Sesiones privadas de Dagorlad

Dagorlad

Había tomado su nombre del lugar donde lo encontró Aycrum, el fabricante de arcos de Tharbad. Nadie conoce los motivos por el cual Aycrum decidió tomar al pobre chico bajo su tutela, quizás porque buscase a alguien a quien dejar su negocio, quizás porque el viejo tuviese buen corazón. Lo cierto es que ambos acabaron trabajando y viviendo juntos. Pero el muchacho estaba afectado por el mal del escorpión, picaría a quien intentase ayudarlo solamente por el hecho de tener aguijón.

Al principio el joven desmemoriado se comportó como el mejor de los aprendices, y le tendió un sincero cariño al comerciante. Pero el tiempo siempre pone las cosas en su sitio y Dagorlad comenzó a sentir sus impulsos primarios. Primero un hurto aquí, luego un robo allí. Camuflado entre el gentío o entre papeles de albaranes, el muchacho se creía el rey de los ladrones. En su mente se veía como el nuevo Manco, verdadero rey de los ladrones. No se percataba de los ojos que lo vigilaban.

Una noche, mientras jugaba a las cartas con el dinero de la última bolsa que le había robado a un cliente al salir del establecimiento de Aycrum, Se sentó un tipo a la mesa.
En un abrir y cerrar de ojos y sin que nadie dijera ni una palabra, todos y cada uno de los jugadores se marcharon dejando solos a la nueva pareja sobre la mesa.

Dagorlad empezó a sentirse algo más que incomodo.

- Te preguntaras quien soy…
El muchacho asintió sin despegar los labios. Por primera vez maldijo el día en que algún cretino prohibió las armas dentro de la ciudad. Estaba solo y desarmado y aquel tipo parecía tener intenciones desagradables.
- Me llamo Turgoll y me dedico a controlar a gentuza como tú.
- Ehh a quien llamas gentuza viejo.
- Tranquiliza esa lengua, chico. Si quisiera matarte estarías muerto hace mucho. Cuando robaste por ejemplo a Marrok el herrero. Fue poca cosa, algo casi inocente, por eso lo dejé pasar, pero no has parado de tomarle el gusto.
Trugoll relató casi todos los golps que había dado el chico, aquello parecía brujería, ni siquiera Aycrum conocía todos sus golpes, muchos de ellos no tenían nada que ver con la tienda.
- Por separado, son chiquilladas, pero si los sumamos la cosa cambia. Si te llevara ahora mismo a la mazmorra- Con oir el nombre de la prisión de Tharbad el chico se puso blanco. Nadie que entraba contra su voluntad salía indemne de allí, si es que salía. Turgoll se calló en ese punto, dejó que las palabras hiciesen efecto.
- Está claro que no vas a llevarme allí, no hacen falta tantas palabras para meterme allí.
- Chico listo, que te parece que dejes de trabajar para Aycrum y a partir de ahora lo hagas para mí.
El chico pensó un instante, estaba claro que lo tenía agarrado por los huevos. Pero no podía dejar de pensar como conocía cada uno d sus palos.
- Está bien… trabajaré para ti.

SABIA QUE ALGO DE ESTO IBA A PASAR. Halal me había hecho una pregunta concreta, pero Dagorlad sabía que no buscaban respuestas sino una prueba. Talante, jerarquía, tablas... Todo encerrado en una respuesta. Pues ahi va! toooda una actuación. En estas lides era donde el joven ladronzuelo se había encontrado más a gusto hasta ahora

Estaba acostado sin poder conciliar el sueño. Hacía ya algún tiempo que trabajaba solo para Turgoll. Seguir al tal tipo, birlar alguna bolsa a alguien en concreto. Siempre trabajos de poca monta. Por fin el Hurón le había puesto en el buen camino. Este golpe parecía gordo, gordo de verdad. Era su pasaporte para poder ingresar en la Mano y dejar de ser un ratero. Todos los maleantes de la ciudad aspiraban a entrar y pocos lo conseguían. La única manera de entrar era con un padrino como Turgoll, eso y ser un autentico profesional. Tenía que hacerlo bien.
En su cabeza se colaron preguntas algunas importantes otras no. ¿Serían sus compañeros miembros d pleno derecho de la Mano? ¿Lo sería el mismo Turgoll?
La cara del Hurón se apareció en su mente, se llevó una mano enguantada a la cara. Le resultó extraño, ¿qué ladrón que preciara llevaría guantes de fieltro negro?
Su mente divagó hasta la conversación entre el Tahúr y Turgoll. Parecía que no le hizo mucha gracia que mezclase al Zurdo en este asunto. Y si el Zurdo no pertenecía a la Mano, ¿Cómo es que Turgoll tenía el poder para inmiscuirlo en el golpe?
Tenía curiosidad por conocer a ese viejo que suscitó tanta polémica. Ahora que caía en la cuenta Lothar tenía una casa más que en condiciones. En un buen barrio, hecha de piedra y por lo visto con alguna que otra sorpresa para visitas inesperadas. Se preguntó que habría tras las escaleras que conducían abajo. Las preguntas se fueron posando suavemente como una pluma en el suelo mecida por la brisa. Y así acunado por la curiosidad se quedó durmiendo.

Había ido al servicio pero de vuelta se encontró con Turgoll en la barra. Le hizo una señal para que se acercara.

- ¡Dagorlad! mi hombre de confianza. Tómate un trago.
Le ofreció una cerveza de importación gondoriana. El olor era inconfundible. See echó un buen trago.
- Tú dirás.
- ¿Cómo va el asunto?
- Bien. ¿Por qué lo dices? – Dagorlad saboreó su cerveza, era realmente buena, con un cierto aroma roble y enebro.
- ¿Tenéis claro quién va a interpretar cada papel? – Turgoll daba vueltas a algo.
- Lo estamos estudiando.
- Bien. Creo que esos merluzos creen que les voy a traicionar.
Dagorlad intentó no aparentar nada. Pero Turgoll no era el Hurón por casualidad.
- Tu cara lo dice todo. Bien. Ellos ya han entrado en la Mano, y han hecho grandes cosas. Pero les queda por aprender. Mira, tu quieres ingresar en la Mano ¿no?
Entrar en la Mano era alcanzar un estrato muy superior. Uno automáticamente dejaba de ser una mierda. Dagorlad quería ser respetado ser alguien y que se le reconocieran sus aptitudes y potencial, quería ser tomado en cuenta.
- Vamos a enseñar a esos pollos como se juega a esto. Les tenderemos una trampa haremos que hagan todo el golpe y cuando tengan el dinero les damos el palo. Si son lo bastante listos podrán salvar todos los obstáculos. Si no, les habremos robado y dado un golpe de humildad.
- No te sigo…
- Cuando esto termine ingresarás en la Mano.
- Eso ya me gusta más. Cuéntame cómo vamos a hacer todo eso.
- Como ya te he dicho, ejecutáremos el plan y les daremos el palo cuando tengan el dinero. Pero para eso falta mucho. Ah por cierto. – hizo una pausa- si dices una sola palabra de esto…
No terminó la frase. ¿Cuál era el final? El cuello cortado y al rio, colgado de una soga con el emblema de la Mano en el pecho… lo echarían del gremio y tendría que abandonar la ciudad….
- Ahora regresa con tus camaradas.

Cual es el plan exactamente? No creo que, siendo nuevo en el grupo, me dejen muy suelto para hacerme con el botín y escapar

Comparto con Eru los Pensamientos secretos de dagorlad.
Hay un dato por el que no voy directo a contárselo a todos. Cómo sabe turgoll todo eso¿ ha tenido oportunidad de hablar con alguien al igual qué conmigo en tan poco tiempo?
Otra cosa, si los traiciona a ellos No creo que comparta conmigo
De momento me callaré e intentaré jugar a todas las bandas posibles

Tengo un plan
Voy a esperar A ver cómo evoluciona todo. Que me dicen de Tyrok, que plan deCE tener turgoll (a parte de traicionar y marcarme cómo traidor ) y luego llevaré a cabo una estrategia para avisar a todos y quedar limpio ante una traición de turgoll.
Buscaré un momento para hablar con todos por separado. La Idea es decirles lo que quiere hacer el hurón y que sólo se lo digo a él porque creo que hay un traidor y solo me ha inspirado confianza el.
La idea es que lo sepan todos, evitando que sepan que lo saben. Si hay un traidor y decide informar a turgoll este seguirá con su plan de robar y exponerme cómo autor del robo... o matarme
No puedo no hacer nada porque estoy liquidado

A cada uno le diría lo que pienso que quiere oír, Así cómo lo que pienso que puede creer.
Yauso necesito hablar contigo,..., he decidido contarte esto porqUe creo que me puedo fiar de ti, no se si podría decir lo mismo de los demás. Me has parecido noble y sincero desde el principio, para lo bueno y para lo malo. Me ha ocurrido esto con turgoll... (y se lo cuento ). También le digo que creo que me ha metido en el grupo sin experiencia para usarme de topo y a la vez dejarme marcado como traidor, para quedar él limpio (y rico)

Creoque la mejor mentira es la que tiene una buena parte de verdad, la que no hace falta actuar porque hasta tú te crees en parte lo que dices.

Angost, ...pausa medida...
No sé cómo empezar.
No sé cómo gestionar esto, mi vida depende de lo que haga con esta información.
(otrapausa para dejar que sus ansias de poder le hagan ponerse en el estado deseado para que mis palabras hagan toda la huella que pretendo )
ME he acercado a ti, porque creo que eres el único capaz de Analizar el problema, entenderlo y tomar las riendas cuando llegue el momento.
Me arriesgo porque también sé que serias el adecuado para tramar a nuestras espaldas, pero...
...
Se trata de turgoll
(y se lo suelto)
Creo que podría ser una buena herramienta para hacer un doble juego y tenerlo informado... de lo que nos interese y, llegado el momento, jugar nuestras cartas

Eres directo y hasta tosco. Creo que esa simplicidad, esa pureza, es la mas difícil de fingir. O se tiene o no se tiene, por eso he decidido ser igual de franco contigo.
Turgoll me ha puesto en esta situación (y se lo cuentp)
Quiero que lo sepas tú para que podamos gestionar la información y, si pasase algo, pudieses decir que yo estaba con vosotros. No creo que haya que decírselo a los demás, al menos de momento, porque turgoll esta informado de todo demasiado pronto, no se si me entiendes

TTodoesto lohablo conellos fuera de la casa Del zurdo, por si fuera él Elinformador o por si la casa tuviera oídos. En cualquier. Caso evitando los parámetros usados en las especulaciones sobre turgoll y extremandp precauciones

Este último seria para haral

Se encaminó al puerto. Turgoll estaría seguramente en el Espuma del Aguas Grises. El puerto era un ajetreo constante de mercancías, marineros y alguna patrulla orca custodiando el muelle. Dagorlad se sorprendió mucho la primera vez que pisó Tharbad, había orcos conviviendo con los hombres. Después, se enteró de que había un gremio mercenario orco al servicio del gremio del puerto, seguramente era la única ciudad del mundo en la que coexistían ambas especies.
El Espuma estaba anclado, sin rastro de marineros pero con la rampa puesta. Dago subió por ella y se dirigió hasta el camarote del capitán. Tocó a la puerta y esperó.
- ¿sí?
- Soy yo, Dagorlad
- Pasa.
Abrió la puerta. El hurón estaba sentado en su mesa repasando unos documentos.
- Siéntate. Dime ¿A qué has venido?

Ya es un hecho. EL grupo desconfía de ti... y está preparado para contraatacar. Han decidido traicionarte antes de darte tiempo a que les traiciones. Dagorlad dejó su mensaje calar antes de continuar dando datos. No debía parecer que estaba deseando decir todo lo que tenia que decir

El Hurón escrutó la cara del joven.

- Esos chicos... Los ladrones no son gente de fiar, por eso la Mano siempre está alerta. Nunca dejará de probaros. Para llegar a lo más alto en esta organización, la Mano ha de comprobar muchas veces la pasta de la que están hechos sus hombres. y ver que caminos toman según las opciones que tengan.
Esto va a ser una gran lección para todos.
Ahora centrémonos en el asunto en cuestión
¿cuando se supone que van a traicionarme? y lo más importante ¿cuando?

Piensan asaltarte tras recoger el botín, pero aun no han dicho cómo. Ese Angost ea muy avispado, dice que tiene un plan para interceptarte a la salida, pero no lo ha compartido "de momento tenemos otras cosas de que ocuparnos", creo que no confía plenamente en mi.