos repararon en otra cosa…
- Entonces al final estás invitado ¿no?
- Si ha sido una suerte. Una fiesta para oficiales en la casa de Lady….
- Su cerveza. – Un feo posadero le puso una jarra encima de mesa. – ¿Va quedarse el señor a dormir?
< La madre que lo parió> el posadero le había interrumpido y no había podido escuchar el nombre de la dama en cuestión. encima la rubia había desaparecido dejando el turno a este patan – No lo sé aún estoy…
De pronto la serpiente vio por la ventana a sus dos amigos, Lothar y Angost. Caminaban como si tal cosa y estaban a punto de pasar de largo…