Asuntos sucios

- Halaf, claro que el Uruk se va a mosquear. Creo que eso la Mano lo tiene claro. Parece que Dratha ha olvidado quien mueve los hilos en esta ciudad. El mensaje que la Mano quiere enviarle es muy sencillo: esta vez ha sido la cabeza de tu pájaro, próxima puede ser la tuya. Y, si, se mosqueará pero entrará en razones, a esos orcos hay que recordarles de vez en cunado quien manda aquí. Y si no entra eso ya no es asunto nuestro, al menos de momento.

Ésa tarde, de camino al viejo almacen. Tuve un encuentro inesperado. Vi una pareja caminar del brazo. Un chico alto. Guapo. O por lo menos, más que yo. La que le acompañaba era Cláudia. Ya no era mi Cláudia, solo Cláudia.
Estuve tentado a acercarme, pero no. Si tenía que vengarme sería de otra forma.
Cláudia se acercó a ver una tienda. El chico se quedó fuera. Hice lo que hice sin pensar.
Me acerqué rápido al chico por la espalda. El corte en la bolsa fue limpio, ni lo notó. Sería una desagradable sorpresa de futuro.
No quería el dinero, solo me importaba hacer daño. Vacie la bolsa sin ver su contenido, en el tazón con el que pedía un niño en una esquina.
"Hoy cenarás caliente" pensé

Nunca habia hablado con un orco, pero habia comprobado en sus carnes que lo que decian se quedaba corto. Si habia alguna manera de tratar con estas criaturas no era otra que la fuerza y eso no era tarea suya. Tras conocer el plan que tejia la Mano, dio a conocer a todos sus nuevos amigos lo que habia visto dentro del lugar. SIn duda habia 2 puntos de acceso: UNO, el agujero de la cupula. Descolgarse 20 metros con una cuerda no seria mucho problema para ellos, el problema era llegar hasta el agujero. Y DOS, la alcantarilla cerca de los establos, ademas, los caballos taparian los ruidos, que podrian generar. El problema, acertar que alcantarilla escoger y que camino seguir para llegar hasta la que daba con la del templo. Segun contaba la gente, Tharbad era recorrida en sus entrañas por una gran cantidad de tuneles que hacian las veces de alcantarillas. Eso podria ser un laberinto, pero me gustaba mas esa idea que la de trepar muros en mitad de la noche.
- deberiamos estudiar como acceder al recinto, por medio de esa alcantarilla- Dijo.- De todas formas, luego puede que este todo cerrado y debamos acceder a la cupula, pero al menos ya habremos traspasado la primera muralla. - PEnso en equiparse de manera ligera con su espada corta, por si habia problemas.

-Turgol. - Lo llamo antes de marchar- Se que esto no puede ser de mi incumbencia, pero escuche a los 2 orcos cuchichear sobre la guerra del Sur. Sobre que llegase a Tharbad.
-mm... Cuentame todo lo que has oido exactamente.- Dijo Turgoll. Angost King, asi lo hizo, intentando ser lo mas exacto posible. - No se si esto ademas tendra que ver con aquellos planos extraños que encontramos en casa del herrero- Penso ANgost.
-Algo mas?-Pregunto Turgoll.
- SI...-Dijo Angost.
Turgoll puso cara para que continuara.
-Que habia en la bolsita de terciopelo negro?
Turgol se giro sin decir nada y se marcho.
-Maldito Rufian! JAJA! -Dijo para si Angost.

Angost llego tarde a su casa. Muy tarde. Sabia que su padre era de sueño ligero por lo que tiro una piedra al porton de madera que tapaba la ventana que daba a la habitacion de sus padres y rezo para que no se despertara su madre. Al rato la puerta de la casa se abrio, apareciendo su viejo padre. Oteo la oscuridad, pero no descubrio a nadie:- Angost? - DIjo casi en un susurro.
-Estoy aqui, viejo- Dijo el muchacho mas cerca de el de lo que esperaba.
-Maldito seas muchacho!Me has asustado! Pareces un fantasma!
-No sera para tanto! -Angost estiro la mano y le tiro de la barba canosa bromenado.
-Deja de jugar y dime que es lo que quieres? Si tu madre nos pilla nos mata!
-Te acuerdas lo que te di hace tiempo y te pedi que escondieras...
-Grrrr!- EL padre gruño- Si...que vas a hacer hijo? No te meteras en mas lios?
-Tranquilo viejo, esto nos va a sacar de pobres-dijo sonriendo.
Pero el viejo no estaba precisamente tranquilo.

Se dirigieron hacia uno de los corrales que estaba vacio. La familia de Angost pasaba por uno de los peores momentos. Con su padre demasiado viejo y su madre teniendo que trabajar con lo que le daba la tierra. Ya en el corral el viejo destapo una trampilla oculta por la paja y la tierra.
-Mira. Esta aqui- Dijo el viejo.- La proxima vez ven y cogela tu! y no me despiertes!
Angost estiro la mano para alcanzar aquella espada corta que habia escondido hacia algun tiempo y su padre de vez en cuando, cuando su madre no se enteraba se encargaba de engrasar para que no se oxidara. Ademas la habia protegido con una manta y la habia impermeabilizado.
-Puede que tengas que afilarla un poco- DIjo el viejo- Te dare una piedra de afilar que tengo en casa y te largas!
-Claro que si viejo- Dijo el joven besando a su padre en la frente. -Toma- Angos entrego a su padre en mano de dentro de una bolsita que llevaba lo que le habia sobrado de la ultima mision, 6 monedas de bronce y 5 de cobre. Se quedo un par de monedas de bronce para poder comer un par de dias.
-MMMMfff!-Protesto nuevamente el viejo- No lo habras robado?!
-No Viejo! te prometo que este dinero es totalmente legal.
Si hubiese sido otro hijo, no habria creido a Angost, pero su hijo era Angost, por suerte o por desgracia. El joven tenia la habilidad innata de engatusar con sus palabras y gestos a las personas, era un maestro de las mascaras. Su caracter alegre y siempre optimista era contagioso, enseguida te llevaba a su terreno, su padre lo sabia de sobra, pero una vez mas cayo, pues no era del todo cierto lo que le decia, aunque tal vez para Angost , si lo era y no habia mentido, pues Angost King no sabia hacer otra cosa. No conocia otra forma de vida que esa. No sabia hacer otra cosa para ganar dinero. Era su habilidad, era su pasion y para el, era legal. Al menos ese dinero, efectivamente, no lo habia robado.

Llegué a mi agujero sin saber muy bien qué hacer. Angost había dicho que prefería ir por las alcantarillas que trepar muros. No podía entenderlo. Trepar por el muro y llegar hasta la clarabolla parecía la idea más fácil y sencilla. Pero aún me atormentaba mi última decisión así que no había que discutir.
Pero ¿y si nos perdíamos ahí dentro?
Un ratón pasó a mi lado. Llevaba algo enganchado en la boca, y arrastraba un trozo de madeja de lana. Se metía tras lo agujeros de una pequeña empalizada de madera, pero dejaba ver su madeja y podían verse sus movimientos desde fuera. Cuando llegó a la siguiente apertura no se asomó. Pero un buho aterrizó fugaz, tiró de la madeja y se hizo con el ratón.
Al principio pensé. Pobre, no debió llevar ése lastre. Y entonces caí en la cuenta.

No podía dormir, así que me dirigí al antro en el que siempre estaba Lothar. Jugando a las cartas. Bebiendo. Viviendo.
Me senté a su mesa. Estaba solo. Poco incautos no lo conocían por allí, así que no solía tener compañía si había dinero de por medio.
"¿Juegas?"
Me senté y asentí con la cabeza. Repartió las cartas, y creo que empezamos a "jugar".
"Creo que ya sé como entrar en las alcantarillas sin perdernos" Tomé mis cartas, dos figuras, una reina y una jota, tenía también un siete, un cinco y un tres. Los sietes me gustaban, así que cambié dos, también por parecer con mejor jugada de la que llevaba. Me quedé con la figura y el siete.
"¿en serio? cuéntame" decía mientras el también cambiaba dos. Seguro que estaba igual que yo.
"Es muy sencillo. Llevaremos dos cuerdas. De al menos treinta metros cada una. Las que luego podríamos usar para trepar si ése plan sale mal" una reina y un siete. Sonreía mientras contaba el plan. Pero enmascaraba mi alegría por la buena jugada.
Lothar hizo un gesto, levantando las cejas y contrayendo la boca mientras miraba las cartas y dijo "¿treinta metros? son muchos metros. Abultarán mucho. Y en las alcantarillas no habrá que trepar. O por lo menos no tanta distancia"
Hice un gesto con la mano para decir que estaba servido. "No. Pero no son para trepar. Eso es el plan B. Irán tres. El primero irá atado al segundo, y el segundo al primero también. El primero se quedará lo más cerca posible de la entrada, y el resto buscará la alcantarilla del palacio. Serán cincuenta metros de cuerda, después de usar un poco para los nudos. Una calle atrás hay una alcantarilla y no hay tanta distancia. Así no nos perderemos. Sabremos por dónde volver"
Lothar tampoco cambio más cartas. Me miró. Y me dijo
"Parece un buen plan"
"Yo creo que es el mejor. O por lo menos, solo habría que retocarlo un poco. Pero no nos perderíamos" Sonreí y mostré mis cartas. Doble pareja de reinas y sietes. Sonreí.
Lothar pareció sorprenderse. Aunque yo ví que su asombro no era cierto.
"Y es un buen plan. Solo se te ha olvidado una cosa"
Mostró sus cartas. Hijodeperra. Pareja de reyes y ochos.
"Hay que sacar a Garz de allí con alguna treta"
Lo miré y sonreí. No sé porqué me daba, que Lothar podría tener alguna idea para sacar al orco de su palacio.

Aquella mision parecia facil, Yasuo lo habia pensado, sus dotes en la escalada era escasas, asi que preferia caminar por la mierda de la alcantarilla, lo dificil de aquella mision seria no ser descubiertos, pero ese era el riesgo que debian correr. Salio de su cuchitril camino de la taberna donde estaba Lothar, sabia que lo encontraria ahi y con suerte a alguno mas. Cuando llego al antro y miro dentro, vio como Lothar y Haral estaban jugando a las cartas, la cara de Lothar era de "no se ni como lo intentas, jejeje", ya sabia que aquel bribon le acababa de hacer trampas, era un maestro en ese arte. - Buenas caballelos, veo que nos vamos leuniendo pala hacel una glan paltida, no me gusta jugal contigo Lothal, pelo se velia sospechoso si no lo hago asi que lepalte, hoy tendlas suelte de tu lado, pelo no te voy a quital ojo-, y estas ultimas palabras se iban apagando en su boca, como un susurro. -Bien he pensado que debemos il pol las alcantalillas, no me aliesgale a tlepal pol los mulos y cael hacia los blazos de Shivana, asi que plefielo tenel los pies en el suelo, no se me ha oculido ningun plan, estoy espeso ultimamente, ¿teneis alguno?-. Yasuo no era de pensar mucho, mas bien reaccionaba a la hora de los golpes con golpes, pegar fuerte, pegar duro, ese era su lema en la lucha.

El Viento, una cervecería como otra cualquiera.

Echaba un solitario.
<As pierde gana la Dama. La Dama de Corazones, siempre gana.>
El tabernero le trajo un vino, el de siempre. Estaba sentado en su sitio preferido, junto a la ventana y mirando a la puerta.
dejó el solitario y pasó a juguetear con su Dama. Se abrió la puerta y el Rubio asomó por ella. Tras pedir en la barra se sentó en la mesa.
-¿Juegas?
- Da cartas.
El Rubio sopesaba sus cartas y contaba su idea sin aspavientos, como si hablase d la cartas
<Alcantarillas, suciedad, mierda de orco...>
-Esta vez pierden damas.
-Hijo de perra.

Poco después apareció Yauso. El Tahúr se preguntó si el oriental no se quitaba nunca ese mugriento kimono.

Entrar...
Muy bien, el plan hasta llegar a la alcantarilla del palacio, os coláis en el patio.

¿Tu también juegas?
-Dame.
Dos cartas para cada uno y cinco al centro. ¿Os parece?
Asintieron. Miró sus cartas. El seis de corazones y la jota de picas.
El tintineo de las monedas acompañaba la conversación.
- La verdad es que me alegro de que asumáis esa tarea. Odio las ratas, no las soporto. Pero a pesar de las ratas, la suciedad y demás porquerías, ¿Cuándo lleguéis al patio, qué?
Entramos en la cúpula y damos el palo.
No se no me parece muy sencillo. A mi la verdad, me gustaría vigilar a la presa antes de darle el golpe. No hay porqué precipitarse. ¿No crees?
-Full de ases damas.- Halaf mostró los naipes dando un golpe de autoridad en la mesa.
- Cuatro damas.
-Hijo de perra.
-Pues eso, que no hay que precipitarse nunca.- Lothar sonrió con su estúpida sonrisa. Halaf empezó a reconsiderar esa mueca, estaba empezando a pensar que en realidad se burlaba de él. Daba igual.

Yauso se volvió para escuchar a un par de marineros, contaban la historia de la Dama de Corazones a un joven grumete. Por sus pintas tenían que se ser del Harad.
- Tu hablas Yauso.
- Ah si, no voy, total siemple haces tlamplas.
- Que dices si yo soy un jugador honesto.
- Déjate de cuentos. ¿Como vamos a sacar a Garz?- El rubio cambio el rumbo de la conversación.
- Buena pregunta...

Aparecio en El Viento con su paso elegante habitual. Angost cruzo toda la estancia para reunirse con sus camaradas. Ya vestia su ropa normal que usaba para estas "misiones", su ropa de cuero negro, que le daba gran liberta de movimieno¡to y podia protegerlo de alguna punzada malintencionada. Llevaba una mochila a su espalda, en ella, cosas utiles como su espada corta, recien afilada y una cuerda de unos 20 metros. Habia procurado quitarse ese olor caracteristico que habia usado para pasar desapercibido ante el Aplasta craneos, ese aroma que producia una especie de alergia al otro orco inteligente.

-Hay que sacar a Garz de alli...- Llego a escuchar decir a Halaf.
- COmo?- Dijo Angost. Me perdi algo... por que debe salir ese orco? duerme con el Halcon?
-Vaya... hola.- DIjeron todos- Por fin te dignas a unirte a la fiesta...
-Que yo sepa, apuesto amigo, no habiamos quedado en nada- Dijo con su hipnotizadora sonrisa.
-Ah! Ya vale! - Respondio Halaf- Sientate, estamos pensando el plan...
-Cartas? -Dijo Lothar.
- Jajaja! estas de coña? Me quedan 2 bronces para pasar toda la semana... asi que recemos para que el plan salga bien.
-Podrias doblarlas...
-COntigo? Lo dudo, Mi habilidisimo amigo... La fortuna tiene un extraño sentido del humor cuando te hallas presente...siempre se acerca a ti jeje!

-Bien, pensaba que ya habia plan. Nos metemos por las alcantarillas y si no esta abierta el porton, trepamos hasta la cupula...
Alguien ha hecho algo mas elavorado?

"Lo cierto es que nadie" dije contestando a la pregunta de Angost.
"Habría que dejarlo todo planeado. Sacar al orco es para que no reconozca ningún olor. Por mi parte más vale prevenir que lamentar. Para ése menester Lothar y yo seríamos de utilidad, además que al no entrar al palacio, no nos reconocería."
Lothar estaba haciendo trampas. No es que me disgustase que me hicieran trampas, yo era un buen jugador, y por supuesto, también tenía mis trucos para ganar. Lo que me molestaba era que las hiciera entre amigos. Pero era algo disculpable. Al fin y al cabo, yo me había portado peor con él, que él conmigo.
Tampoco quería que los demás pensarán que no quería mancharme las manos en éste asunto y optaba por lo fácil. Solo que después de mi última mala decisión, me costaba ser firme y decidirme por algo.
"En cualqueir caso. Si no quereis sacar a Garz de allí, me presto tanto a entrar por las alcantarillas como a trepar. Por mi parte, si hay partida de cartas, el plan principal sería que Tyrok, Yauso y Angost probaran por las alcantarillas. LLevad una madeja de lana para no perderos, e intentar entrar en el palacio. Creo que las caballerizas tienen algún acceso cercano. En cualquier caso, deberías llevar un reloj. Si en un par de horas no habeis encontrado el acceso, o éste está cerrado, deberíais pasar al plan B. El plan B no es otro que acercarnos por el punto ciego del muro que está junto a la torre. Llevar una cuerda de al menos treinta metros y desde allí que treparán dos hasta la clarabolla. Una vez allí, uno se descuelga por la cuerda y da el cambiazo. Después usa la misma cuerda para salir de allí."
El resto parecía mirarme con ésa expresión de sigues escaqueándote
"Aún así. Si no hay partida, yo puedo bien acompañaros en las alcantarillas o ser uno de los que trepa. Creo que no se me da tan mal. Incluso si quereis que haya partida, puede ocupar otro mi lugar y ser yo quien os acompañe por las alcantarillas o trepando. Si otro tuviera que acompañar a Lothar en la partida, debería ser Tyrok. Pues a Angost ya lo conoce el orco y podría sospechar. A Yauso no lo ha visto, pero puede que el orco no venga solo y ése sí reconozca a Yauso."
"Y el orco saldrá a jugar ésa partida por....."
Angost no preguntaba con maldad, solo quería sabe sí yo tenía algún plan al respecto.
"Tendremos que pedir ayuda Turgoll. Puede que él organice la partida, o que conozca alguna partida ya organizada a la que vaya a asistir Garz y nos pueda meter a nosotros."
Hubo un instante de silencio.
"Exacto. No tengo nada pensado por mí mismo para que ése orco salga a jugar. ¿O pretendes que me presente en el palacio y le invite a jugar? Tendría más oportunidades si voy pero a retarle"

Yauso estaba ausente, su oreja estaba pendiente de la historia de los marineros del harad.
era noche cerrada, como un ratón se coló en el palacio de Minas Tiriht. A pesar de que la guardia carmesí custodiaba puertas y murallas nadie le vio. como una sombra se internó...

- Yauso, ¿tu que opinas?
- Eh, si lo que digáis.
Lothar empezaba a pensar que el oriental estaba mas ausente que otra cosa, pero ausente del mundo, parecía vivir en su propio país. Vestía raro, hablaba raro, y siempre parecía estar ausente.
La conversación seguía con sus pros y contras.
- ¿Acaso ese Garz duerme con el halcón? Entramos damos el cambio y nos largamos.
Angost parecía tenerlo claro, rápido y sencillo.
- Se rumorea que ese Uruk es capaz de oler a cualquiera dentro de sus dominios.
Lothar no parecía muy convencido, o eso o quería sacar a Garz para jugar contra él y sus compañeros le podían brindar esa oportunidad. Lo malo era que Garz solo jugaba partidas de mucho dinero, y ellos no tenían apenas para sobrevivir. La única manera de entrar en esas timbas era presentando un pagaré al portador de la cofradía prestamista de al menos cien monedas de oro. Y para poder presentar ese documento tendrían que robárselo a alguno de los jugadores que asistieran a la timba.
y al único que conocían que asistiera era Garz. Robarle al orco era arriesgado, temerario y desde luego una gran gesta. Si lo conseguían le demostrarían a la Mano que no eran precisamente escoria. Pero su trabajo era dar el cambiazo del pájaro...

Nadie supo nunca como el Manco se hizo con la Dama de corazones, pero según se cuenta lo hizo delante de las narices del Gran Sha del imperio haradaico. El rubí en forma de corazón que adornaba la tiara real del harad. La verdadera joya que hacía exquisita a la corona...
- Yauso despierta. - Esta vez fue Tyrok quien le dio un codazo al musculoso oriental - Es que no conoces la leyenda del Manco, todo buen ladrón que se precie conoce esa historia.
- No la había oído nunca- Si la frase no contenía la letra R, Yauso parecía un hombre normal, casi sin acento.
- ¿Entonces entramos sin mas?- La cara de Lothar era todo un poema, el asco se dibujó en su semblante y a más de uno le pareció que esa era la primera vez que veían al tahúr poner una cara sincera desde que lo conocieron...

Si que había otras formas de sacar al orco. Pero ponían en peligro nuestras cabezas y alguna que otra más. Se me ocurrieron dos al menos. Pero parecían disparates. No quería meter la pata otra vez. Pero aún así las expuse.
"Bien qué os parece lo que voy a decir. El orco sale para partidas fuertes. No podemos entrar en su partida porque no tenemos tanto dinero. Pero sí podemos invitarlo a otra partida importante que nosotros organicemos. El problema es que involucraríamos a Turgoll o algún compinche suyo, que es el que tiene que darle el soplo de la partida. Y necesitamos a dos más, pues cualquier partida que se precie necesita al menos cinco jugadores. Contad conmigo y Lothar. El orco hace tres, pero faltan dos.
El otro inconveniente del plan, es que el orco no puede ganar bajo ningún concepto. O de lo contrario exigirá unas ganancias que no tenemos para dárselas. En el caso que ganase, podemos armar algún altercado, una riña, un robo, una pelea. Algo que nos haga salir corriendo de allí. No es la primera vez que no puedo terminar una partida por algo así.
El plan puede ser bueno, o tan absurdo como el que ya hice hace tiempo. ¿qué os parece?"

-A mi me da igual, la cuestion es hacel-lo y no fallal, la veldad es que ese plan no esta mal pelo es demasiado elavolado pala mi, yo cleo que tenemos que entlal con olol a olco pala pasal desapelcibidos, asi nos costala menos ejecutal el plan-.
Yasuo era mas dado a la accion que a la intriga, siempre optaria por el mas directo de los planes o de las acciones a acometer.

La noche transcurría placida, nada parecía ensombrecer la calma de las horas nocturnas de Tharbad. Pero en esos precisos instantes era cuando las ratas de la ciudad pululaban y roían por sus intrincados laberintos callejeros.
El sol despuntó entre la suave niebla que se levantaba desde el rio. El trasiego de la ciudad comenzó a bullir como un enjambre de abejas, y es que había mucho que hacer. El gran torneo cetrero estaba a punto de comenzar. La ciudad se preparaba para los invitados y sus grandes bolsas. La Mano se encargaba de refrenar a sus dedos para que los nobles venidos de todos los lares de la Tierra Media se sintiesen a gusto entre sus muros. Para Tharbad era un momento demasiado importante como para estropearlo con robos e inseguridad que alejaría a tan distinguidos invitados. Los grandes señores viajarían con hordas de sirvientes, pajes y demás ayuda que necesitasen para cubrir sus necesidades. Las posadas se llenarían, las partidas de dados y cartas así como los grandes banquetes rebosarían por doquier. No es que fuera el único ingreso de la ciudad, pero era uno muy importante. La guerra orca el otro gran negocio de la ciudad. Su enclave, era un punto estratégico en el comercio de armas y pertrechos de Nueva Gondor hacia el castigado Imperio Haradaico, que centraba sus esfuerzos en repeler la gran ofensiva orca. La guerra erra el mal de unos y el negocio de otros, donde Tharbad guardaba celosa su independencia de todo reino y cobraba fuertes tributos por el paso del rio. Los convoyes de barcos que transportaban sus mercancías hacia el necesitado Harad paraban obligatoriamente en la ciudad de los ladrones y estos sacaban una buena tajada de ello.


Mientras en El Viento, una cervecería como otra cualquiera

El grupo parecía decantarse por entrar directamente por las alcantarillas y entrar en el palacio con Garz dentro... Solo faltaba por pronunciarse Angost King, el ladrón con andares de príncipe y Tyrok la rápida serpiente. Halaf, el rubio estaba más que dispuesto a jugarse el cuello en cualquiera de los planes que se les habían ocurrido así como Yauso el raro occidental, alias el oriental por sus raras costumbres y peculiar acento. Lothar era otro cantar el asco que reflejó al oír la palabra alcantarilla reflejó un nuevo aspecto sobre él, la repugnancia que asomó a su cara. Aquellos hijos de los bajos fondos eran tipos capaces de ir al infierno pasando primero por el más asqueroso de todos los lugares del mundo, una alcantarilla orca. Vete tu a saber que podría haber allí dentro....Para el Tahúr lo peor eran las ratas o ¿no?

La reunion habia sido larga y aun no habia terminado. Los rayos del sol amenazaban con salir... Otra noche mas sin dormir-Penso Angost.
-Bien, pues si Turgoll recomienda sacar el orco, habra que sacarlo. Si algo me ha enseñado la experiencia, es que Turgol casi siempre tiene razon, ademas si fallamos, eso hace que repartamos un poco la culpa, no creeis?
-Y como lo sacamos- Dijo Halaf- Yo ya he expuesto mi idea.
-Y si no organizamos ninguna partida. Es decir... organizamos una Gran partida... pero falsa! Algo que sea goloso. Turgol se ha ofrecido a organizar algo, asi que le pediremos que organice un bulo. Le llegaran a los oidos del orco la noticia de esa gran partida que no se puede perder, pero en lugar de la partida lo mandamos a un sitio donde 3 de nosotros (aqui Turgoll tambien podria ayudarnos) lo esperamos debidamente encapuchados y enmascarados y lo retenemos hasta que el trabajo este hecho. No usaremos la fuerza con el fin de matarlo o herirlo gravemente, tan solo la intimidacion. Iremos armados por supuesto y el orco debe verse superado fisicamente. El orco sabra claramente que se han "pasado" para con La Mano, mientras 2 de nosotros hace el trabajo del halcon. Al amanecer soltaremos al orco.
Por supuesto el orco debe saber que vamos en serio y no vamos a permitir tonterias, por lo que si aprecia su vida, mejor que se este quieto.
Turgoll debera conseguirnos el local, que en lugar de organizarse la partida, estara vacio. Podria tratarse de una supuesta partida clandestina, en la que se maneja tanto dinero que es mejor que permanezca en secreto, por ejemplo...o cualquier otra cosa que se le ocurra al Maestro Turgoll.
Con esta formula tenemos al orco mucho mas controlado que en una partida. No tiene por que haber heridos y lo mantendremos secuestrado el tiempo que nos venga en gana. Incluso la mano podria tenerlo mas tiempo secuestrado, mandando otro mensaje al Parte craneos, ademas de su halcon muerto...

Es un poco descabellado, si Garz decide no acatar las ordenes puede pasar por encima de nosotros, el el un guerrero bastante feroz.
- Yo puedo con él.- Yauso dio un par de golpes al aire con sus manos, fue un movimiento que pilló desprevenido a mas de uno.
- ¿Con la mano desnuda? Estás loco oriental. Halaf no se dejó impresionar con la destreza de Yauso.
-No es mala idea la de Angost- Lothar sonrió.- Podemos hacer esa timba en una barcaza de rio, si el Uruk viene acompañado le restringimos las entrada a la escolta alegando que el acceso es solo para jugadores. Una vez en el rio empezamos la partida y servimos un vino dorwinadan, ese perro no podrá resistir ese hueso, por supuesto el vino estará drogado...
- ¿No pretenderás matarlo Lothar?- Tyrok no daba crédito.
- No hombre, con dormirlo sobra. Es más no solo dormirlo a él si al resto. Una vez se haya dormido unos cuantos desembarcamos y asaltamos el palacio otro se queda vigilando al incauto. Cuando regrese el grupo volvemos a ocupar las mismas posiciones solo que fingiendo estar tan drogados como él. cuando despierte limpio descubrirá que el resto de jugadores le han robado también o que han desaparecido, aunque yo optaría por lo primero, así el Uruk pensará que nosotros también hemos caído en la trampa con lo que no nos buscará. ¿Qué os parece?

-La velda es que ese plan no esta del todo mal, me palece muy ingenioso, no me gustalia que un mal golpe lo estlopease todo, pelo ¿de donde sacamos el nalcotico?. Suponto que nos lo plopolcionala Tulgol, polque sino ese fantastico plan no selvila de nada, pelo a mi me gusta la idea mas que la de intimidal-lo, pelo otla cuestion, como hacel que la escolta se tome el vino, no cleo que sean tan tontos como pala bebel si estan de gualdia, aunque siendo olcos cualquiela sabe-.

Yasuo estaba deseando entrar en accion, pero la paciencia ahora mismo era su mejor arma, no debia precipitarse sino todo saldria mal.

El plan tornaba en derroteros extraños y muy raros.
"Yo no lo veo. Casí veo mejor, volver a enmascarar nuestro olor, y una vez drogado, abandonarlo en las afueras de la ciudad. No sé. Si sale como decís, el orco investigará quién fue el organizador de la partida, que por supuesto será el responsable. Y por ahí puede llegar a Turgoll y a nosotros. Pero bueno. Si lo abandonamos estaríamos en las mismas."
Seguía teníendo dudas. Pero si era lo que se iba a hacer, había que hacerlo bien.
"En cualquier caso. Si ése es el plan. Tendremos que preparar bien las dosis. Pues para que todo salga correcto, tendremos que tomar la droga nosotros también. Para que cuando despierte, vea que estamos drogados como él. Lo otro sería mentir. Actuar. Y últimamente no se nos dá muy bien."

-::: Y el barco de donde lo sacamos? un barco que pueda albergar una partida de mucho dinero...
Si Turgoll nos proporciona esas cosas, se puede hacer de esa manera. Creo que seria mas facil para Turgoll encontrar a 5 tipos encapuchados y que parezcan duros, para intimidar al orco que barcazas y drogas, pero bueno.
Podriamos preguntar a Turgoll a ver que parece mas aceptable. Yo de la Mano, si quiere mandar un mensaje al Partecraneos, me plantearia tener castigado a su hermano orco la noche entera para que epan que van en serio. SI vamos enmascarados no nos conoceran. COmo a Yasuo y a mi nos podria reconocer, nos mantendriamos al margen, entrando nosotros a la casa.
Lo que veais amigos.

- Quizás lo más fácil sea lo acertado. El lugar podría ser el almacén abandonado en el que hablamos con Turgoll. Podemos marcarnos un farol contra el orco usando el As de la Mano, con suerte no se atreverá a sacar las armas, todo el mundo sabe que la Mano no se anda con bromas y cuando quiere algo solo tiene que estirar los dedos para cogerlo. Ese almacén nos proporciona una buena visión de todo aquel que se aproxima y una buena ruta de escape saltando al rio en caso de que las cosas se pongan feas.

Lothar dejó de hacer hincapié en la partida de cartas y dio su brazo a torcer en cuanto a lo de la emboscada. Lo importante era ejecutar el plan y llevarlo a buen puerto.

- Bien, todos le emboscamos, le amordazamos, le damos el mensaje de la Mano. Vosotros cuatro  os internáis en las alcantarillas y dais el golpe. Yo me quedo con el Uruk y cuando salga el sol lo libero. Luego nos reunimos en el signo del orco y a ver que pasa.
- Pero enmascararemos nuestro olor ¿no?- Halaf no quería dejar ni un cabo suelto.
- Si, de eso me encargo yo. será un olor que Garz no olvidará nunca y nosotros jamás volvemos a llevar. ¿damos por zanjado el tema?
-

"Por mi parte sí. Pero sigo sin querer descartar el uso de algún narcótico. Si hubiera uno que solo con olerlo te durmiera sería estupendo. Ya que si es tan bueno con el olfato, caería redondo antes que cualquiera a una droga que se huela. Hay que preguntarle a Turgoll si puede conseguir éso. Lo digo por nuestra seguridad y sobretodo por la de Lothar; si va a ser él, el que se quede con el Uruk hasta el amanecer. Pues cinco hombres fornidos puede impresionar, pero una vez que se quede solo con él, podría intentar cualquier tontería"
Ya estaba todo decidido. Ahora había que comprar, madeja de lana o hijo, para no perdernos. Y una cuerda larga, por si era necesario el plan B.

Lothar fue el encargado de comunicar el plan Turgoll, no había necesidad de congregar a todo el mundo para decirle al maestro cuando y como iban a perpetrar todo el plan. No pasó mucho tiempo hasta que Turgoll les comunicó que el rumor ya le había llegado a Garz de una manera muy discreta y sutil. No sabía si el Uruk acudiría, aunque conociendo a ese jugador empedernido no se perdería una partida de esas características

Cuando el grupo volvió a reunirse el Tahúr ya disponía de todo lo que necesitaban. El pájaro, un bonito halcón níveo, un raro ejemplar del norte, capturado en al bahía de Forochel. Casi le daba lastima pensar que tendrían que aplastarle la cabeza a la rapaz. En cuanto a la droga no había habido suerte, Turgoll no conocía un somnífero de esas características.

Era de noche y cinco encapuchados se ocultaban en la sombra. El viejo almacén ocultaba una trampa para una rata muy particular... la pregunta era muy sencilla, ¿caería en ella?

UNAS HORAS ANTES

- Mis viejos huesos me están matando.El viejo se llevó una mano a la zona lumbar.
- Acuéstate ya, tienes que descansar.
- Eso es lo malo, que me tumbo en la cama y solo doy vueltas. No es como antes que cuando caía en el jergón dormía como un tronco.
- Eso era antes Tío.
El viejo se sentó en la cama y se restregó la cara.
El Tahúr, mientras tanto, rebuscó debajo de su jergón. Levantó una tabla con un suave crujido y sacó una vieja espada. No tendría más de un metro, la vaina de cuero estaba un poco ajada. Sacó el acero de su envoltorio con un suave siseo amortiguado por el cuero interior. La espada giró en el aire con un golpe de muñeca, a Lothar le gustaba juguetear con todo lo que caía en sus manos. Luego miró su filo inmaculado, no tenía ni un solo impacto que hubiese esportillado el filo.
- Sabes nunca tuve que usarla. - El viejo dijo aquello con orgullo.
- Se nota.
- Espero que tu tampoco tengas que hacerlo. La sangre es mala cosa y da mala reputación a los ladrones. Además tú tienes los dedos agiles pero las manos torpes.
- Si, ya lo sé Tío... - Su vieja broma seguía latente entre ellos.

El Tahúr se ciñó la espada a la espalda de modo que no se le notaba que la llevaba encima. Además podía desenvainarla por detrás de la cintura sin problemas. En la caña de la bota llevaba la daga que sacó del último golpe con el grupo de Turgoll.

- Ayúdame a acostarme.- El viejo se tumbó y Lothar le arropó. Como siempre el Tahúr le gastó la broma de intentar colocarle la almohada debajo de la cabeza y el viejo refunfuño en el acto.
- No me la pongas debajo de la cabeza sabes que me ahogo y no puedo respirar.

Lothar le dio un beso en la frente y lo miró con ternura. Se levantó y se dirigió a la salida. A un par de metros de ella el viejo le increpó en un intento de retenerlo un instante más.
- Aun me acuerdo cuando te encontré rebuscando en la basura para llevarte algo de comer a la boca. Me diste verdadera pena y ahora mírate, eres tu quien cuida de mí.
- No digas eso, tu aún me cuidas y yo sigo necesitándote. Nunca pensé que diría esto viejo, pero... Te quiero, eres la única familia que tengo, de no ser por ti estaría criando malvas...
-Vete ya, y suerte.
- Tu me enseñaste que la suerte no existe a menos que te la fabriques tu mismo.
- Nos vemos mañana...

El viejo se quedó mirando como se iba pensando que esta vez podía ser la última vez última vez que lo viese.

No estaba seguro de nada. Era el primer trabajo desde lo del herrero. Aquello parecía todo hecho y algo fácil de hacer......y había acabado en desastre.
Este plan tenía muchas dudas para mí. Así que si un plan bien elaborado había acabado en desastre, un plan con dudas podía acabar en algo peor.
"Parece que no estás muy contento. Se nos dá una segunda oportunidad" Tyrok me lo decía para animarme.
"Tenemos que parecer gente ruda. Gente de fuerza. Yo no soy así. No sé usar la fuerza. Y lo que es peor. Si la cosa sale mal. Tendremos que usar la fuerza y reducir a un soldado, a alguien que está acostumbrado a usarla. A alguien que nos partiría el craneo y no dudaría ni un solo instante. Eso me pone nervioso."
Compartí mis dudas. Pero creo que lo puse más nervioso a él, que él me tranquilizara a mi.

Iba de camino a mi hogar. Pues no podía llamarlo de otra manera. Siempre llevaba un camino distinto, nunca el mismo. Me gustaría decir que era por mi profesión de maleante. Pero en realidad era una de las manías que me habían quedado, de cuando La Mano iba detrás de mí y yo temía por mi cabeza.
Me estaba acordando de Valaf. Me acordé de aquella noche, en aquel callejón. Como despachó a un tipo más alto que él. Jugaba con ventaja. Yo iba a hacer lo mismo. Cambié de dirección para dirigirme al signo del orco. Allí podría encontrar a Valaf y tal vez me podría dar algo de ése veneno o algo así.
Al cambiar de dirección pasé por unas calles acomodadas. Casas de buena reputación. Allí parecía un ladrón en busca de una casa que desvalijar. Y sería así si no es porque me encontraba allí por mera casualidad.
Entonces ví ése vestido azul. Cláudia. Se metía alegre en una de esas casas. En la puerta se quedaba un hombre. Joven. Alto. Llevaba mi puñal a mano. Pensé por qué no practicar un poco con éste, para que el Uruk no fuera mi primera vez.
Cuando estaba a su altura. Me miró sorprendido. Sonrió y me saludo.
Parecía una sonrisa sincera. Sin maldad ni nada que ocultar.
Le salude y continué mi camino.

Tengo que decir que me arrepentí de no haberlo matado. Me arrepentí tantas veces como estuve de acuerdo de haber hecho lo correcto.
Pero ahora me encontraba en la puerta del Signo del Orco, y tenía que ver si encontraría allí a Valaf o no.

No encontré a Valaf allí. Y los días hasta la partida menguaban al mismo ritmo que crecía mi temor. Lo único que tenía para enfrentarme a ése uruk, era una daga. Menos daba una piedra.

El día de la "partida" había llegado. Ahora había que posicionarse cada uno en su sitio y esperar que pudieramos intimidar al uruk. Nos pusimos los ropajes y perfumes que Lothar nos proporcionó. Yo parecía más recio y fuerte.
Si el mastodonte de Yauso no abriera la boca, podríamos parecer gente seria y temible. Cada vez que escuchaba ése acento en un cuerpo como aquel, me daba la risa por dentro. Pero me cuidaba mucho de hacerlo en voz alta. Tal vez a Garz también le impresionara.

Lothar se colocó en la puerta. Sería quien recibira al Uruk. Yo estaría en la oficina. Desde allí podía salir rápidamente a la calle y auxiliar a Lothar si hacía falta. Además podía dar la voz de alarma a los que estaban dentro esperando. Desde mi posición, y si todo salía bien; también podía entrar al almacen y terminar de cerrar el cerco.
Dentro también estaba Tyrok, que había llegado con nosotros. Se encontraba situado frene a la primera venta que se veía desde la puerta. Puede que al entrar el uruk se "oliera" algo y decidiera salir precipitadamente por la ventana. Tyrok estaba allí para impedirselo.
No obstante, habíamos dispuesto una mesa con cinco sillas justo en medio. Y al lado de la puerta que daba al puerto un armario. Allí podría esconderse otro. Por si Garz decidía correr, queriamos que creyera que era la única salida disponible. En ése armario escondíamos cuerdas y vendas. Las vendas eran para los ojos del Uruk, una vez atado. Además, había traido unas vendas con perfume para colocarselas en la nariz. De ésa forma nunca sabría que se había quedado solo con Lothar.
El plan era hacerle creer que la "intimidación" consistía en retenerle una noche, y que supieran que podían morir a manos de La Mano. Después cuando vieran lo del halcón, la sorpresa sería mayúscula.

Entonces vi una sombra aparecer por el final de la calle. No hacia ruido. Lothar pareció verla también. ¿quién sería?¿sería Garz, ya?