de aventuras con los osos

Cabalgaban sin descanso. El destacamento de los presos no aparecía. Empezaban a dudar de que no se hubiesen equivocado de camino, o que estuvieran detrás de ellos. O que realmente no existiese ese destacamento. El bosque empezaba a clarear. Los árboles se espaciaban declarando que el reino arbóreo terminaba no lejos de allí. Según el mapa, al terminar el bosque empezaban los enormes campos de cereal. Bring quería atacar antes de llegar a los campos.
Doblaron una curva, y una extensa recta se abrió ante ellos. Al fondo un carro con una rueda rota. O eso parecía desde la distancia. Ya que el carro estaba ligeramente inclinado hacia un lado.
Bringwor aminoró el ritmo. El carro estaba allí y por lo visto no iba a ningún sitio. Una sonrisa se fue dibujando en la cara del hombre oso. El paso del caballo fue relajando a la bestia según se acercaba.
Un guardia miraba la rueda que se había hundido en el barro como si con los ojos pudiera sacarla sola. Otro miraba el camino, parecía que iban a pedirles ayuda.
Bring se bajó del caballo unos tres metros de la carreta.

- Parece que necesitan ayuda.
- Ehhh si. La rueda se ha….
La frase se quedó suspendida en el aire. Un puñetazo de Bringwor en el estomago dobló como una rama al pobre soldado. Ese no se levantaría más. El oso lo había reventado por dentro. Sin dar tiempo a nada más cogió la cabeza del que miraba la rueda y la incrustó contra la propia carreta, que se balanceó tras el brutal impacto. No contento con haber desintegrado la faz del pobre desgraciado, estrujó la cabeza como si fuera una naranja. Los huesos y el metal del casco empezaron a hacer un ruido realmente desagradable.
Un fuego visceral ardió con violencia dentro del pecho del oso. Se sentía vivo arrancándoles la vida a otros. La bestia rugió dejando escapar toda su rabia. Bring se giró, ni si quiera se había dado cuenta de la lanza que le había quitado al propio guardia. Detrás de él se escuchaba el galope de sus compañeros rezagados. El trabajo había empezado y no iba a esperar a nadie. Bring dejó al pobre desgraciado que cayó como un saco de patatas al suelo. Delante de él un jinete salió al galope. De una mano tiraba de las riendas de otro caballo que llevaba a un prisionero con las manos atadas a la espalda. A pesar de la tremenda arrancada y de llevar las manos a la espalda no se cayó. Esos asdrigh parecían verdaderos jinetes. Bringwor levantó su lanza y apuntó al jinete pero el preso no tardó en obstaculizó el lanzamiento. Bring no tuvo tiempo de pensar más. Otro soldado salió de practicante de la nada y se interpuso entre el oso y su objetivo. Un grito horrible inundó el bosque. La lanza levantó en peso al desgraciado. Bring apuñaló al pobre soldado con la lanza. El soldado levantó el escudo en un intento de parar el golpe. La lanza endiablada traspasó el escudo, luego el pecho para acabar incrustada en la carreta. Parecía una marioneta dando espasmos al aire.
Los gritos de dentro de la jaula, jaleaban al gigantón que estaba aplastando el solo a sus captores. Pero Bring no escuchaba, para él, aquellos ruidos eran como una canción de guerra.

Bringwor se quedó mirando el camino. Arrancó la lanza y de una patada quitó el pincho moruno. El jinete se alejaba. Bring inició una leve carrera tras la cual arboleó la jabalina. Esta voló describiendo un arco bastante alto. Bringwor estaba seguro de alcanzarlos pero la lanza se hincó en el caballo del preso. El caballo traspasado trastabilló, dobló las patas y dio un sonoro trapajazo en el suelo. El naufrago pasó al galope junto a Bring, seguido de Korum.
El jinete que se escapaba sacó un sable y sin muchos miramientos le cortó la cabeza al asdrigah que se recuperaba del golpe. Luego volvió a arrancar a todo galope. El caballo se endiabló, mucho más fresco que el de los osos no pudieron cogerlo. El jinete se perdió en la distancia. Al poco regresaron sus perseguidores que no es que fueran verdaderos jinetes.

Bringwor abrió la puerta de los asdrigaht.
- Salid, hoy os devolvemos la libertad para poder matar estos hijos de mala madre.
Poco a poco y con desconfianza bajaron.
- Gracias. – Dijo uno de ellos con un acento horrible.
- Os liberamos. Luchad por nosotros.
Los asdrigaht como una procesión fueron hasta donde yacía el asdrigath que le habían cortado la cabeza. Bringwor tomó del brazo al que había hablado.
- ¿Qué hacéis?
- Ese era nuestro jefe- El acento no mejoró. – Él merece un entierro. Gracias por liberarnos, pero no lucharemos. Nos iremos a nuestras tierras. La frontera no queda lejos.
El asdrigaht dejó a Bringwor y fue con sus compañeros a por el cuerpo decapitado.
Empezaron a apilar leña. Parecía que querían hacer una pira….

Out roll

1 Los asdrigath quieren irse a sus tierras. Tendréis que hacer una buena tirada con persuasión o labia para convencerlos de que se os unan.

2 este bosque está demasiado al sur como para hacer un campamento una que os valga de cuartel para preparar al emboscada al conde Ferdinand. Tendreis que dejar el bosque de la Laguna y subir al bosque del coto. Allí tendréis que hacer otra tirada de supervivencia para encontrar otro refugio.

3 necesitáis otra tirada de suerte en caso de convencer a los asdrigath para cruzar territorio enemigo ( tirada de encuentros.)

4 Armamento y caballos.
Podéis armar a todos los asdrigath son doce. No se pondrán ninguna armadura.
Hay caballos para 5 de ellos. El resto a pie.

Disponeos de 200 piezas de oro. Y comida para todos para una semana. Tiempo estimado hasta que viaje el conde un mes.

Bringwor

Esto se le da mejor a Dimmu, sin duda. Él es un lider nato, pero ahora el no está. Puede que nunca lo vuelva a ver, pero fue mi decisión, Einer corria peligro. No recuerdo bien: a quien perseguiamos? En mi sueño había un nombre, era un nombre que causaba escalofríos con solo nombrarlo. Mi mente vuela por mundos que no debería volar:- Maldito cabeza de chorlito, centrate! Dimmu no está y esta gente esta esperando lo mejor de mi. No puedo dejar que sigan pensando que tengo la cabeza de una sandía. Vuelvo a la realidad, mi inteligencia no es mucha, pero tengo mis propias armas. Hago valer mi experiencia, he sido soldado y he derrotado ejercitos de orcos. Empiezo a organizar la emboscada. No puedo creer las palabras que salen de mis fauces. Hablo, ordeno, obedecen. No pienso, solo actuo.Ellos no cuestionan, ven bien mi plan, es un plan propio de Dimmu. Recuerdo las enseñanzas de Tiego por medio de cuentos. Recuerdo mis combates en el ejercito junto a RUmeu o Akay. Recuerdo las ordenes del Capitan Dummer... Cuanto ha pasado de aquello? cientos de años, tal vez miles. Mi inteligencia no es mucha, mi experiencia es la de un anciano, mi instinto... el de un animal.

El oso os encontrara...
El oriental no paraba de darle vueltas a lo que habia dicho el giganton y no era el unico, era algo que no queria traducirselo a sus camaradas, pero no le quedo otra, tal vez ellos sabrian a que se referia.
Los dias iban pasando y los orientales seguian al pie de la letra lo que habian acordado con Bringwor. Al final no habian encontrado 2 cuevas proximas, pero Bringwor y los demas hicieron un campamento a cobijo por unos grandes arboles, que cubrian la zona escogida.
La noche era despejaga ese dia y la luna estaba completa en el cielo. Esa noche Bringwor se encontraba intranquilo. La luna llena lo ponia de mal humor, porque la temia, y se temia el. Sabia lo que se escondia en su interior, la bestia aletargada, buscaba cualquier excusa para salir y debia mantener la calma. -Un poco mas, solo un poco mas- Repetia en susurros Bringwor apretando los dientes- Aun no te controlo, pero te controlare la proxima vez.
- Esta bien, Bringwor?- Pregunto Broowen. Bringwor lo miro intensamente por una decima de segundo, por esa decima de segundo a Broween le parecio ver un brillo diferente en esas pupilas, era algo animal, tal vez por el reflejo de la hoguera.
- Voy a dar una vuelta- Dijo Bringwor sin mirar a nadie, mirando al suelo. -No venid a buscarme, se cuidarme solo- Finalizo de manera hosca, mientras se alejaba de la hoguera a granbdes zancadas sin mirar atras.
- Parece que esta noche su guardia la hara Niah- Dijo con resignacion Martin.

Al alba Bringwor se desperto apoyado en un arbol. La luna aun estaba en el cielo, pero el poder del embrujo sobre el habia pasado y lo mejor de todo es que aquella noche no habia pasado nada: - Se como controlarte. Pronto lo hare y una vez que lo haga, aplastare a cualquier enemigo- Los colmillos, ya de por si prominentes, de Bringwor asomaron entre sus labios en una extraña sonrisa, salvaje, casi sadica.Una chispa se encendio en su mente - Yokor... Argun... Yokor Argun - Un escalofrio recorrio su cuerpo.

Niah hacía todas las guardias nocturnas, era un animal que se acomodaba bien a la noche o al día. Bring estaba mucho más tranquilo con ella vigilando. La loba y el oso habían hecho buenas migas. Aunque se notaba que echaba de menos al Tahúr. Bring sos pechaba que su estado de alerta constante era debido a que esperaba a Lothar. Apostada en la entrada vigilaba a posibles enemigos así como a los asdrigath. La enorme loba sobrepasaba con mucho a un lobo normal, Bring sospechaba que podría estar en los 110 kilos más o menos. Su mordisco podría partir a un hombre como Lothar por la mitad.

Esa mañana Brng quiso probar a sus guerreros. Bring se sorprendió, aunque ninguno era capaz de vencerlo, el oso descubrió que eran guerreros bastante capaces. La lástima es que eran pocos, mal pertrechados. A su favor la sorpresa.
Horst, el único Asdrigath que hablaba la lengua común había hecho buenas migas con el oso. Aunque por algún motivo parecía muy comedido a la hora de hablar. El oso y él mismo supervisaron el entrenamiento. Hasta que el mismo Bring, consumido por la impaciencia se involucró personalmente.
Browen interrumpió los combates. Necesitaba hablar con el oso.

- Bringwor, tenemos que hablar. Las provisiones están empezando a escasear. Necesitamos avituallarnos.
- Si. Además hemos de cambiar nuestro campamento. El camino del conde queda aún muy al norte. Hoy iniciaremos los preparativos. Para la marcha.

Tras los combates y el almuerzo la compañía se puso en marcha. El camino por el bosque de la laguna no ofreció problema alguno. Estaba tan solitario que empezaron a dudar de que algo habitara en ellos. No fue hasta que prácticamente salieron del bosque cuando escucharon el inconfundible sonido de caballos al galope. No tardarían mucho en llegar. El lugar era realmente bueno para una emboscada una curva en ese con bastantes escondites para todos. La duda era esta, asaltar a quienes viniesen o pasar desapercibidos. La decisión había que tomarla rápidamente atacar y conseguir más caballos pertrechos o esconderse y no arriesgar a perder hombres, además de que alguno podría escapar y avisar de que había un grupo armado y hostil por el bosque.
Había que decidir rápido…


Out roll
Personajes :
Bringwor
Browen
Korum
Niah
Martin
10 asdrigath todos armados con espada ancha( aunque ellos usan una espada curva nada parecido a esto, pierden cp)
armas disponibles
6 lanzas/ jabalinas
3 escudos, uno lo rompió Bring.
6 ballestas, dos de mano
4 caballos de tiro, viejos pencos.
1 caballo de batalla( el de Bring)

Si os escondéis una tirada de esconderse cada uno y otra general para los asdrigaht( tn 7, 5 dados)

Si atacáis quiero esto:
una descripción de lo más precisa de la emboscada. ubicaciones de cada uno y modus operandi
tenéis un lugar muy bueno para emboscar y libertad total para describirlo.
como se supone que trazareis un plan quiero también una tirada relacionada con la emboscada( hacer trampas, estrategia etc...) yo me limitaré a resolver el encuentro tanto si atacáis como si os escondéis.

Bringwor dijo el plan, ante la atenta mirada de todos. El pequeño loro de BRingwor iba traduciendo lo que el grandullon decia.
- No lo veo claro- Dijo Martin.
- No me jodas, cuantas emboscadas has hecho en tu vida, capitan? - Le espetó Bringwor.
- Si algo falla me aplastaran los caballos!
- No hay tiempo para nada mas, viejo! Tirate al suelo! YA- Martin se quedo quieto, con piernas temblorosas- QUe te tires al puto suelo! - La voz de Bringwor atronó el bosque. Como si el trueno lo hubiese fulminado, Martin cayo al suelo como un muñeco de trapo y no se movio . - COmo me pisoteen, lo vas a pagar- Dijo.
-Callate. - Fue la unica respuesta que recibio por parte de Bringwor

Bringwor
Los jinetes aparecen en esecena, van demasiado rapidos y ven a Browen demasiado tarde, darles el alto, al menos los 2 primeros, que esclafan sus sesos contra los arboles del camino.
-Ayuda Ayuda!- Grita Browen.
Los jinetes no prestan mucha atencion a lo que dice el guerrero. Pero no hace falta mas. El despiste ha sido mas que suficiente. Doy la orden de al ataque. Mis hombres salen por ambos flancos. Las primeras lanzas se clavan en los cuerpos de los sorprendidos jinetes. Yo me abalanzo sobre el que parece el comandante. Un mandoblazo certero es suficiente para desmontarlo. En el suelo es presa facil. Mi pie se posa contra su pecho:
- No me mates! - Acierta a decir- Te dare lo que quier... AAAASSSG!!! - Bringwar se clava en su cuello y ya nunca mas habla.
Empiezo a dar ordenes y mi loro lo repite todo en su extraño idioma. Aviso a los de refuerzo. Voy con todas mis fuerzas, la victoria esta cada vez mas cerca. Cuento rapidamente. No hay bajas. Los entrenamientos estan valiendo de mucho. Me siento orgulloso de ellos. Estos harapientos estan descubriendo que hay mejores maneras de combatir, que no a la de cada uno por su cuenta. Arazor tiene que estar feliz.
- Me rindo! No me mates- Dice uno de los jinetes.
Me fijo en la escena. El pequeo Asdriag tiene acorrado a un hombre mucho mas corpulento que el. Ha tirado su arma. Seria justo dejarlo con vida, quiere tener una segunda oportunidad para seguir viviendo y combatir, pero no hoy. Hoy tendra que hacer frente al descanso del guerrero. Los recursos escasean y no quiero tener problemas con posibles motines.
- Matalo! - DIgo. El pequeño Loro traduce simultaneamente. Asgh-Deg!
Que Arazor lo tenga en su gloria. La proxima vez, puede que yo este del otro lado y sea el que se reuna con el dios Guerra.
Hay 3 mas atrincherados, bajo sus escudos. Mis asdriag los rodean, pero no quiero perder hombres, sus armaduras son resistentes y sus armas de calidad, todo lo contrario que muchos de los mios . -Apartad! Browen, Kullum, igualemos la batalla.  vamos a por estos 3.
-Por que no dejas que se la jueguen los canijos? - Dice Kullum- Son mas prescindibles...no se si me explico.
- Ahora nadie es prescindible y si podemos evitar perder hombres mejor- Cuando hay sangre me transformo. Ya no queda nada del pobre imbecil cabeza de sandia. Arazor toma mi mente y empuña mi arma - Nosotros los derrotaremos- Y me gano el respeto de mis hombres- Pienso.
- No me falles ahora, Bring-war ! - Cargamos contra el enmigo. Todo se vuelve rojo para ellos. SU noche se acerca. Valientes guerreros. Es su fin.

Que Arazor los tenga en su gloria.

Viajaban al norte. El bosque del coto no quedaba lejos. Por allí discurría la calzada imperial y por allí, dentro de unas dos semanas, pasaría el conde con su sequito. El grupo viajaba rápido. La impresión de salvajes fue desapareciendo de los occidentales respecto a los orientales. Los asdrigtah no eran los salvajes de los que les hablaron, como soldados eran disciplinados. Cuando se paraba, eran los primeros en montar el campamento. Bring, Korum y Browen empezaron a creer en estos hombrecitos nerviosos y afanados.

- Tenéis que poneos las armaduras. – Le repitió a Loro. – Es un suicidio entrar en combate sin protección. –Bringwor no entendía su negativa a ponerse las armaduras.
- No Tame- Tame significaba algo así como jefe o líder- Nosotros no poner armadura no poder luchar bien.
- Tú díselo al resto. – Rugió Bring.
El asdrigath repitió con la mayor convicción posible las palabras del oso. Pero solo se escucharon replicas malhumorados. Hasta que uno de ellos se fue directo a bring

- Tame, tú- dijo dándole en el pecho con su índice. Luego se apuntó a él mismo con el pulgar. Y dijo – yo luchar a caballo.
- ¿quieres luchar contra mí los dos a caballo?- Bring se extrañó.
El asdrigath sonrió y asintió con la cabeza.
- Sea. – Dijo Bring. - Os voy a dar una lección. Por la ira de Arazor que estos se ponen las armaduras.
Ambos se montaron y se alejaron para ganar velocidad. Bring picó espuelas a Bestia. El enorme caballo arrancó con fuerza, Bring arboleo de aquí para allá a Bringwar mientras galopaba hacia el oriental. El oriental galopaba pero Bring no veía arma alguna. Estaban muy cerca unos segundos más y Bringwar le daría una lección a ese idiota. El oriental trepó el cuello del caballo hasta poner su barriga en la cabeza del corcel. Sobresalía medio cuerpo por delante del caballo. Justo cuando estuvo al alcance de Bring el oriental, a galope tendido, tiró de las riendas hacia abajo obligando al caballo a bajar la cabeza hasta prácticamente al suelo. Bringwar surcó el aire sin resistencia. Allí ya no había nada.  Al mismo tiempo el oriental, agarraba el tobillo del oso y tiraba hacia arriba. Ayudado por el mismo Bringwor al lanzar su golpe con la espada, el Oso se salía de la silla de montar y daba con los huesos en el suelo.
Bring se levantaba del suelo polvoriento, cuando alzó la vista solo vio la punta de una espada y tras ella la cara de un oriental sonriente.
- Sin armadura no luchar bien a caballo. – repitió el loro algo divertido.
- Como queráis malditos hijos de mala madre. – El oso estaba algo malhumorado tras el batacazo. Pero la verdad es que Bring había encontrado un filón. Aquellos hombres habían duplicado su capacidad de combate al ir montados.
Durante el trayecto los orientales estuvieron practicando a caballo. Según ellos estaban haciendo a los caballos a su estilo de monta. Realmente aquellos hombres no montaban a la manera occidental. Su estilo era desde luego mucho menos ortodoxo. Y lo raro era verlos montados sobre la silla de manera convencional.
Noche de campamento.

La loba hacia guardia junto con unos de los orientales.  El resto cenaba a la luz de la hoguera.
- Loro- Dijo Bring – ¿Todos los orientales montáis así?
El loro asintió.
- Si Tame, aunque no todos luchan igual. Estos son de los mejores. Formaban parte de la guardia del Thar.
- ¿y qué hacíais presos?
- Eso es algo difícil de explicar Tame.
- Tenemos tiempo.
- Es difícil explicar. Pero nosotros ser traicionados. Ir son de paz. Tratado de paz. Pero ser traicionados y capturados. Nuestro jefe, al que cortaron cabeza ser sobrino Thar. Por eso dos de nosotros llevar cabeza al Thar. Por eso tan importante, tregua rota.
- Y ¿desde cuándo esta esa tregua en pie?
- Muchas lunas Tame, muchas.
El bosque del coto no era diferente al de la laguna. Tenían provisiones justas para aguantar hasta el momento de la emboscada.
Durante dos días recorrieron la calzada imperial hasta que por fin dieron con el lugar idóneo. Era justo como habían imaginado. No faltaba ni un detalle. Era el momento de poner en práctica todo lo que habían imaginado.  Si todo salía como lo tenían previsto el conde podría caer en sus manos.


Outo roll.  

Tenéis un campamento cerca del lugar escogido para la emboscada. Comida, agua, corceles para 11 hombres contando con el de los pjs. 5 arcos, 6 ballestas dos de mano. Lanzas, espadas y escudos para todos. Un par de hachas de leñador. Así como cuerdas clavos y demás.
El lugar de la emboscad:
Como dice en el post es tal y como lo buscáis.
Como dj necesito esto.
-Un plano de la zona. Cuanto más detalle mejor. Curvas, acantilados, paredes, bosque cerrado… cuanto más detallado mejor. Vosotros sois los encargados de dibujar, planear el plan. Yo como dije me limitaré a poner al conde y sus hombres en escena.
- Un plan de actuación detallado paso por paso. Por ejemplo: cuando pase la vanguardia caerá un tronco.  Luego saldremos y …. Ubicación de cada uno de los miembros y órdenes que tendrán que seguir.
Características de los Asdrigath
Cp 20 a pie, Espada y/o Lanza
Cp 25 montado. Espada y/o Lanza
Agilidad 5 Fuerza 5 reflejos 5
Montar tn 2 Ataques especiales montados
Desmontar adversario tn7 (técnica que utilizo para desmontar a bring).
Salto de caballo a otro. tn4
Disparo o golpe de lado tn 5. El asdrigath puede colocarse totalmente de lado sujetándose solo con las piernas para atacar a ras de suelo con la espada o soltar una flecha.
Disparo hacia atrás. tn3